miércoles, 22 de octubre de 2014

Opinión vs información



Dice Miguel Alejo Alcántara en su artículo “La intimidad al descubierto & lo publico que se oculta”, recogido en la Revista de Filosofía “Duererías”: “La opinión nace del juicio reposado, íntimo y particular, tras un análisis calmado de situaciones o hechos determinados y, por lo tanto, desde el momento en que se manifiesta y se confronta con los otros, será compartida o criticada, poco importa pero, en todo caso, deja de pertenecernos, se hace notoria, senda común hollada por todos, opinión publicada.
La visión particular se vulgariza y se extraña a quien le dio forma original. Es posible que opiniones semejantes confluyan en lugares cercanos, en juicios semejantes, y hasta es posible que ese hecho se produzca con frecuencia y mayoritariamente, para conformar lo que usualmente venimos llamando opinión pública mas, a mi entender, no se trata sino de una generalización instrumental cuando no instrumentada.”

Tener opinión, hoy en día, en la era de la información se torna una tarea caí “imposible”. Primero porque tenemos muy poco tiempo libre, o así nos lo imponemos. Creemos que no podemos hacer un alto en nuestra agitada vida, para pensar y razonar sobre cualquiera de los asuntos relevantes que nos rodean. Hemos aprendido – quizás por imitación – hacer lo mismo que con la comida rápida, con un “calentar y engullir” resolvemos; lo que antes era motivo de disfrute para quienes preparaban los “manjares” para compartirlos con los demás, está en desuso o es poco frecuente.

Esa receta rápida, nos ha invadida también el ámbito de la noticia; ya no podemos leer un artículo de opinión, necesitamos un resumen; donde desde luego la parte de opinión, queda muy difuminada. De este modo acabamos estando seudo-enterados y podemos seguir con la vertiginosidad diaria, que nos imponemos. Que son, si no, los SMSs; sin vocales y con tal parquedad de lenguaje, que más parece una versión sincopada del hecho que se pretende comunicar. Siempre fue muy difícil sintetizar, pero lo de ahora, es lo que se definiría con muletilla actual: Supersintético, sabes.

Pero los medios de comunicación, que también saben de esa circunstancia, la han aprovechado par “arrimar el ascua a su sardina”, construyendo una seudo-realidad mas cercana a los intereses editoriales, que a la verdaderas circunstancias. La premura de tiempo, se utiliza para servirnos “bocadillos”, cuya brevedad se ha construido, en ocasiones, sacrificando rigor; con versiones no exentas de la influencia interesada de la línea ideológica del medio.

Es verdad, tenemos más medios de comunicación, pero en la media, de menos calidad informativa. Esta “contaminación” está tornando extremadamente complicado tener buena información y rigurosa. En esta singular situación, pierden, hasta quienes piensan que ganan  mediatizando. Cuando la duda se instala, es mucho más corrosiva que la ignorancia. Tal vez la diversificación que impone la red en temas de difusión de información, acabe con la tiranía del papel y de la imagen, actuales. Nunca me gustaron las medias palabras y siempre pensé, que cuando se tiene miedo a la verdad, sea del tenor que sea, se pierde plenitud de vida. Si perdemos la costumbre de mirar de frente y nos fijamos solo en nuestro ombligo, con el tiempo nos tornaremos bizcos.

Hace ya algunos años, en unas vacaciones de Pascua en casa de mi hermano en Pamplona; vimos una película de videoclub, que no he olvidado; se llama juegos de guerra; para quienes no la conozcan: un niño inventa un juego de ordenador que simula, las medidas y contramedidas defensivas en tiempos de la “guerra fría” y se instala en el ordenador del Pentágono. Toma tal envergadura y rasgo de veracidad, que está a punto de desencadenar una guerra mundial. En la intriga de la trama el niño lo desconecta en los últimos minutos y todo queda en una pesadilla. El juego cuando el niño lo desactiva dice una frase final, que no he olvidado: “extraño juego, para ganar no hay que jugar”.

No informar, informar a medias o desinformar, es la posición menos deseable para “la acción de la información”. Los hechos no cambian, solo quedan parcialmente ocultos…transitoriamente.

domingo, 19 de octubre de 2014

Entendimiento



Dice Descartes (1596-1650) en su libro “Discurso del Método”: “Por eso la diversidad de nuestras opiniones no procede de que unos seamos más razonables que otros, sino únicamente de que dirigimos nuestros pensamientos por distintos cauces y no examinamos las mismas cosas. No basta tener buen entendimiento. Lo principal es aplicarlo bien... Los que marchan despacio pueden adelantar mucho más que los que corren, si los primeros siguen siempre el camino recto y los segundos se extravían”.

Los acontecimientos cotidianos son, en ocasiones, tan machaconamente sorprendentes y negativos, que animan a mirar hacia atrás y buscar lecturas, quizás mas utópicas y menos realistas, pero que devuelven minutos de “paz” con sus reflexiones. Evocan pasado, pero por el talante “eterno” de quienes las escribieron, acaban siendo como una tregua en ese desenfrenado y trepidante mundo en el que nos desenvolvemos.

Seguir el camino recto…como si fuera fácil, seguramente es el que más obstáculos tiene. Sortear las dificultades, sin hacer trampas, es solo para los valientes. Es más fácil buscar artilugios y convencerse a uno mismo de que esa solución es la mejor; para luego hacer una finta y como si no pasase nada, comenzar a tomar atajos sin rumbo determinado, para acabar diciendo como Groucho: “si no sabemos a donde lleva este camino, vayamos deprisa y terminemos pronto”.

La realidad es que vivimos un entorno social, en el que cada vez cuenta menos el “como”, lo relevante es el resultado obtenido, no el modo como se ha logrado. Cada día se torna más difícil no dejarse llevar por la corriente de lo que se llama “éxito social”, es decir apariencia y enorme sensación de vacío interna. Hay un profundo temor al fracaso, que lleva casi irreversiblemente a la soledad. Nuestro entorno quiere ganadores y huye de los perdedores, por si son “contagiosos”.

Querer cubrir etapas, sin el debido entrenamiento y con el ejercicio sano, de aprender de los errores, para no repetirlos; lleva indefectiblemente a una sensación de ansiedad, que nos impide vivir con sosiego. Llegar a ser, es una entelequia, lo que importa es “ser” con empeño e ilusión lo que nos hemos diseñado para vivir, hoy. Lo demás ya vendrá, perder el presente por un “desasosiego” desmedido por alcanzar un futuro de ambición más que de realización, pasa factura… y a veces abultada.

Como dice Descartes: “…a trueque de no adelantar mucho, me libré de caer.”

miércoles, 15 de octubre de 2014

¿errores informáticos? (II)



Dice Fernando Savater en su libro “Ética de Urgencia”: “Paul Valery escribió una obra de teatro que es una versión muy suya del  Fausto tradicional. Y su Fausto es un señor muy moderno, que está en una oficina con una secretaria muy mona con la que se pasa toda la obra charlando. Y hay un momento en que la secretaria le pregunta: “¿quiere que le diga la verdad?”, y Fausto le contesta: “Dígame usted la mentira que considere mas digna de ser verdad”.”

A esta fiesta es a la que asistiremos en los próximos días. En la maraña de confusión en el que se sumen todos los enredos hasta hacerlos irreconocibles; nunca sabremos como y porque razón alguien concibió un mecanismo por el cual unos cuantos, disponían a su antojo de cantidades relevantes, para sufragar cualquier capricho y sin ningún recato.

Una entidad financiera, lo único que vende es confianza; es seguridad de que quienes están al gobierno de la misma, se preocupan de hacer operaciones lo más rentables y solventes que pueden; para proteger el buen fin de nuestros depósitos. Se trata de que cada deudor a su vencimiento vaya cancelando los préstamos con puntualidad, no de tener a disposición mecanismos excelentes de recobro. Se trata de hacer prevención, no cirujía.

En este negocio, aparentemente para mí, la caja siempre había sido “sagrada”, dado el celo que ponen diariamente con el cuadre. No hay nada que pueda suceder, sin que uno o varios pongan su firma en muestra de autorización o conformidad. Uno había llegado a creer que una entidad Financiera es el “el orden y el rigor infinito”.

Pues bien, como los grandes tótems, que caen haciendo un ruido estruendoso, aparece para sorpresa y estupefacción; que alguien o alguienes inventan un instrumento para que los que creen que mandan y controlan, dispongan de un medio de pago a su discreción para “gastar sin ton ni son” y mientras tanto los que verdaderamente mandan, gestionan libres de cualquier control; distraídos los que estaban para ello, en su desenfrenado consumismo. De este modo pueden  disponer a su antojo de los fondos de la institución, haciendo operaciones arriesgadas y  poco explicables desde el punto de  la diversificación, hasta que acaban logrando un serio desequilibrio.

El recuento (no me atrevo a decir arqueo) dice que hay unos 2.700 millones de pesetas,  se han ido en esas veleidades y que solo cuatro personas no hicieron uso de esta ventaja, seguramente porque ya entendieron la ilegalidad del asunto. Por sumar desfachatez, algunos de esos millones se vilipendiaban en la época en que la noticia de  cada día era “el nuevo recorte”.

Desfachatez cargada de  desatada ambición. Decía en el anterior post, cual será el desmán del que nos enteraremos mañana y hoy añado, ¿Cuál será el artilugio legal  que permitirá que algunos se vayan de “rositas”?: la prescripción de buena parte de los años, no haber firmado petición de tarjeta, alegar ignorancia… o cualquier otra. Sabemos el desaguisado y ese ya está hecho, pero ¿veremos el castigo?

Como dice Galbraith en su libro “La cultura de la satisfacción”: “… el error de la mente financiera unido al espejismo popular consistente en creer que, a pesar de las pruebas firmes de lo contrario, la asociación con grandes sumas de dinero indica perspicacia económica”.

domingo, 12 de octubre de 2014

¿errores informáticos?



Dice José Luis Cea García, en su libro “La búsqueda de la racionalidad Económico-Financiera. Imperativo prioritario para la investigación contable”(1994): “…el mundo de las conveniencias y de los intereses en juego de áreas influyentes de la actividad empresarial y los sesgos contables que se logran introducir a favor de los grupos de dirigentes de la sociedad capitalista y en agravio de la independencia e imparcialidad de la información a suministrar inherente a la racionalidad  económico-financiera de los hechos ocurridos, lo cual es moneda abundante y de uso corriente dentro de la teoría y la práctica contables…la investigación contable academicista… esquiva el tema central que debería afrontarse en verdad, esto es, crear, enseñar y luchar por implantar un cuadro de planteamiento o normas de tratamiento contable acorde con la lógica económico-financiera de los hechos empresariales y, en definitiva, una disciplina no solo racional sino también y sobre todo auténticamente independiente e imparcial”.

No voy a escribir un post de técnica contable, tomo las palabras del profesor Cea García, porque siempre me pareció en sus intervenciones un hombre preocupado seriamente por la utilidad real de la información contable y en contra de la mediatización a la que estaba sometida por intereses espurios, con la intención de obtener ventaja para unos pocos.

El desenvolvimiento de la actividad empresarial en los últimos años ha devenido de tal modo, que el llamado estamento Alta Dirección, en la práctica y en el corto plazo, acaba teniendo más poder que el propietario. La frase “rendir cuentas”, creo que está en desuso. Lo que algunos defendían como agilidad en la toma de decisiones, a tenor de últimos acontecimientos, ha devenido en uso impropio de sus poderes.

Cuando las prácticas contables olvidan la “imagen fiel” o son utilizadas para esquivarla, algo muy relevante se quiebra. La confianza se gana con los años y se pierde en pocos minutos. Quienes diseñan, usan e implantan ingeniería “financiero-contable” para subvertir las normas, y peor aún, en beneficio de unos pocos “directivos”, producen un daño irreparable, defraudan la confianza de los accionistas y transmiten un deplorable ejemplo a quienes año tras año y con salarios justos, trabajaron mucho y con lealtad, para llevar adelante la empresa y sin embargo fueron requeridos, en ocasiones, a aplicar mas empeño en el cumplimiento de objetivos.

Pero a mí, lo que mas me sorprende es que, para poder ejecutar este entramado hace falta burlar muchas “guardias”: hay que hacer un diseño contable, que vulnere el control de gestión; alguien/es tienen que hacer la ejecutoria interna y repetirla durante tiempo; creo que esto no son cabos difíciles de atar, cuando el objetivo del diseñador es engañar y la instrumentación y diseño viene de quien tiene la facultad de ordenar (hágase así).

Pero, otros  más “sesudos” también deben de ser burlados: el Control de Gestión Interno de la entidad financiera, la propia Auditoría Interna, el Comité de Auditoría, la Auditoría Externa, la propia Inspección del Regulador, etc, etc. Nadie reparó que la cuenta de  “errores informáticos” era abultada o es que su montante, comparado con las otras cifras era de carácter “inmaterial” y por eso no se le hincó el diente.

Cuando se destapa la "caja" de la desvergüenza y por ambición o falta de ética, se inventan “artilugios” para engañar - si además se hace en el seno de una entidad financiera - se produce un salto en el vacío de consecuencias no predecibles. ¿Cuál será el próximo desaguisado que leeremos atónitos en el futuro no demasiado lejano?.  
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