Dicen Valentín Fuster y José Luis Sampedro con Olga Lucas, en su libro "La ciencia y la Vida": "Calidad de Vida no significa lo mismo para todos, unos buscan la calidad en el ocio, otros en éxito, otros en el retiro espiritual...No nos educan, no nos preparan para la humanización, nos educan para que nuestro objetivo sea el éxito, lo tengamos o no. Es la única meta que nos proponen. Nos educan para la lucha competitiva que conviene al poder, no para que vivamos agradablemente con calidad de vida, sino para que destaquemos, para que tengamos necesidad de acumular bienes".
La necesidad de acumular bienes, posiblemente sea una de las características mas definitoria de los usos sociales actuales. En mucha mayor medida, si dichos bienes, son identificadores de una determinada "potencia" personal, bien por la marca - determinante en todos los casos -, por la novedad o por el coste. Nos hacen falta estas singularidades supérfluas, para sentirnos mas seguros. Lamentablemente preferimos lo que aparentamos a lo que somos. Craso error.
Los objetos nos dominan, no solo por su posesión, sino peor aún por su renovación y/o actualización. No es solo necesario poseer, es más, hay que tener lo "ultimo" y ser el primero en exhibirlo, porque cuando se generalice su uso, nosotros ya estaremos buscando otro modelo mas nuevo. Carrera sin fin y sin ruta... antesala del vacío y la insatisfacción.
El teléfono móvil, por ejemplo, ha dejado de ser un elemento de comunicación fácil, para tornarse en baluarte que arrope nuestra "distinción". No importa para nada su función principal. Las rarezas accesorias - que usaremos en contadas ocasiones - es lo relevante. Sentimos un extraordinario placer en explicarlas a los demás y gozamos con su sorpresa. Hemos adoptado el rol de publicistas indirectos de la marca - gratis - por el sentimiento de placer de provocar la "admiración" ajena.
Lo sorprendente, no es ya la consolidación de esta situación de modo general. Es mas preocupante, que cada vez, aparece en generaciones, mas jóvenes incluso en los niños. Hemos conseguido transmitirles, que no aprecien los objetos, solo por su utilidad; creen también que solo son adecuados si se trata de modelos vanguardistas. Los hemos "formado" para que pasen mas tiempo relacionándose con objetos y máquinas, que con personas. Sin percatarnos, que la falta de comunicación humana, los tornará en un futuro intolerantes e insolidarios.
La amistad, la tolerancia, el amor, la comprensión, la flexibilidad, la contrastación de opiniones, entre otras; forman parte del aprendizaje que se obtiene de las relaciones humanas... nunca nos las transmitirán las máquinas y estas cualidades si que son necesarias para conformar una buena calidad de vida.
4 comentarios:
Una joya de libro, para leer repetidamente, con reflexiones muy inteligentes de Sampedro y Fuster.
Me alegro de haber encontrado tu blog, seguiré visitandolo con tiempo y calma, creo que es muy interesante.
Un saludo
Gracias Nuria, comenta por favor a mí me anima saber que alguien lo lee, sobre todo si además coincide en los gustos de lectura.
Lo he vito en tu perfil.
Salu2
Me pierdo un poco todavía a la hora de seguir tus respuestas en los artículos por orden, disculpa si alguna vez tardo en contestarte (como ahora).
No dejes de escribir, claro que alguien lo lee, yo disfruto enormemente, leyendo, compartiendo puntos de vista coincidentes o no, reflexiones...
Es muy estimulante encontrar personas que aún miran más allá.
Un abrazo.
Como diria sampedro o fuster sobre el tema... exito es poder llegar al punto de poder decir << soy quien soy >>.
gran libro
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