sábado, 28 de abril de 2012

Sistema social cuatripartito.



Comienzo esta entrada de un modo no habitual, la realidad es que “buceando” entre mis libros, que es donde extraigo los párrafos de encabezamiento, he tropezado con un ejemplar publicado 1985, del profesor Raveendra N.Batra (Ravi Batra), que se titula: “La gran depresión de 1.990. Qué ocurrirá y como proteger su economía”. Es un libro poco subrayado y parece de esos ejemplares que han sido leídos y archivados. Pero  me percato hoy, que tiene detalles que cobran una “rabiosa”  actualidad, lo he detectado con una relectura, pero en esta ocasión con más profundidad y atención.

Creo que es muy claro y explícito y por tanto casi adoptaré la práctica de reproducir lo que escribe con escasos comentarios por mi parte. No solo porque creo en lo que dice, sino también porque los acontecimientos, que han venido surgiendo en los últimos años, corroboran su  carta de actualidad y en muchos casos se tornan premonitorios.

Y ahora sí, como siempre…

Dice Ravi Batra en su libro “La gran depresión de 1990. Qué ocurrirá y como proteger su economía”: “Los seres humanos tienen objetivos similares, pero su “modus operandi” para alcanzarlos difiere por las grandes diferencias  en sus cualidades y aptitudes innatas. Algunas personas, dotadas por naturaleza de un vigor corporal  superior, destacan en las destrezas físicas que requieren resistencia, valor y fuerza. Estos individuos, por lo general, se inclinan hacia las actitudes que implican peligro físico. Sarkar (1) los llama personas con mentalidad guerrero. A su modo de ver los soldados, los policías, los bomberos, los atletas profesionales, los mecánicos y demás por el estilo pertenecen a la clase de los guerreros, en el sentido de que sus ocupaciones precisan alguna destreza física. Según este criterio, hay que atribuir la mentalidad de guerrero a todo el que procura solventar sus asuntos con aydua de su fuerza y sus músculos.

Hay otro tipo de personas que carecen de las energías físicas del guerrero, pero están dotadas de una relativa superioridad intelectual. En virtud de ello, procuran desarrollar sus aptitudes mentales para triunfar en la sociedad. Para Sarkar, es un intelectual todo el que trata de resolver sus problemas con ayuda de su cerebro y no por la fuerza. Ese término lo utiliza en un sentido mucho mas amplio  del comúnmente aceptado; para él no solo los filósofos, escritores y catedráticos, sino también los abogados, médicos, poetas, ingenieros, científicos, oficinistas y sacerdotes son intelectuales, porque todos ellos se sirven de la mente, más que del músculo, para alcanzar sus objetivos.

Existe también la clase de personas que, según Sarkar, lucha por acumular riquezas para asegurarse lo que, generalmente, se considera como un bienestar. Son individuos de mente brillante, pero solo la ocupan en asuntos de dinero [ver entrada del 24 de abril]. Más listos que los de tipo guerrero, no se muestran tan inteligentes como los intelectuales. Y sin embargo, suelen acumular mayores fortunas que unos y otros. A estas personas les llama logreros (especuladores o usureros), porque virtualmente todas sus aficiones se reducen a amasar riquezas. Par ellos, no cuenta otra cosa en la vida sino el dinero, única llave del éxito y de la prosperidad que reconocen. Mercaderes, banqueros, prestamistas, negociantes y caseros pertenecen a la clase de los logreros. Mientras las demás clases desean la riqueza para disfrutar de los bienes materiales que procura, los logreros generalmente aman el dinero por si mismo.

Por último, hay un cuarto tipo de personas que difieren bastante de los demás. Son los braceros del campo, los peones y los obreros sin cualificar. No tienen el vigor del guerrero, ni la brillantez del intelectual, ni los instintos adquisitivos del logrero. Al individuo de este tipo le falta además la ambición que impulsa a los otros tres. Su formación es bastante escasa, y por lo general no tiene destrezas cotizables. Por causa de estas desventajas, la mano de obra es explotada, como siempre lo ha sido, por el resto de la sociedad. Hace los menesteres bajos que los demás desdeñan y es la más pobre de todas las clases sociales. Los labradores y los obreros fabriles pertenecen a esta categoría  de trabajadores manuales. Naturalmente pueden hallarse excepciones entre estos trabajadores no cualificados. Entre ellos hay personas de inteligencia clara, que si trabajan duro quizá no sea por propia elección, sino debido a necesidades económicas o coerciones sociales.

Esto es lo que llama Sarkar: el sistema social cuatripartito. Pero discrepa totalmente de los que definen las clases  con arreglo a criterios económicos, como el nivel de renta o el patrimonio.  Sarkar no olvida el aspecto económico, pero éste no es para él, sino un factor entre otros. A su modo de ver, las diferencias de clase persisten porque derivan de diferencias inherentes a la naturaleza humana.

La división de la sociedad en cuatro clases no es inflexible, ni mucho menos… Cabe la movilidad social… Sin embargo, conviene no exagerar las posibilidades de la movilidad social. Tal vez un individuo de una clase adquiera las aptitudes correspondientes a otra, pero no resulta fácil.

En todas las sociedades, por lo general los guerreros se encargan de mantener la ley y el orden, los intelectuales cultivan la filosofía y la religión, y los logreros  dirigen la economía, mientras los menesterosos sirven como mano de obra”.

Acaba Batra indicando, que algunas personas muestran dos o más mentalidades… tales individuos los clasifica de raros y constituyen – según él – la excepción  a la regla.

N.B.: (1) Prabhat Ranjan Sarkar (1921-1990)



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