lunes, 30 de abril de 2012

Esponjas



Dice Eugen Drewermann en su libro “Lo esencial es invisible. El principito de Saint-Exupéry: una interpretación psicoanalítica: “Si uno, siguiendo las huellas del Principito, literalmente como venido de un planeta lejano con los ojos puros de un “niño”, se acerca a este mundo que nos es familiar hasta la saciedad, éste se revela como una galería de ostentación, la vanidad y la incapacidad absoluta para amar algo que no sea uno mismo, como un calidoscopio de ampulosos egoístas, cada cual habitante de su propio planeta, años luz alejados de los hombres y de toda humanidad, seres que se tienen por importantes, por el solo hecho de que saben transformarlo todo en números, mientras que ellos mismos no son más que “esponjas” que lo absorben todo, sin transformarlo interiormente, con el mero propósito de hacerse “serios” y “gordos” ante los demás”.

Creo que hay una clave, que al menos para mí, es francamente importante y es esa falta de transformación interna de lo que vemos, oímos y hablamos. Nos hemos hecho consumidores de las noticias de la vida y nos hemos convertido en enormes archivos donde caen  los asuntos, más para ser olvidados, que para otra cosa. Son tantas las opiniones “digeridas”, que nos llegan, desde la Tv y  la radio, que casi hemos perdido nuestro sentido crítico y dejamos a un conjunto de “afamados personajes” que nos moldeen la opinión.

Sin darnos cuenta, otorgamos un crédito exagerado a “tertulianos”, que saben de todo y no dejan títere con bonete; eso sí con poca objetividad y “arrimando el ascua a su sardina. La información se ha estructurado de tal modo, que todo debe ser revisado y reinterpretado, hasta el mas mínimo detalle. Perdemos día a día la capacidad de interiorizar los hechos y someterlos al dictamen de nuestro raciocinio, que  no tiene ninguna intención espuria.

Tan es así, que ya no necesitamos leer las noticias, hay quienes nos las cuentan; pero no solo relato de los hechos, nos añaden el plus de su “entendida” opinión, que sería cierta porque aparece estructuralmente bien dispuesta, si no fuera porque saben de todo y mucho. En muchas ocasiones, cuando uno comprueba las afirmaciones colaterales que han manifestado, se percata inmediatamente, que únicamente son aderezos interesados, pero casi exentos de certeza,  o expuestos de modo que avalen su tesis y desvanezca la del opositor de “mesa”.

Tan importante es salir aparentemente victorioso del debate, que cada vez con mayor frecuencia este tipo de reuniones (radiofónicas o televisivas), se nutren de miembros que se dedican únicamente a elevar el timbre de voz, cuando está en uso de la palabra alguien con opinión discrepante, con la intención de que desista o de que no lo acabemos de entender bien. Supongo yo, que debe de ser porque han visto con frecuencia debates parlamentarios, con la diferencia de que en este caso, no se dan abucheos aún.

Enriquecer los hechos relevantes, mediante la concurrencia ordenada de pareceres diversos, es una cosa deseable, pero otorgar roles discrepantes, solo con la disposición de las mesas de debate, es propiciar de modo intencionado ese “mercadillo”, que a nada conduce en realidad y además desvirtúa el planteamiento informativo. Informar sí, pero manipular, siempre no.

2 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

El problema no es que los medios de "comunicación" (?) o la "información" (?) con la que nos bombardean no haya estado ya digerida (manipulada?), sino que la mayoría de la gente es incapaz de reflexionar sobre lo que oye y ve. La gente ha dejado de pensar por sí misma y de sacar sus propias conclusiones personales.
De los llamados "tertulianos", me voy a callar, porque si consideran que ese espectáculo bochornoso en el que participan es una tertulia, es que también se ha perdido el significado de la pobre palabra.
Un saludo
(PD: aunque parezca lo contrario, no soy una gruñona; es que no me gusta la evolución del ser humano).

seriecito dijo...

Mercedes:

Estoy de acuerdo contigo. Aunque también noto a faltar, medios de comunicación que verdaderamente informen de los hechos y propicien debates serios y rigurosos.

Estar siempre predispuestos en las mesas de debate, a ningunear al discrepante y a defender la opinión "oficial" del grupo al que se representa, efetivamente, es un espectáculo lamentable.

Sin evolución, el ser humano, cada día es menos humano, si ello es posible.

Salu2:

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