viernes, 13 de abril de 2012

Transparencia (II / III)


Dice Victoria Camps -para identificar los “vicios” de los políticos -, en su libro “Virtudes Públicas”: “Un segundo vicio de la política es la falta de transparencia. La democracia por imperfecta que sea significa apertura y publicidad desde arriba hacia abajo, así como posibilidad de censura, control y crítica de abajo arriba. La publicidad es, en una democracia lo único que expone a legitimación las decisiones colectivas. Y no es que no haya publicidad en nuestras democracias, pero es una publicidad a medias, insatisfactoria, insuficiente y por lo general, desviada de lo que merece realmente ser conocido. El ciudadano siempre sospecha que no se le dice toda la verdad, ni se dan aclaraciones suficientes. Sabe que el político pocas veces reconoce sus errores y le cuesta dar la cara en situaciones difíciles… Una virtud de la que el político no suele hacer gala es esa virtud tan griega del coraje, la valentía para afrontar decisiones con costos políticos no despreciables”.

En situaciones difíciles lo mejor es ponerse de perfil (si no se tiene barriga), mirar hacia otro lado, hacer como que tiene uno algo en el ojo, despistar, etc., etc., pero nunca dar la cara con claridad y escuchar a los ciudadanos que han sido afectados por estas circunstancias. Corregir de modo adecuado el rumbo, es casi tan importante como gobernar adecuadamente la nave. Quienes se empecinan en seguir actuando del mismo modo, cuando es completamente evidente, que las decisiones que se toman, son cuanto menos, manifiestamente mejorables, nos hacen un flaco servicio y nos crean muchos conflictos.

Sospechar de modo continuado, que a uno no le dicen la verdad, o al menos toda la verdad, sobre el devenir de los asuntos públicos, es una situación nada deseable, ya que la semilla de la desconfianza cuando anida, es como las malas yerbas, muy difícil de erradicar totalmente, siempre queda un “poso”.

Pero cuando la sospecha, se torna evidencia, cuando las explicaciones sobre asuntos de enjundia, es poco clara, llena de incertidumbre y palabras que tratan de equipararlo a lo que también hacen mal los demás, entonces la sospecha deviene en frustración, cargada de impotencia ante el muro que impide saber, que es lo que verdaderamente ha sucedido y quienes son en definitiva los “artífices” de los desaguisados. En este punto la situación se torna laberíntica, como dice un buen amigo mío: “con mas trampas que la bota de un romano”.

Priman más, los costes políticos de la repercusión que acarreará el conocimiento de los hechos, que la explicación llana y verdadera de los mismos. El relato del asunto se torna lento y lleno de ambigüedades, se supone así, que el tiempo todo lo “cura” o al menos lo diluye, dada la flaca memoria de la mayoría de nosotros, mucho más proclives a seguir hacia delante y olvidar; entre otras cosas porque si lo archivásemos todo, seguramente iríamos muy sobrecargados, dados los tiempos que corren.

Las posiciones éticas individuales, ante tales acontecimientos, quedan completamente acalladas, por eso que deviene en llamarse “disciplina de partido” y que no es mas que un colosal aparato de censura y mediatización. Tratar de crear opiniones uniformes y/o pretender que todos digan lo mismo, sobre determinados asuntos, incluso remitiendo un “recetario” escrito “ad hoc”, tiene una calificación francamente deplorable; pero esta parece que es la pauta, porque el objetivo principal es perpetuarse en el poder, no satisfacer a los ciudadanos, que queda cuanto menos en un rango inferior.

Quien habla siempre con medias palabras es imposible que sea fiable; quien no es fiable acaba defraudando a quienes depositaron la confianza en él; depositar la confianza es en realidad – en las circunstancias actuales - otorgar un cheque en blanco… se sabe a quien se entrega, pero no cuanto nos costará.

2 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

He pasado un buen rato leyendo los posts que me recomendaste...
-1/7/2009 jefes, jefecitos y jefecillos: creo que muchas de las empresas que se han ido a pique es porque sus directivos no han sabido hacer frente a una evidente situación de riesgo (la crisis no es ninguna broma). Su ineptitud se ha hecho visible y palpable en época de vacas flacas.
7/1/2009 Subordinados I y 11/1/2009 Subordinados II : me ha costado identificarme con alguno de los modelos al 100%. Eso sí, reconozco que tengo lo peor de cada uno, jajaja. Pero he conocido a alguno de ellos, sí.
3/1/2009 Compañeros y Colaboradores y 4/1/2009 Compañeros y Colaboradores: excelentes retratos. Me he dado cuenta de mi suerte al tener poquísimas oportunidades de trabajar en equipo! (Y de la suerte de los demás al no tenerme de colaboradora, claro).
Resumiendo: lo peor de todo es que todos estos ejemplares andan sueltos... y no sólo por las empresas. Me pregunto cuánto hay en ellos de características innatas y cuánto de desequilibrio psicológico, es decir, si tendrían ese mismo comportamiento de no tener complejos, frustraciones o una autoestima en horas bajas...
Un saludo y gracias!

seriecito dijo...

Marcedes:
Sin lugar a dudas los complejos y frustraciones, afectan claramente en los comportamientos y efectivamente seguramente son la antesala de ellos.

Es difícil identificarse con un tipo determinado, porque seguramente casi todo el mundo se encuadra con un mixto.

Me pareció cuando leí ese libro que era interesante y sobre todo ponía una gran experiencia sobre las oficinas y sus moradores.

salu2:

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