Dice Álex Rovira en su libro “La buena crisis”: “Pensar no es suficiente. Debemos pasarnos al bando
del HAZ, DEL ACTÚA (para ti mismo, para ver hasta donde llegas, y sin farsas
teatrales), del EJECUTA (mata lo
superfluo y llega al núcleo de los asuntos).
Hay gente que deja pasar la vida y agota su tiempo
en:
-
CARGUEN,
CARGUEN, CARGUEN… Son los que se escudan en un preparativo continuo,
en un planificar permanentemente que acaba siendo estéril, sin hacer, sin ni
siquiera plantearse que deben avanzar hacia una conclusión.
-
APUNTE,
APUNTE, APUNTEN… Aquellos que parece que realmente van a hacer algo,
pero nunca se dan por satisfechos con los resultados de su permanente análisis,
un análisis eterno y que cada vez los confunde más.
-
FUEGO,
FUEGO, FUEGO... Los que hacen sin pensar. Estas personas, por
el contrario, se precipitan sin entender sus acciones, por lo que se suelen
arrepentir de ellas. Son lo que actúan sin prever las consecuencias de sus
actos.
La acción es nuestro gran remedio para frenar la
angustia, para ser más libres y detener la corrosión que produce dar y dar
vueltas a las preocupaciones. Hay una falsa creencia de que la sobreinformación
nos ayuda a prevenir y a evitar un problema, cuando es la acción la que ayuda a
resolverlo. Hablar y analizar continuamente las malas noticias que genera la
crisis sólo contribuye a elevar los niveles de adrenalina, de ofuscación. Así
pues, no pensemos en cómo cambiar la bombilla, remplacémosla y punto.”
Debatirnos
permanentemente evaluando lo peor y lo mejor, es dejar pasar lo bueno. No
necesitamos actos perfectos, necesitamos que sean adecuados con el nivel de
nuestras posibilidades. “La parálisis por el análisis”, no es una buena
estrategia, sirve desde luego, para mantenernos ocupados e incluso satisfechos
en apariencia; pero en ningún caso ayuda a resolver nuestros problemas.
Dejarse envolver por la
maraña de los acontecimientos, permitiendo que se consuman los días en debates
internos o externos, sobre el como han sido; es una pérdida de tiempo y lo
único que acabará produciéndonos es ansiedad, al ver como se consolidan los
efectos nocivos de los mismos. En muchas ocasiones, es mejor decidir y actuar,
aunque la resolución sea parcial o incompleta, que dejar que los
acontecimientos sobrevenidos se enquisten.
Sin acciones no hay soluciones.
Planificando y manejando informaciones dispersas sobre los temas, podremos estar mejor enterados de los
acontecimientos, pero en ningún caso habremos emprendido el camino de resolver.
No solo es en la vida personal, también en el mundo de la empresa se dan estas
circunstancias; cuando se “ponen encima” de la mesa los datos “en blanco y
negro”, lo inmediato es abrir un largo debate, que incluso pasa por negar la
evidencia, pero casi nunca hay un flujo
de ideas para tratar de paliar o resolver, habiendo asumido previamente.
En otras ocasiones la
inercia es encontrar un “enemigo” externo responsable de los acontecimientos y
vituperarlo a fruición; cuando no identificar un responsable del “desaguisado”
interno y arremeter contra él, haciendo culpable de todos los males pasados y
presentes e incluso, de males que vendrán, que aún desconoce su naturaleza,
pero que serán adjudicas a la mala acción del “culpable”.
Vale todo, menos juntar
los esfuerzos, decidir un plan y ponerlo en marcha; lo que se llama
contraatacar. Es posible que se defina el plan, pero quedará archivado con
rapidez y se asumirá el fatalismo o la indeterminación; como si eso fuera un
modo de salir de la situación. No hemos sido educados para resolver y hacer
frente a las dificultades, hemos sido preferentemente instruidos para evaluar y
agrandar nuestras impotencias y asumirlas como sufrimientos terrenales para
redimirnos.
Tener problemas es señal
de actividad. La actividad siempre es mejor para resolver que la inactividad.
La inactividad nos da una posición cómoda pero estéril. La comodidad dificulta
la solución de los problemas.
2 comentarios:
Genial, la eterna paradoja de la
interacción o actúas y resuelves
o estarás abocado a ser lo que
los demás quieran que seas.
una marioneta.
A Paco Kali:
Tener independendencia en la acción, cada vez cuesta más, es mucho más cómodo dejarse llevar. La sociedad actual quiere "seguidismo" y poca singularidad.
Gracias por tu comentario.
Salu2:
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