Dice Marilyn Vos Savant, en su libro "El poder del pensamiento lógico": "El pensamiento lógico fortalece la mente como ningún otro tipo de pensamiento logra hacerlo. Libera a las personas del hábito de dar por sentado que cualquier afirmación es verdadera hasta que se demuestra lo contrario. Permite al ciudadano medio defenderse del poder de la exactitud política, reconocer las trampas legales y tomar decisiones independientes. Y además constituye un baluarte en contra de la servidumbre intelectual para los no privilegiados".
La lógica bien estructurada, es una de las compañías mas acertadas para resolver los problemas cotidianos. Pero no es fácil razonar bajo estos parámetros, somos mas proclives a dejarnos llevar por nuestras propias impresiones - positivas o negativas - de las personas y los hechos. Nuestra precipitada vida coadyuva, para evitarnos la serenidad necesaria, que permite tomar distancia y dejar a un análisis frío, el desenlace de los acontecimientos.
Solventar nuestros problemas, mediante un análisis superficial y sesgado, es como conducir rebasando el límite de velocidad, el riesgo que que corre es muy alto. Pero peor es no acostumbrarnos a evitar magnificar o minimizar los sucesos, por falta de tiempo o peor aún por no establecer una sistemática de análisis sólida y sobre todo exenta de apasionamiento.
La lógica es una forma de razonar, que permite clasificar adecuadamente los hechos y nos ayuda, sin duda, a decidir con una elevada probabilidad de acierto; pero además nos aleja de modo radical de los embaucadores de la palabra, de aquellos que con una extraordinaria verborrea nos inducen a creer cosas, que no son ciertas. Me refiero principalmente a los "malos políticos", aquellos que se dedican a contar verdades a medias para permanecer de por vida en la poltrona.
Cuando la vida nos lleva a una encrucijada, lo mejor es razonar con equilibrio y evitar obcecarnos con pensamientos repetitivos y alienantes. No fiarnos de falsos profetas, ni de salvadores de vidas. Pararse, pensar y razonar, aplicar un criterio lógico y decidir.
Nos jugamos demasiado... ¿no?.
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