¿Quizás la foto no merezca ningún comentario?. Se basta por si sola, yo al menos me he quedado sorprendido al verla.
Pero sin embargo esa mirada del niño, entre atenta y sorprendida. Contrasta con la del gato entre expectante y casi impotente-triste, pero paciente y a la espera.
Al pez no se le ve la mirada, pero seguro que está claramente tranquilo y sosegado, porque se sabe protegido dentro de su pecera-vivienda. En el silencio, que debe representar vivir dentro del agua.
Sólo un convenio gato-niño, puede dar al traste con todo el equilibrio: "el niño empuja y rompe la pecera, el pez pierde su protección, el gato se lo engulle... y finalmente el niño acusa al gato del desaguisado... asunto resuelto.
Pero la magia de la foto impide, ni siquiera tal pensamiento... es demasiado perfecta y merece, quedar como está para siempre. Las cosas conviene fijarlas en la mente plenas de su belleza y no perturbarlas con pensamientos espurios. Los recuerdos gratos inyectan, de modo callado, pero profundo, un equilibrio duradero, que nos protege de modo colateral de los avatares de la vida... suficiente ¿no?.
1 comentario:
Bella mirada de este instante, sin duda.
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