Dice David S.Bell y Stef Donev en su libro "Vencer la fatiga": "No se esconda detrás de sus limitaciones; acéptelas y concéntrese en aquello que sí puede hacer. Tal vez no esté a su alcance ser el mejor, pero ello no significa que no pueda ser muy bueno. Nadie ni siquiera usted puede hacerlo todo a la perfección.
Reconózcalo y reconozca asimismo que los demás tienen también sus limitaciones. esperar poco menos que lo imposible de los otros o plantearse unas expectativas excesivamente elevadas no le traerá mas que decepciones y amarguras".
Ser consecuente con las posibilidades que uno puede desarrollar sin dificultad, no es aceptar en ningún caso una "derrota" anticipada. Por contra aceptar, a sabiendas, trabajos por encima de nuestra capacidad, solo lleva a la decepción y en muchos casos a una evidente puesta en evidencia, si el desarrollo no es el esperado.
Tenemos tendencia a querer ser "superman" en todo, como si la vida fuera solo cuestión de superar retos, como si todo aquello que pase por delante de nosotros, fuese necesario que lo supiéramos resolver sin dilaciones y a la perfección.
Creemos que solo seremos aceptados si no fallamos en nada y no rechazamos ningún encargo, incluso lo que conocemos de antemano, que no podemos llevar a buen término y peor todavía, esperamos de los demás la misma posición errónea. Cuando la realidad dice, que asumir con la cabeza bien alta, nuestra falta de conocimientos o capacidad, para desarrollar una determinada función, es el primer paso firme para aprenderla.
Dicen que lo mejor es enemigo de lo bueno. Lo bueno casi siempre es suficiente para realizar correctamente cualquier tarea y en mas ocasiones de las que parece, también vale lo menos malo. Luego, ¿que hacemos casi permanentemente, sumergidos en esa carrera sin fin por ser los mejores?. Porque en todo caso, si lo conseguimos, nos sumergiremos casi, con carácter permanente, en una inmensa soledad. ¿Vale la pena?.
Claramente no... aceptemos como somos, a nosotros mismos primero y a los demás después.
5 comentarios:
Hola D.Luis... hacia que tiempo que no rondaba por estos ciber-lares. Usted sigue igual, escribiendo sus conocimientos mas recientes, compartiendolos con los demas. Este ultimo me recordo a otro suyo en el que nombraba a Punset.. hablaba de que no habia que ser la cebra que mas corria para escapar del leon.. solo habia que correr mas que la ultima. Lo de ser el mejor... tiene usted razon, debe ser incluso aburrido, con ser bueno, es mas que suficiente, como usted.
Me gusta llamarte D. Luis, como hace el lector anterior a mí.
Yo también hacía unos días que no te leía, y me he quedado enganchada a tu blog, leyendo unos cuantos escritos, y he visto mucha sabiduría resumida en tan pocos días.
Gracias por compartirla y por estar ahí, bueno, aquí y ahora.
Con cariño
A.
Gracias Petete, pero no es necesario que me llames D.Luis... nos hemos visto pocas veces pero yo se que eres una gran persona, por eso te agradezco que me consideres: Bueno.
Comenta cuando me leas, me ayuda saber que hay alguien detrás.
Gracias por tu lección de sencillez, en esta sociedad es un gran alivio...
Hola Luis,
No es que no te merezcas el "D." delante de tu nombre, es simplemente que estamos en un entorno mas bien desenfadado y ese es el motivo de que yo no ponga ese pequeño detalle delante de tu nombre, no te lo tomes a mal, para mi sigues siendo un "señor".
Por cierto, no hay que ser el mejor, en eso estoy totalmente de acuerdo, pero al menos hay que intentar mejorar dia a dia, si te quedas donde estas acabas por aburrirte y eso al final se hace muy pesado (Al igual que estar en la parte alta de escala).
PD : Sigo al loro de tus interesantes comentarios...
Salu2
Alo
Gracias Alo:
Que estés al loro me reconforta. Efectivamente intentar mejorar es imprescindible, incluso necesario para evolucionar adecuadamente.
Pero querer ser el mejor (o aparentarlo) a base de zancadillas, pisadas de cuello, deslealtades y otras lindezas... ya no lo es tanto.
Y en las empresas hay mucho de esto.
Mi reflexión se enfoca, a evitar para uno y para exigir a los demás, una ambición desmedida.
Sigue sin poner la D.
Salu2
Luis
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