sábado, 9 de agosto de 2008

Lectura




Dice Fernando Savater en su libro "El jardín de las dudas": "Sabed que una vez encenagado en la lectura, vuestro hijo ya no se detendrá ante ninguna fechoría: se atreverá a pensar por sí mismo, desobedecerá a los farsantes aunque lleven un ropón hasta los pies, intentará descubrir las causas del mundo físico y social que nos rodea en lugar de repetir jaculatorias usuales y quizá hasta llegue a convencerse de que un buen comerciante o un buen tejedor son personas más útiles a sus semejantes que un rufián de apellido ilustre o un general de caballería".

Leer, leer y leer, esa es la verdadera liberación. Practicar la lectura es tanto como vacunarse contra las simplicidades y futilezas del mundo que vivimos. Primero porque escogemos en que fijamos nuestra atención y luego porque nos transporta a mundos virtuales llenos de posibilidades, ahorrándonos el tiempo perdido que representa la propia inactividad o viendo la Tv, que acaba por abstraernos y aislarnos. Antesala de la adocenación.

Los libros tienen la virtud de moldear nuestra mente de modo positivo, la hacen mas abierta y la preparan lentamente, para acrecentar nuestra capacidad receptiva y nos hacen mas tolerantes. Mantienen nuestro cerebro en actividad e impiden su envejecimiento, son como una terapia al alcance de la mano.

Suponen un recogimiento voluntario, pero efectivo. Nos vacunan contra el estrés y nos mantienen en buena forma mentalmente, lo que redunda - en definitiva - en una mejor salud física. Son denostados por los poderes fácticos y no democráticos, porque evidencian su injusticia y vacuidad, animando a no dejarse envolver por falacias y acaban con el tiempo removiéndolos de sus poltronas.

Tengo la costumbre de leer subrayando lo que me gusta, sorprende o me llega mas profundamente, tanto con opinión coincidente o disidente. Bien es verdad que mi lectura es mayoritariamente ensayo o relatos de actualidad y menos novela. Pues bien me resulta doblemente placentero, coger algún libro leído hace tiempo y repasar los subrayados, es como un rememorar en poco tiempo, los mensajes recibidos de aquellas páginas, es como perpetuar lo leído y revivir el placer o la sorpresa experimentada.

No dudemos, leamos y seremos mas libres. Dejémonos arrastrar por este ejercicio y démosle prioridad para llenar parte de nuestro tiempo libre. Abramos nuestra mente y aprendamos a recogernos internamente en las páginas de un buen libro... seguro que con el tiempo hará falta menos Prozac.


2 comentarios:

Nuria dijo...

Un secreto
Yo no sólo los subrayo, en alguna ocasión he regalado un libro que previamente he leido y subrayado.
Es una forma de compartirlo de manera más personal, no sólo el libro sino la parte de ti que has encontrado en él.

Sólo me he arepentido una vez de hacerlo, porque bien es cierto que te deja un poco al descubierto.

Saludos

seriecito dijo...

Ponerse al descubierto, no es intrinsecamente malo. Estamos tan acostumbrados a interpretar nuestro personaje, que evidenciar nuestra verdadera personalidad, parece que nos tornará débiles.

gracias por comentar.

Salu2

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