domingo, 31 de agosto de 2008

Disculpar y disculparse


Hemos sido educados de modo, que tenemos una firme resistencia a reconocer nuestros errores. Lo de "mantenella y no enmendalla" lo llevamos tatuado en el cerebro.

Ser consecuentes con nuestros actos, implica necesariamente - en algunas ocasiones - explicitar sin recato nuestros fallos y cuando los mismos han afectado a personas, por nuestra conducta o comentarios, a pronunciar sin complejos las palabras necesarias para solicitar la disculpa.

No somos mas importantes, por dejar pasar el tiempo sin enmendar el desafuero cometido. Las personas fuertes, son en el fondo las mas humildes, saben que la verdadera fortaleza no está en la altanería impropia, está sin duda, en el equilibrio, para estar orgullosos del buen hacer y afrontar sin ningún complejos las acciones inadecuadas, con intención de remediarlas.

Cuando alguien no sabe disculparse, generalmente, tampoco sabe perdonar, no olvida, mantiene las espadas en alto en espera de poder "vengar la afrenta" recibida. Mal bagaje para para vivir. Acumular rencores es un mal camino. No liberar nuestra conciencia, es como, llevar una escayola en el alma, no molesta y/o duele como la de una pierna o un brazo, pero incapacita a la larga.

En una sociedad, cargada de intereses "creados" y "caretas" es un buen caldo de cultivo para hacer mas de lo mismo, para eso no se necesita nada, solo hay que dejarse llevar. Ser valiente es correr riesgos y el riesgo solo lo queremos para la "bolsa". Lo malo es que cuando baje nuestra cotización todos se aprestarán a vender nuestras acciones y entraremos en caída libre, sin que haya quien nos frene... quizás entonces nos percatemos, de que la transigencia es la antesala de la verdad y la verdad precede a la amistad imperecedera... ojalá tengamos mas oportunidades. En ocasiones es demasiado tarde ya.

La perspectiva





Dice Jorge Bucay en su libro "Déjame que te cuente...":"El único error, casi siempre, es creer que la posición en la que estoy es la única desde la cual se divisa la verdad. El sordo siempre cree que los que bailan están locos".

Acantonarse en cualquier circunstancia, es perder - con seguridad - la posibilidad de resolver con acierto. Tener un punto de vista documentado, no es un certificado de certeza absoluta. Cada cual tiene una perspectiva y a través de la misma da una interpretación, que puede ser diferente, pero en ningún caso tiene porque concluirse, que es absolutamente discrepante e irreconciliable con la nuestra. Algo podremos aprovechar.

No es desdeñable la "riqueza" que aporta para la resolución de problemas, la serenidad para escuchar con mucha atención, a todos los que pueden aportar algo, incluso a aquellos, que por su talante o el nuestro, ocupan posiciones diametralmente opuestas. Cada uno ve las cosas de acuerdo con su punto de vista y el lugar en que se encuentra. Querer abarcarlo todo en solitario, significa perder precisión y correr riesgos innecesarios. Debemos ser prudentes en el contacto con malintencionados, soberbios y mentirosos compulsivos y aún así... oír no desgasta.

Empecinarse en analizar solo nuestros propios argumentos, es la antesala del error. Nuestra posición sobre cualquier tema está, casi siempre, sesgada por nuestro estado de ánimo. Lo que se presenta como irresoluble bajo este prisma, adquiere otro talante con un punto de mira diferente y nos puede ayudar.

Tenemos demasiados temores a admitir que somos limitados, tanto en el análisis como en la acción. Resolverlo todo de "motu propio", no es buen camino. Tener criterio, no debe ser nunca una posición excluyente, todo lo contrario, debe propiciar con intensidad el acercamiento a los demás, aunque solo sea para contrastar.

Adoptar una posición receptiva y expectante, necesita una buena carga de modestia... y ésta lamentablemente escasea en una gran mayoría... en este caso, como en otros, estar con la minoría no es una posición desdeñable.

viernes, 29 de agosto de 2008

El pasado...



Dice Robin S. Sharma, en su libro "El monje que vendió su ferrari": "Todo suceso tiene su porqué y toda adversidad nos enseña una lección. He comprendido que el fracaso, sea personal, profesional o incluso espiritual, es necesario para la expansión de la persona. Aporta un crecimiento interior y un sinfín de recompensas psíquicas. Nunca lamentes el pasado. Acéptalo como nuestro que es".


Querer ignorar de donde venimos, es desperdiciar una oportunidad de oro de dirigirnos hacia el futuro con "mapa de carreteras". Nada sirve de mejor guia, que analizar lo que hemos hecho y los sucesos relevantes, que nos han sucedido, sean positivos o negativos.

Son los errores los que nos enseñan, el acierto de hoy, seguro que es, fruto de un buen aprendizaje o consecuencia de un fallo anterior debidamente interiorizado. Estimar que la vida es un camino de rosas, es tanto como inferir que todas nuestras acciones tienen "seguro" de acierto. No, no es así, somos racionales y humanos y hacemos todo lo que podemos en cada ocasión, pero en ningún caso eso implica certeza, de que resolvemos de la mejor forma.

Aceptar con el mismo talante el fallo y el acierto, sin hundirse o jactarse, según sea el resultado de la acción, es demostrar una madurez digna de encomio. Saber extraer las enseñanzas, que nos aportan nuestros fracasos e incorporarlos como bagaje, para nuestro desarrollo personal, seguro que nos "blinda" ante las adversidades y eso si que es hacer equilibrios con red, si caemos no habrán hematomas.

El sol sale todos los días, si hay nubes que nos impiden recibir su luz, nadie nos podrá quitar la ilusión expectante de esperar a que desaparezcan... porque siempre acaban desapareciendo y el sol triunfando con su destello... que los días nublados en nuestra vida, solo sean una transición y no un estado.


domingo, 24 de agosto de 2008

Un mundo...un sueño II




Finalizan los Juegos Olímpicos y con toda claridad se pone en evidencia que lo de "lo importante es participar", era un rollo.

Lo importante en la sociedad actual, es ganar, o por lo menos quedar entre los tres primeros. Los demás es, pasar al olvido a una gran velocidad.

Como si ser cuarto o quinto, o sexto, etc del mundo fuera cualquier cosa. Pero ya sabemos, lo que importa es el oropel, la máxima gloria, el máximo desafío rebasado.

Lastima que no pueda ponderarse el esfuerzo. Reconocer el mérito de quien gana es imprescindible, pero sin manifestar de forma machacona y abierta, la tremenda "desgracia" que supone, no haber obtenido medalla en determinada competición.

Bien es cierto, que se debe ir preparado para dar lo mejor, que cada uno tenga. Pero una vez hecho esto y no haber utilizado procedimientos reprobables para ayudar a las marcas; la posición obtenida debe se ser considerada como fruto del esfuerzo máximo y por tanto digna de alabanza y reconocimiento.

Medir el resultado por el número de medallas conseguidas, es cuanto menos menospreciar el esfuerzo, de quienes dieron lo mejor que podían de sus cualidades, en un intento fallido por ir mas allá. Las circunstancias o las cualidades superiores de otros, colocan a cada uno en su lugar, pero hay que recordar que cualquier lugar es muy elevado... aunque no sea el primero.

Mi homenaje sincero a quienes participaron con interés y no obtuvieron medalla, por haber competido, aún sabiendo que no ganarían, haber comparecido y haber dado lo mejor. Porque hay que pensar que sin ellos el espectáculo sería pírrico, es decir, no habría. Mi enhorabuena a todos vosotros por vuestra valentía y modestia, digna de ejemplo.

jueves, 21 de agosto de 2008

Amiguismo



Dice Eduardo Punset en su libro "La España impertinente": "La práctica del amiguismo supone un atentado constante a los valores fundamentales de la igualdad de oportunidades que debieran caracterizar un sistema democrático y sólo puede pervivir en aquellas sociedades en las que la información, el conocimiento o la inteligencia no han podido consolidarse como factores determinantes de los mecanismos de decisión".

Lamentablemente vivimos en un entorno general - no solo en la empresa - donde lo que prima es la "amistad", mal entendida, para obtener cualquier objetivo. Parece, que para poder conseguir algo relevante, hay que conocer a personas del entorno, con la suficiente influencia y ascendencia para que nos faciliten el acceso.

Pero además, no solamente este curioso sistema, está presente en el acceso, una vez se está dentro de la organización el "padrinismo" sigue. Para ascender, medrar o simplemente obtener ocupaciones mas relajadas, es casi imprescindible que nos conozcan y nos apoyen, los que tienen en la mano la llave de la decisión.

Es indudable, que cuando alguien tiene que otorgar una determinada confianza, para el desarrollo de una actividad, lo mejor es que conozca a la persona y lo suponga acreedor de tal mérito. Pero otra cosa diferente es, cuando se utiliza de forma omnímoda y aún conociéndose la falta de capacidad, prima el amiguismo, con sensible deterioro de la eficiencia.

Pero así es la sociedad en la que vivimos, de aquí el interés inusitado por ser asiduos de determinados ambientes detentadores del "poder", con el objeto de estar en el lugar adecuado, en el momento preciso. Lo importante es que nos conozcan, que nuestro nombre "suene", mucho mas que la evidencia de nuestras propias capacidades o cualidades.

Saber es importante, tener experiencia también, exhibir un curriculum brillante es una excelente tarjeta de presentación, pero en muchas ocasiones - mas de las debidas - estar "apoderado" por persona "influyente" es decisivo.



Lógica



Dice Marilyn Vos Savant, en su libro "El poder del pensamiento lógico": "El pensamiento lógico fortalece la mente como ningún otro tipo de pensamiento logra hacerlo. Libera a las personas del hábito de dar por sentado que cualquier afirmación es verdadera hasta que se demuestra lo contrario. Permite al ciudadano medio defenderse del poder de la exactitud política, reconocer las trampas legales y tomar decisiones independientes. Y además constituye un baluarte en contra de la servidumbre intelectual para los no privilegiados".

La lógica bien estructurada, es una de las compañías mas acertadas para resolver los problemas cotidianos. Pero no es fácil razonar bajo estos parámetros, somos mas proclives a dejarnos llevar por nuestras propias impresiones - positivas o negativas - de las personas y los hechos. Nuestra precipitada vida coadyuva, para evitarnos la serenidad necesaria, que permite tomar distancia y dejar a un análisis frío, el desenlace de los acontecimientos.

Solventar nuestros problemas, mediante un análisis superficial y sesgado, es como conducir rebasando el límite de velocidad, el riesgo que que corre es muy alto. Pero peor es no acostumbrarnos a evitar magnificar o minimizar los sucesos, por falta de tiempo o peor aún por no establecer una sistemática de análisis sólida y sobre todo exenta de apasionamiento.

La lógica es una forma de razonar, que permite clasificar adecuadamente los hechos y nos ayuda, sin duda, a decidir con una elevada probabilidad de acierto; pero además nos aleja de modo radical de los embaucadores de la palabra, de aquellos que con una extraordinaria verborrea nos inducen a creer cosas, que no son ciertas. Me refiero principalmente a los "malos políticos", aquellos que se dedican a contar verdades a medias para permanecer de por vida en la poltrona.

Cuando la vida nos lleva a una encrucijada, lo mejor es razonar con equilibrio y evitar obcecarnos con pensamientos repetitivos y alienantes. No fiarnos de falsos profetas, ni de salvadores de vidas. Pararse, pensar y razonar, aplicar un criterio lógico y decidir.

Nos jugamos demasiado... ¿no?.


viernes, 15 de agosto de 2008

¿Quienes somos... qué somos? II



Dice Luis rojas Marcos en su libro "La autoestima nuestra fuerza secreta: "La verdad es que todos enjuiciamos y explicamos nuestro mundo y el mundo de los demás a nuestra manera o, como asegura un viejo refrán, "cada cual cuenta la feria sengún le va en ella" . Nuestras experiencias pasadas, nuestros valores y nuestras expectativas moldean nuestras opiniones, especialmente sobre ideas abstractas o temas tan emocionalmente cercanos e importantes para nosotros como la propia valoración de lo que somos".

El pasado es la base mas sólida, que tenemos, para aproximar la conformación de nuestra verdadera imagen, ya que de esos hechos, hemos ido cimentando nuestra propia actitud de hoy. Quienes no utilizan este análisis para acumular experiencia, desaprovechan la fuente mas sólida para aprender a "moldearse" adecuadamente. Viven de modo impropio y difícilmente no repetirán errores y/o se ayudaran en los aciertos.

Somos - queramos o no - la imagen virtual, que acumula sobre nosotros el transcurso del tiempo y nuestra propia capacidad de síntesis. Debemos vivir el presente, pero no podremos conformar adecuadamente, nuestra voluntad para dirigirnos a las metas, que nos hayamos marcado, sin haber hecho una disección acertada de lo vivido. Aprender de dicho análisis, es determinante para saber, quien y que somos.

La vorágine, en la que nos viene sumiendo el ritmo precipitado del actual modo de vida, plantea un problema; no nos deja momentos libres suficientes, para replegarnos, recordar, pensar y extraer conclusiones. Tenemos tiempo para otras cosas, pero para ésto no, siempre nos lo planteamos para mas adelante y cada vez lo retrasamos mas, mermándonos con esta actitud, de una fuente ingente de información útil y necesaria.

La paradoja es: no debemos vivir sin rememorar los acontecimientos del pasado, de ellos obtenemos una fuente inagotable de experiencias, que podemos incorporar como bagage para atacar el futuro. Pero es también imprescindible, para poder seguir desenvolviéndonos con equilibrio, olvidar villanías, felonías y deslealtades propias o ajenas, para no atrapar la mente en bucles innecesarios y en ocasiones incapacitantes.
Aprendamos a perdonar y a disculparnos... es un buen antídoto.

jueves, 14 de agosto de 2008

¿Quién soy... qué soy?





Dice Fernando Savater en su libro "Las preguntas de la vida": "Tenemos múltiples fuentes de conocimiento, pero todas han de pasar la crítica de la razón, que verifica, organiza y busca la coherencia en lo que sabemos... aunque sea provisionalmente. Pero la vida está llena de preguntas. ¿por cúal empezar; tras habernos preguntado como responderlas?. La primera de todas bien puede ser esta: ¿quién soy yo?. O quizá: ¿qué soy yo?.

Quienes somos, sí, no quien aparentamos , hay una diferencia importante. Debemos de pensar no en el personaje que representamos socialmente, no lo que hemos "vendido" a los que nos rodean, sino en como somos cuando nos quedamos solos, cuando tenemos la posibilidad de vernos por dentro, cuando no tenemos la necesidad de interpretar.

La respuesta no es fácil, ni siquiera para nosotros individualmente. Representamos durante tanto tiempo el personaje que nos hemos creado o nos han adjudicado, que no sabemos vivir si no estamos en el argumento de la "película". Sacar la piel verdadera y analizarla - aunque solo sea a nivel personal - es una tarea poco usual. Preferimos vivir dentro de la coraza, como protegidos por el peso fatuo de la opinión aprobatoria de los que nos rodean. Cambiarla, nos parece que nos tornaría vulnerables.

Vivir socialmente es interpretar un personaje, es adjudicarse un determinado "rol", es en definitiva, negarse a uno mismo la posibilidad de desenvolverse con libertad - respetando siempre a los demás - pero ejerciendo lo que verdaderamente nos indica nuestro pensamiento, no actuando del modo "admitido - asumido".

De nada sirve la representación, si en el fondo, en algún momento terminará la "función" y cuando eso ocurra, correremos el riesgo de quedarnos solos. Tener la valentía de saber y ser quienes somos y que somos, tiene el efecto de disminuir, quizá, el número de personas con las que nos relacionemos, pero tiene la ventaja de que siempre estaremos sinceramente acompañados, aunque sea por pocos.

Si nos desenvolvemos con sinceridad no seremos mas vulnerables, al contrario estaremos revestidos de fortaleza... la que nos proporciona nuestra propia tranquilidad de espíritu.


miércoles, 13 de agosto de 2008

Autoconciencia



Wistlawa Szymbroska dice en su libro "Paisaje con grano de arena":


"El águila ratonera no suele reprocharse nada.
Carece de escrúpulos la pantera negra.
Las pirañas no dudan de la honradez de sus actos.
Y el crótalo a la autoaprobación constante se entrega.
El chacal autocrítico está aún por nacer.
La langosta, el caimán, la triquina y el tábano
viven satisfechos de ser como son.
... En el tercer planeta del sol,
la conciencia limpia y tranquila
es un síntoma primordial de animalidad".

La autoconciencia que llevamos implícita, nos recuerda machaconamente, cuales de nuestras acciones no han sido adecuadas. Podemos actuar de modo impropio, pero posteriormente no escaparemos a nuestra propia crítica, mas o menos viva, según el hábito que tengamos de escuchar a nuestra conciencia.

No podemos "campar por nuestros respetos", sin quedar expuestos a la autocrítica, aunque la probabilidad de que se conozca nuestra actuación incorrecta, por los demás, sea remota. No obstante el nivel de medida de la idoneidad de nuestros actos, con el tiempo, se adormece para acompasarse, a nuestro nivel de principios y el respeto inducido al entorno o a los demás individuos.

Emerge la nueva moral, que impulsa la admisión o no de diferentes hechos, según el lugar del globo donde se estén produciendo. De aquí, cosas que no son factibles en Europa, por ejemplo, aparecen como casi normales en África, haciendo, que casi no nos sintamos incómodos, con masacres de personas, incluidos mujeres y niños. Es la doble moral social.

Otra vez de nuevo, el nacimiento determina muchas cosas, entre otras también el nivel de autoconciencia nuestro. La ambiguedad y tibieza de nuestra sociedad actual, propicia una imagen poco nítida para establecer las fronteras de lo correcto. Depende mucho de para quien y donde. El juego de todo vale, si es para conseguir mi propio interés, esta propiciada por esta indefinición. Quizás en ese momento nos estamos acercando a la animalidad.

Esperemos que tengamos tiempo para reflexionar y que las generaciones futuras, sí sepan aplicar con equilibrio todos los principios, evitando la mirada de soslayo para no percatarse de la realidad incómoda y afrontando los problemas de modo amplio. Los pueblos tarde o temprano despiertan, por muy subyugados que estén y las civilizaciones se extinguen... basta repasar la historia.





lunes, 11 de agosto de 2008

Proporción Áurea


Dice Mario Livio en su libro "La proporción Áurea", citando textualmente a Einstein: "La cosa mas bella que podemos experimentar es lo misterioso. es la emoción fundamental que hallamos en la cuna del auténtico arte y la ciencia. Aquel que ya lo conoce y ya no puede hacerse preguntas, quien ya no siente asombro, está muerto, no es mas que una vela apagada".


Sí, eso es vivir con intensidad, ir de asombro en asombro, como los niños, con los ojos bien abiertos, para explicitar la sorpresa, que nos mueva a pensar, reflexionar y cuestionar todo lo que hacemos y hemos hecho. Positivamente como liberándose, con un ansia de saber irrefrenable, no dejando reprimirla por pereza o dejadez.

La vida no es un devenir neutral, es algo más; es algo dinámico, es algo apasionante... No valen los pusilánimes ni los "pasivos", se los lleva irremediablemente la corriente, o se ahogan cuando sube la marea. La vida es como un carrusel, siempre en movimiento, nosotros somos su motor y en la gran mayoría de las ocasiones su pentágrama. La melodía la pautamos nosotros con nuestros actos y los "tempos" también y no tenemos que esperar la entrada del "director", damos nuestras "notas" a nuestro ritmo, sin miedo ni timidez.

La curiosidad, la observación y la atención, propician el asombro y con él, la indagación serena para completar el puzle. Nosotros somos el centro y la longitud del diámetro está en función de nuestro esfuerzo, por conocer y profundizar.

Seamos en definitiva como la "Proporción Áurea", número que continua infinitamente sin mostrar ninguna repetición o patrón, es decir, seamos de algún modo inconmensurables, rompamos moldes... tal vez así ganemos en utilidad real.



domingo, 10 de agosto de 2008

Calidad de Vida...



Dicen Valentín Fuster y José Luis Sampedro con Olga Lucas, en su libro "La ciencia y la Vida": "Calidad de Vida no significa lo mismo para todos, unos buscan la calidad en el ocio, otros en éxito, otros en el retiro espiritual...No nos educan, no nos preparan para la humanización, nos educan para que nuestro objetivo sea el éxito, lo tengamos o no. Es la única meta que nos proponen. Nos educan para la lucha competitiva que conviene al poder, no para que vivamos agradablemente con calidad de vida, sino para que destaquemos, para que tengamos necesidad de acumular bienes".

La necesidad de acumular bienes, posiblemente sea una de las características mas definitoria de los usos sociales actuales. En mucha mayor medida, si dichos bienes, son identificadores de una determinada "potencia" personal, bien por la marca - determinante en todos los casos -, por la novedad o por el coste. Nos hacen falta estas singularidades supérfluas, para sentirnos mas seguros. Lamentablemente preferimos lo que aparentamos a lo que somos. Craso error.

Los objetos nos dominan, no solo por su posesión, sino peor aún por su renovación y/o actualización. No es solo necesario poseer, es más, hay que tener lo "ultimo" y ser el primero en exhibirlo, porque cuando se generalice su uso, nosotros ya estaremos buscando otro modelo mas nuevo. Carrera sin fin y sin ruta... antesala del vacío y la insatisfacción.

El teléfono móvil, por ejemplo, ha dejado de ser un elemento de comunicación fácil, para tornarse en baluarte que arrope nuestra "distinción". No importa para nada su función principal. Las rarezas accesorias - que usaremos en contadas ocasiones - es lo relevante. Sentimos un extraordinario placer en explicarlas a los demás y gozamos con su sorpresa. Hemos adoptado el rol de publicistas indirectos de la marca - gratis - por el sentimiento de placer de provocar la "admiración" ajena.

Lo sorprendente, no es ya la consolidación de esta situación de modo general. Es mas preocupante, que cada vez, aparece en generaciones, mas jóvenes incluso en los niños. Hemos conseguido transmitirles, que no aprecien los objetos, solo por su utilidad; creen también que solo son adecuados si se trata de modelos vanguardistas. Los hemos "formado" para que pasen mas tiempo relacionándose con objetos y máquinas, que con personas. Sin percatarnos, que la falta de comunicación humana, los tornará en un futuro intolerantes e insolidarios.

La amistad, la tolerancia, el amor, la comprensión, la flexibilidad, la contrastación de opiniones, entre otras; forman parte del aprendizaje que se obtiene de las relaciones humanas... nunca nos las transmitirán las máquinas y estas cualidades si que son necesarias para conformar una buena calidad de vida.


sábado, 9 de agosto de 2008

Lectura




Dice Fernando Savater en su libro "El jardín de las dudas": "Sabed que una vez encenagado en la lectura, vuestro hijo ya no se detendrá ante ninguna fechoría: se atreverá a pensar por sí mismo, desobedecerá a los farsantes aunque lleven un ropón hasta los pies, intentará descubrir las causas del mundo físico y social que nos rodea en lugar de repetir jaculatorias usuales y quizá hasta llegue a convencerse de que un buen comerciante o un buen tejedor son personas más útiles a sus semejantes que un rufián de apellido ilustre o un general de caballería".

Leer, leer y leer, esa es la verdadera liberación. Practicar la lectura es tanto como vacunarse contra las simplicidades y futilezas del mundo que vivimos. Primero porque escogemos en que fijamos nuestra atención y luego porque nos transporta a mundos virtuales llenos de posibilidades, ahorrándonos el tiempo perdido que representa la propia inactividad o viendo la Tv, que acaba por abstraernos y aislarnos. Antesala de la adocenación.

Los libros tienen la virtud de moldear nuestra mente de modo positivo, la hacen mas abierta y la preparan lentamente, para acrecentar nuestra capacidad receptiva y nos hacen mas tolerantes. Mantienen nuestro cerebro en actividad e impiden su envejecimiento, son como una terapia al alcance de la mano.

Suponen un recogimiento voluntario, pero efectivo. Nos vacunan contra el estrés y nos mantienen en buena forma mentalmente, lo que redunda - en definitiva - en una mejor salud física. Son denostados por los poderes fácticos y no democráticos, porque evidencian su injusticia y vacuidad, animando a no dejarse envolver por falacias y acaban con el tiempo removiéndolos de sus poltronas.

Tengo la costumbre de leer subrayando lo que me gusta, sorprende o me llega mas profundamente, tanto con opinión coincidente o disidente. Bien es verdad que mi lectura es mayoritariamente ensayo o relatos de actualidad y menos novela. Pues bien me resulta doblemente placentero, coger algún libro leído hace tiempo y repasar los subrayados, es como un rememorar en poco tiempo, los mensajes recibidos de aquellas páginas, es como perpetuar lo leído y revivir el placer o la sorpresa experimentada.

No dudemos, leamos y seremos mas libres. Dejémonos arrastrar por este ejercicio y démosle prioridad para llenar parte de nuestro tiempo libre. Abramos nuestra mente y aprendamos a recogernos internamente en las páginas de un buen libro... seguro que con el tiempo hará falta menos Prozac.


viernes, 8 de agosto de 2008

Un mundo... un sueño




Si, un mundo, seguramente pensado para convivir mejor, mas solidario, mas equitativo, menos arbitrario, menos racista, menos clasista.

Si, un mundo, para generar riqueza para todos, para evitar que la única medida sea el dinero, para pulir desigualdades e injusticias. Porque las condiciones enunciadas en el párrafo anterior no son mensurables.

Si, un mundo, para hacer las cosas de forma tal, que las siguientes generaciones lo vean como está hoy, evitando así la degeneración paulatina en el que estamos involucrados actualmente.

Si, un mundo, donde el lugar geográfico de nacimiento no condicione de por vida.

Un sueño también, pero un sueño que no se transforme en pesadilla, donde todos gocemos de las mismas oportunidades y podamos aprovecharlas.

Un sueño también, pero un sueño por el que luchemos, todos, para que pueda ser real. No nos conformemos solo con que se quede en algo encomiable, pero poco probable o peor no realizable.

Un sueño también, pero un sueño donde la ley de vida sea la búsqueda de la felicidad y donde la ambición desmedida por "medrar", sea mal vista.

Un mundo... un sueño.... ¿una utopía?

Que la belleza de la apertura de los Juegos Olímpicos, propiciada por el esfuerzo coordinado de miles de personas, sea la metáfora y el ejemplo adecuado, para impulsar el entendimiento entre los pueblos, sean de donde sean.

¿otra utopía mas grande aún?.

Confiemos que no....



jueves, 7 de agosto de 2008

Introspección




El recogimiento y la introspección, son necesarios para potenciar el equilibrio interno. Pero cuando se extralimita, perdiéndose en ocasiones el contacto exterior, casi de modo habitual, el efecto es completamente nocivo. Las personas, que están en estas circunstancias, es como si estuvieran atrapadas, poco a poco, van entrando en un laberinto, del cual no es fácil salir.

Tener contacto exterior es completamente necesario, provoca dos efectos claros. Potencia nuestras cualidades, con los comentarios positivos o negativos de los que nos rodean, moldeando nuestro carácter y ayudándonos a progresar de modo equilibrado. Pero también sirve, para estimularnos, en el sentido mas amplio de la palabra, nos incentiva a tomar o declinar en decisiones y nos orienta en las acciones a acometer.

Todos necesitamos a nuestro entorno para tener puntos de referencia claros y ayuda en el momento necesario. Cuanto mas aislado vive una persona, mas acrecienta sus posiciones negativas, siendo extremadamente vulnerable y poco flexible. Crece su egoísmo y todo lo contempla en función a la utilidad o desutilidad, que le reporta a él en exclusiva. Cuando no, potencia la envidia y por tanto nos predispone negativamente para relacionarnos normalmente.


Mantener un equilibrio entre nuestras necesidades internas y la comunicación con el exterior, es un planteamiento completamente necesario actualmente. La sociedad está imbricada de tal modo, que nos hace indispensable la comunicación. Dialogar con nuestros amigos, es una de las acciones, que puede ayudar mas, a consolidar nuestros criterios y por tanto evitar inseguridades y dudas. Por contra, no practicar la relación con los que nos rodean y quieren, es tal como despreciar - de un plumazo - el apoyo cotidiano, que representan en condiciones habituales y el que pudieran significar en circunstancias extraordinarias, cuando atravesemos por crisis personales.


El aislamiento, aunque sea voluntario, no favorece el desarrollo equilibrado de la persona. Nada hay tan negativo, como privarse de la comunicación. Los sucesos que nos acontecen son mucho menos lacerantes, si contamos con el apoyo de quienes nos conocen y quieren. Una de las cosas que mas necesitamos en esta vida es sentirnos apoyados, respaldados y comprendidos. Difícil lo tenemos si evitamos el contacto y el intercambio de opiniones con quienes podemos comunicarnos con facilidad. Aunque esto no quiera decir que debamos coincidir en todo lo que pensamos, muy al contrario, la discrepancia educada - lo contrario de lo que se ve habitualmente en TV -, es ante todo un campo muy enriquecedor.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Cumpleaños feliz....



Felicitar a quien se quiere, es tarea ardua y dificultosa. Porque este acto, Chelo, lo hemos convertido, como muchos otros, en una acto social. Casi exento de verdaderos sentimientos.

Aún se complica mas, si hay que hacerla, para dirigirse a personas sencillas como tú, que no necesitan oropeles. Personas, cuyo mayor empeño es no dificultar la convivencia.

Cuando los sentimientos no los interrumpe, ni el transcurso tiempo, ni el alejamiento por las circunstancias de la vida, se tornan mas férreos, que los cimentados en contactos cotidianos.

Pues bien, con las premisas definidas. Deseo que sigas siendo como eres, que no cambies ni un ápice y que tengas, o mejor ya, hayas tenido un día de tu cumpleaños excelente.

Caminar de puntillas, como tú, para no molestar a nadie, es un privilegio que tienen la posibilidad de cultivarlo muy pocos. Casi agradezco la mala conexión de teléfono movil, que ha propiciado este escrito. Un fuerte abrazo Chelo...



sábado, 2 de agosto de 2008

El bienestar


Dicen Valentin Fuster y José Luis Sampedro con Olga Lucas en su libro "La ciencia y la vida": "Las tres premisas del bienestar en el sentido de llevarse bien y vivir satisfecho con uno mismo, son: La primera es el saber quién eres e invertir en tu talento, la segunda el cumplir tu deber con dignidad y la tercera el aportar algo a la sociedad".

La propuesta es atrevida y difícil. A que, "saber quienes somos", pero si nos hemos planteado una vida, en la que no tenemos tiempo ni para detenernos cinco segundos, sin dejar algo de lado; como vamos a disponer del necesario, con carácter casi diario, para recogernos, meditar, aprender y acotar quienes somos. Porque la verdad es que muy pocos lo saben. Misión casi imposible. Y además como no se puede comprar, peor aún.

Si no podemos alcanzar el conocimiento intrínseco nuestro, como vamos a invertir en nuestro talento. Aquí también pensamos que hemos adquirido una formación determinada y con ese esfuerzo ya es suficiente. Los que tienen el privilegio de estudiar una carrera universitaria, ahora han interiorizado como indispensable, la realización de un Master al finalizar la misma, pero mas en la dirección de incrementar su currículum, básico para competir por un puesto de trabajo, que por los conocimientos que aporten al talento.

El cumplimiento del deber en las funciones que tiene cada uno encomendadas, creo que se da en la mayoría de las personas. Pero al añadir la dignidad, las cosas se complican, porque es bien sabido que la gran oferta, que hay hoy en el mercado de trabajo, hace que muchas personas, se vean obligadas a asumir funciones, por bajo y a veces muy bajo, de su propia capacidad y nivel profesional. Esto también forma parte de la dignidad.

Cada cual de acuerdo con su posición hace aportaciones a la sociedad. La mayoría como complemento del desarrollo de sus funciones. Pero en ocasiones muy por debajo de las que podría transferir, si tuviera posibilidades y tiempo. Aportar a la sociedad no es solo cuestión de voluntad, también lo es de oportunidad y casi en mayor medida de esta última.

Quizás las propuestas estén mas cercanas de las profesiones seudo-liberales. La mayoría de los asalariados, salvo saber quienes son, lo tienen muy complicado en el resto. No quiero ser agorero, pero en ocasiones, no es casual la insatisfacción mayoritaria de la gente con sus propias vidas, si para obtener el bienestar hacen falta cumplir las circunstancias enunciadas. Aún a pesar de su esfuerzo, tienen que poder aguantar mucho trecho caminando "cuesta arriba", si desean intentarlo.

Ojalá, la sociedad avance hacia posiciones, que permitan a las personas, mayoritáriamente, intentar alcanzar todos los requisitos... que bien nos iría. Mientras tanto al menos, no renunciemos a saber quienes somos... pongamos todo nuestro empeño, seguro que ganamos mucho.

viernes, 1 de agosto de 2008

Singularidad






Ser "socialmente aceptable" en la vida actual, conlleva asumir una serie de "tics", absolutamente necesarios para que nuestro entorno nos admita, sin mas; sin ellos la cuestión es mas complicada. En nuestro ámbito social, las singularidades, no están especialmente bien vistas. Quizás sea, porque se evidencia la no sumisión al sistema; cuestión imprescindible, para desenvolverse con soltura dentro de cualquier colectividad.

Ceder la independencia de pensamiento, para encuadrarse dentro de un grupo determinado, por mucho interés que represente, creo que es conceder demasiado. Es, tal como si nos desprendiéramos de parte de nuestra personalísima esencia, sea del tipo que sea. Nuestra personalidad queda - en caso de que aceptemos - cerceada y en ocasiones "adocenada".

No es posible en la época que vivimos, mantenerse al margen de las relaciones, ya sean personales o profesionales o de cualquier otra índole; pero no hay nada que enriquezca mas un conjunto, que la suma heterogénea de las singularidades de sus miembros. Nunca me han gustado las uniformidades ni los uniformes (incluidos los del colegio), porque las primeras empobrecen culturalmente y los segundos son el primer paso a los cotos cerrados y excluyentes.

La libertad personal - bien ejercida - es una de las cualidades mas esenciales del ser humano. Ha costado muchos años conquistarla, por nuestros antepasados mas avanzados. Dilapidar todo ese ingente esfuerzo, por integrarse en un grupo "para ser bien visto" es un flaco favor, a quienes dejaron en su esfuerzo para revindicarla, parte de su vida o en ocasiones toda.

Seamos ciudadanos solidarios, objetivos y respetuosos con los demás, pero no cedamos ni un ápice de nuestra propia identidad. Vivamos consecuentemente con nuestros principios y evitemos ser captados por los mal llamados "lideres ó profetas", pues lo único que quieren es tapar su propia incapacidad y medianía, cimentándola en el grupo numeroso de seguidores que tienen. Desconfiemos, siempre, de los "cotos cerrados y/o excluyentes" y busquemos la compañía de mentes abiertas y sencillas.

Seamos humildes y educados, pero en ningún caso dejémonos involucrar en aventuras alineantes, ni aunque sea por integrarse en cualquier tipo de grupo... si conlleva la pérdida de nuestra identidad singular.






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