Dice Paul Krugman en su
libro “Acabad ya con esta crisis”:
“SALVAR EL EURO”
“Hasta los “euroescépticos” como yo nos damos
cuenta de que romper el euro ahora que ya existe se pagaría muy caro.
En primer lugar, cualquier país que pareciera
candidato a abandonar el euro se enfrentaría, de inmediato, a una descomunal
estampida bancaria, puesto que los depositantes correrían a desplazar sus
fondos a otras euronaciones más sólidas. Y la vuelta del dracma o la peseta
provocaría enormes problemas legales, cuando todo el mundo intentara esclarecer
el significado e las deudas y los contratos expresados en euros.
Además, un cambio de postura radical en relación al
Oruro representaría una derrota política terrible para el proyecto europeo más
amplio de unidad y democracia a través de la integración económica; y este
proyecto, como dije al principio, es muy importante no solo para Europa sino
para el mundo entero.
… Sería mejor encontrar una forma de salvar al euro.
¿Cómo se podría conseguir?.
Lo primero, y más urgente, es que Europa ponga coto
a los ataques de pánico. De un modo u otro, tiene que haber garantías de
liquidez adecuada –garantías de que los gobiernos no se quedarán sin dinero a
consecuencia del pánico en el mercado-, comparables a las que existen en la
práctica para los gobiernos que asumen préstamos en su propia moneda. La forma
más clara de lograrlo sería que el Banco Central europeo estuviera preparado
para comprar bonos gubernamentales de los países del euro.
En segundo lugar, estos países cuyos costes y
precios se deben ajustar – los países europeos que han venido generando grandes
déficits comerciales, pero que no pueden continuar haciéndolo – necesitan vías
realistas de retorno a la
competitividad. A corto plazo los países con excedente tienen que ser la fuente
de una gran demanda de exportaciones… Todo esto exige una política monetaria
muy expansiva por parte del Banco
Central Europeo, además de un estímulo fiscal de Alemania y unos pocos países
más pequeños.
¿Por qué Europa ha respondido tan mal a esta
crisis? Ya he apunado parte de la respuesta: muchos dirigentes del continente parecen decididos a
“helenizar” el cuento y creer que quienes atraviesan dificultades – no solo
Grecia – han llegado ahí por culpa de la irresponsabilidad fiscal. Y, con esa
premisa falsa, se busca un remedio falso: si el problema era el despilfarro
fiscal, la rectitud fiscal debería ser la solución. Se presenta la economía
como una obra moral, pero con otra vuelta de tuerca: en realidad, los pecados
por los que se pena jamás tuvieron lugar.”
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