Ser "socialmente aceptable" en la vida actual, conlleva asumir una serie de "tics", absolutamente necesarios para que nuestro entorno nos admita, sin mas; sin ellos la cuestión es mas complicada. En nuestro ámbito social, las singularidades, no están especialmente bien vistas. Quizás sea, porque se evidencia la no sumisión al sistema; cuestión imprescindible, para desenvolverse con soltura dentro de cualquier colectividad.
Ceder la independencia de pensamiento, para encuadrarse dentro de un grupo determinado, por mucho interés que represente, creo que es conceder demasiado. Es, tal como si nos desprendiéramos de parte de nuestra personalísima esencia, sea del tipo que sea. Nuestra personalidad queda - en caso de que aceptemos - cerceada y en ocasiones "adocenada".
No es posible en la época que vivimos, mantenerse al margen de las relaciones, ya sean personales o profesionales o de cualquier otra índole; pero no hay nada que enriquezca mas un conjunto, que la suma heterogénea de las singularidades de sus miembros. Nunca me han gustado las uniformidades ni los uniformes (incluidos los del colegio), porque las primeras empobrecen culturalmente y los segundos son el primer paso a los cotos cerrados y excluyentes.
La libertad personal - bien ejercida - es una de las cualidades mas esenciales del ser humano. Ha costado muchos años conquistarla, por nuestros antepasados mas avanzados. Dilapidar todo ese ingente esfuerzo, por integrarse en un grupo "para ser bien visto" es un flaco favor, a quienes dejaron en su esfuerzo para revindicarla, parte de su vida o en ocasiones toda.
Seamos ciudadanos solidarios, objetivos y respetuosos con los demás, pero no cedamos ni un ápice de nuestra propia identidad. Vivamos consecuentemente con nuestros principios y evitemos ser captados por los mal llamados "lideres ó profetas", pues lo único que quieren es tapar su propia incapacidad y medianía, cimentándola en el grupo numeroso de seguidores que tienen. Desconfiemos, siempre, de los "cotos cerrados y/o excluyentes" y busquemos la compañía de mentes abiertas y sencillas.
Seamos humildes y educados, pero en ningún caso dejémonos involucrar en aventuras alineantes, ni aunque sea por integrarse en cualquier tipo de grupo... si conlleva la pérdida de nuestra identidad singular.
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