domingo, 29 de julio de 2007

Confianza


Tener confianza en uno mismo es esencial para desarrollarse con equilibrio en la vida. Aunque también es necesario tenerla en los que nos rodean.
Nadie puede realizar un trabajo o estudio de forma eficiente, si no tiene en sí mismo y en sus acciones seguridad y confianza, pero con certeza la primera es fruto de la segunda. Es esencial, un sentimiento interno de capacidad suficiente para el desarrollo de los trabajos cotidianos, unido a un impulso dirigido a conseguir el objetivo.
Las acciones, que desarrollamos, suelen ser extremadamente dificultosas, si estamos asaltados de dudas o temores de incapacidad para su consecución. Nada hay, que "mine" tanto nuestro esfuerzo como la sensación - real o imaginada - de impotencia. La creencia indubitada de que somos capaces de conseguir algo, es el comienzo del camino. La duda es siempre el sendero, que lleva, en la mayoría de las ocasiones, al fracaso.

Aunque en ocasiones, los fracasos bien asimilados, son la antesala de la confianza futura, en uno mismo. Descubrir los errores cometidos y analizarlos, suele ser la llave para no volverlos a cometer. La posición contraria, es decir, la consideración del error como algo altamente reprobable y su ocultación, para evitar ponerse en evidencia ante los demás, hace que se incremente la inseguridad, al no haber descubierto e interiorizado la "vacuna" para el futuro.

Pero el complemento indispensable está con la confianza en los que nos rodean, con quienes debemos compartir la mayoría de nuestras acciones. En doble sentido, reserva de ayuda en el momento que lo necesitemos y evaluadores leales de nuestras acciones, condiciones indispensables para auxiliarnos en un análisis objetivo de las tareas realizadas.

viernes, 27 de julio de 2007

El Mejor...



Según escribe Eduardo Punset: "Una cebra no necesita correr más que una leona, sino más que otras cebras"

Para hacer bien la actividad que uno desarrolla, con ser bueno es mas que suficiente, no es necesario ser el mejor. La diferencia es sustancial. En el primer caso, uno se esfuerza de modo equilibrado en ser eficiente en lo suyo, lo que supone satisfacción con lo objetivos conseguidos. Por contra la posición de mejor, lleva implícita una permanente posición de alerta; primero para reducir cualquier "despegue" de un posible competidor con objeto de neutralizarlo y segundo una clara insatisfacción con lo conseguido, hasta que uno constata que es "top".

Pero si observamos a nuestro alrededor, casi todos los mensajes son de inducción a la competición y desde luego de gran relevancia para el primero, pero escaso reconocimiento y divulgación para el segundo, que queda con una parcela de "gloria" relativamente escasa. Este planteamiento conlleva en sí mismo, una visión de los que nos rodean profesionalmente, como adversarios. Claro detrimento para el trabajo en equipo, que es realmente lo que genera la verdadera fuerza en las organizaciones.

Pero también y por la propia idiosincrasia del mensaje, hay quienes descartando de antemano que no quieren optar - por convencimiento o falta de capacidad - por el mejor, no intuyen que las posiciones de "bueno" también tienen mucho interés y se sumen en el ostracismo, se pasan a la posición contraria y se dejan llevar por la corriente, sin importarles mucho hacia que puerto los arrastra.

Esta sociedad que solo lanza mensajes para "mejores", olvida, que la vida no puede ser planteada como una carrera de obstáculos, sin que tarde o temprano pase factura. Releyendo la frase de Punset y aplicándola a nosotros mismos, lograríamos otro tipo de equilibrio, estaríamos mas serenos y viviríamos mas felices, que es en definitiva lo que importa de verdad.




jueves, 26 de julio de 2007

Felicidades

Hoy es Santa Ana. Te deseo lo mejor. Espero que sigas conservando la espontaneidad y transparencia en tus relaciones, que junto con tu naturalidad, te hacen persona de gran interés. Por supuesto, la duda metódica no la dejes.

Me alegré mucho de la conversación telefónica corta de hace unos días, que nos conectó Luis. Siempre te recuerdo como una suave brisa en un verano "torrido".

No cambies Ana... lo singular tiene un valor incalculable en esta sociedad ramplona en la que vivimos...

martes, 24 de julio de 2007

Preocupación



En un estudio reciente que cita en su libro Ernie J. Zelinski, dice:
a) El 40% de nuestras preocupaciones giran en torno a acontecimientos que nunca sucederán.
b) El 30% trata de acontecimientos que ya han sucedido, o han llegado demasiado lejos para que podamos cambiarlos.
c) El 22% gira en torno a acontecimientos triviales.
d) El 4% es por acontecimientos reales, que no podemos cambiar.
e) Sólo el 4% de nuestras preocupaciones se refiere a acontecimientos reales sobre los que podemos hacer algo.


Si el estudio es riguroso y no tenemos datos para pensar lo contrario, la cuestión es muy relevante. Es decir, la mayoría de la población vivimos preocupados por algo y resulta que en la mayoría de los casos, el motivo es irrelevante, es decir, no existen motivos fundados para ello. Sorprendente cuanto menos.

Contrastar, si ello es así, no es difícil. Si uno comprueba sus últimos motivos de preocupación, la realidad es que se aproximan mucho a la estadística. Parecería como si nos empeñásemos en ocupar nuestra mente en "atormentadores" pensamientos, que no conducen a nada. Independientemente de la pérdida de tiempo que representa esta conducta, hay que evaluar también, la cantidad de cosas que podríamos haber hecho, no solo por el tiempo que empleamos en la "recreación de la preocupación", sino también por la falta de equilibrio, que nos roba tal inercia de nuestro pensamiento.

Cada vez mas, se impone pensar en positivo. Pensar en positivo, es sin lugar a dudas vivir mejor.
Pero la paradoja se plantea, cuando el problema no es solo nuestro. Los periódicos, la Tv, la radio, es decir los medios de comunicación, pasan elevado tiempo narrando lo peor de nuestro entorno y además dicen que lo "bueno" no vende. Entonces no queda mas remedio que intentar esforzarnos mas (para conseguir lo positivo en nuestro pensamiento) o vivir al margen de la información perturbadora...

lunes, 23 de julio de 2007

Gobernar...



Si uno consulta en el diccionario de la Real Academia, la palabra Gobernar, se encuentra con varias acepciones, las tres primeras: 1. “Mandar con autoridad o regir algo”, 2. “Dirigir un país o una colectividad política”, 3. “Guiar y dirigir”. Parece que se encuentran dentro de la misma línea, se aproximan a lo que yo también intuiría que es la definición.

Pero cuando uno continúa leyendo se encuentra con una acepción 4, que dice:
“Manejar a alguien, ejercer una fuerte influencia sobre él”. Aquí si que me quedo sorprendido de que la R.A. ya tenga acotada una definición perfectamente acoplada a lo que verdaderamente sucede ahora.

Antes eran los artículos de opinión de los periódicos relevantes y de las firmas de renombre, pero ahora han proliferado hasta la saciedad las “tertulias” (no me refiero a las rosas). Aquí si que se ha puesto en evidencia la cuarta definición. Un conjunto de personas, que sabe mucho de todo, se reúnen alrededor de una mesa y debaten sobre un tema determinado. Pero claro, como hay audiencia, todos cuidan la palabra que pronuncian, mas que la veracidad del argumento esgrimido.

Todos tienen razón, todos tienen fundamentos suficientes para poder expresar lo que dicen, saben las cosan que han pasado y las que están por venir. Interpretan cada gesto, cada acción con unos mensajes no claros de ver por nosotros. Me acuerdo cuando iba a las sesiones de cine forum – cuando era joven – estoy seguro que el director de la película que se debatía, ni se le había ocurrido pensar en algunas de las cosas, que allí se manifestaban por los mas iniciados.

Cuando las opiniones machaconamente repetidas, logran sobreponerse a los hechos reales, todo es posible. Se puede “tertuliar” hasta de lo que no ha sucedido ni sucederá. ¿Por qué el empeño en resaltar lo que nos separa?, cuando estoy completamente seguro, que hay muchas mas cosas que nos unen.

domingo, 8 de julio de 2007

La sombra




Otra tarde de domingo. Vísperas de comenzar de nuevo una nueva semana. Al menos que haya alguna que otra sorpresa agradable, para cambiar la monotonía de lo cotidiano.

No obstante es preludio de vacaciones y eso ya la hace diferente. Porque si no pasa nada, la semana siguiente comenzaría esa andadura de holgazanería, que también le sienta al cuerpo. Lo mejor que hay que hacer, digan lo que digan, es no hacer nada. Eso si que es desarrollar actividad.

La actividad cuando no es monótona, también sienta muy bien, pero en esto de los trabajos de Control de Gestión, hay ocasiones que el informe parece que uno ya lo ha escrito. La bondad o maldad (sobre todo la maldad) del dato, es del "mensajero" y no del dato (otra paradoja). Y por no repetir, incluso busca como contar lo mismo, pero con otras palabras, como si fueran las palabras las que crean los hechos. Pero si los hechos los cuentes como los cuentes son como son.

Pero la verdad es que en las empresas, como mas cómodo se sienten los ejecutivos, no es con el análisis de los hechos, es mas bien con la exposición pormenorizada de sus opiniones, que comienzan a exponerse, pero que con sorprendente rapidez, el rumbo cambia según la dialéctica, que interesa en ese momento. Si, se pasa con facilidad, de la objetividad del hecho, a la subjetividad de la opinión. Y generalmente todo lleva a "la no decisión"

La improvisación es lo que mejor va, la planificación es un pesado corsé del que uno intenta desprenderse lo mas pronto que pueda, porque cree, que así podrá respirar mucho mejor. El final es que acaba uno mirando a su sombra y claro, depende el ángulo es mas o menos alargada...No importa "mientras uno baraja las cartas, no pierde"

viernes, 6 de julio de 2007

Encrucijada









En la vida hay momentos en el que uno se encuentra, en lo que podríamos llamar un cruce de caminos. Puede tomar una o varias alternativas y en ocasiones incluso, absolutamente dispares.

Uno puede comentar con tirios y troyanos, pero al final en la soledad, debe decidir que hacer con su vida, tomando uno de los caminos. Planteado de este modo, parece como si hecha la elección, los otros caminos se borrasen del mapa, como si necesariamente uno debiera de continuar por el elegido, sin opción a cambio alguno.

La intuición, la voluntad, el convencimiento hacen que resolvamos. Como todas las que tomamos diariamente y a las que nos les hemos concedido ese calificativo tan trascendental, aunque en muchas ocasiones, incluso lo hayan sido mayores.

Lo que uno no debe hacer es decidir bajo los efectos de impresiones superficiales o peor aún, bajo el influjo de acontecimientos recientes poco tranquilizadores. Si uno tiene algo que dilucidar urgente, lo mejor que puede hacer es guardarlo un tiempo, no mucho, percatándose que la urgencia en muchas ocasiones solo es mental, no es real.

La vida de uno hay que vivirla con criterio y continuidad y sobre todo buscando como fin último la felicidad, pero esa es otra paradoja, si la pregunta es ¿qué es lo que me hará mas feliz?, la respuesta es una trampa, porque conocemos lo que hacemos y hemos hecho y lo felices que hemos sido o no en cada momento, pero ¿podemos asegurar como será con la decisión a tomar?. La respuesta es no.

¿Qué hacer entonces?. Decidir es con diferencia una de las actividades que mas riesgo entraña, prueba de ello es que en las empresas nadie lo quiere hacer realmente, o peor aún todos quieren decidir, pero con informes que alguien les ha preparado, así según vaya la cosa, que listo fui o que mal me informaron, si yo hubiera sabido, etc.

Bueno es que nos encontremos en encrucijadas, señal de que no nos hemos adormecido del todo, pero precisamente porque estamos despiertos, hagamos libremente lo que entendamos que mas nos conviene y pensemos siempre, que mas gente de la que imaginamos nos apoya en cualquier posición. Intentemos ver detrás de la maraña y hecha la elección, no miremos hacia atrás no sea que nos convirtamos en estatua de sal como la mujer de Lot.
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