Dice
Paul Krugman en su libro “¡Acabad ya con
esta crisis!: “En un nivel más
indefinido, la riqueza abre puertas y estas puertas son vías de influencia
personal. Los banqueros más notables pueden entrar en los despachos de los
senadores o de la Casa Blanca de una forma muy distinta a como lo haría un
hombre normal y corriente. Y una vez dentro del despacho, pueden ser
convincentes, no solo por los regalos que ofrezcan, sino por quiénes son. Los
ricos son gente distinta a usted y a mí, y no solo porque tienen mejores
sastres: ellos tienen la seguridad – ese aíre de saber qué hacer en cada
momento – que viene de la mano del éxito material. Sus estilos de vida resultan
atractivos, aun cuando usted y yo no tengamos la intención de hacer lo necesario para podernos
permitirnos un estilo de vida parecido…
Bien, no cabe la menor duda de que
todo esto ha sido así a lo largo de la historia. Pero la fuerza de atracción
política de los ricos se fortalece cuando los ricos se enriquecen aún más.”
Siempre
pensé que en la empresa privada, sobre todo en las grandes corporaciones, ni el
presidente, ni el consejero delegado,
son los que verdaderamente mandan; ellos tienen el título, pero el verdadero
poder lo ejercen una cohorte de personajes muy cercanos a ellos, que tienen
tomada o concedida la facultad de aconsejarles y no necesariamente están dentro
de la empresa. Éstos “encantadores de serpientes” son los que van moldeando las
opiniones, que preceden a las acciones; pero con la particularidad, de que
ellos no arriesgan nada con el desenlace de la decisión - salvo el perder la
influencia -, aunque eso es poco frecuente dado que son gente experta en
adjudicar responsabilidades a “otros”, el verdadero riesgo lo corren, los que
se dejan aconsejar.
Este
estado de la cuestión, conlleva otra servidumbre; esa influencia no sólo sirve
para asuntos, también atañe a las personas. Tienen la capacidad de motivar o
desmotivar al ejecutivo a promocionar o no a determinadas personas y esto lo
aprovechan para colocarlos en los puestos claves, no por la enjundia que
tienen, sino por la utilidad que a ellos les reporte.
Es
un juego en el que curiosamente, como en la película de “juegos de guerra”,
quien gana también pierde. Esta es la trama, si uno en aras a su independencia
y habiendo detectado que estos personajes solo son “fachada”, se aleja de
ellos, no frecuenta sus círculos e incluso manifiesta discrepancia con algunas
de sus posturas; claramente no promociona. Pero sí cediendo de su
independencia, se deja llevar por la suave pendiente del “seguidismo”, también
pierde, porque seguramente será promocionado, pero habrá vendido de por vida su
criterio, tendrá que respaldar “sine die” las opiniones de su mentor y eso a
veces puede ser extraordinariamente pesado de digerir, casi tanto como unos
“callos bien sazonados”.
Ganar,
lo que se dice ganar, solo ganan ellos. Porque aún en el supuesto caso de que
obtuvieran ningún beneficio, tampoco han puesto nada. En el desenlace de las
decisiones, la responsabilidad siempre recaerá en quienes tienen la facultad de
decidir. En este ejercicio tan sibilino, medran quienes tienen menos
escrúpulos, es decir, quienes por tener el poder o la influencia sobre quien lo
tiene, son capaces de hipotecarse, porque saben que siempre sacarán “tajada del
guiso”.
Otro
escalón más alto en este entramado, es el que les corresponde a los que tiene
poder de mentalización, sobre los personajes que influyen. Los utilizan como “facilitadores”
de negocio, se convierten en el punto de
apoyo necesario para allanar “caminos”, que de otro modo resultarían muy
tortuosos. La red clientelar ya está tejida. No se nos escapa que estas “tramas”
pueden ser ejercidas únicamente, desde muy arriba, por quienes verdaderamente tienen el poder
económico, tal como describe el autor refiriéndose a la política.
Como
dice Krugman: “… si las cosas van bien,
reciben una cuantiosa recompensa; mientras que, si las cosas van mal – y ese
momento siempre llega – nada les obliga a devolver los beneficios anteriores.”
3 comentarios:
Después de leer las tres últimas entradas me queda la sensación de aquel que sabiéndose enfermo de cáncer, lee todo lo que encuentra sobre el tema... distintas alternativas en los tratamientos, distintos estudios... y después de un tiempo siente que tiene más datos, más información, pero la enfermedad le ataca con la misma virulencia que cuando no tenia tanta información... solo que ahora se siente el doble de angustiado.
Ya sé que el mundo no es precisamente justo, y que en esta crisis todos tenemos nuestro grado de responsabilidad, pero que cada uno responda de lo suyo en proporción. Me queda la sensación de que la banca jugó con un increíble riesgo y mientras le salió bien se lo repartieron contentos, y cuando las cosas salieron mal a pagar "a escote" entre todos... que en el banco estamos todos y si el sistema cae vamos a ser perjudicados los de siempre... o al menos eso les interesa que creamos.
Me gustaron muchísimo tus entradas de finales de mayo "Desierto" y "Dar y recibir". Me gustaron por su carga positiva y optimista y porque hablan de la esencia del ser humano. Las crisis, las enfermedades que son nuestras crisis particulares nos acercan a lo mas profundo de nosotros, sin brillos artificiales...sin mentiras, dando valor a lo que verdaderamente es importante y quitándonos de encima el resto de necesidades que nos hemos ido creando. Ojalá aprovechemos este momento para ello.
Y como siempre, GRACIAS por compartir tu conocimiento.
Flori.
Flori:
Efectivamente la banca, mientras ganaba, aunque fuera a costa de concentrar riesgos, todo era bueno. Al final esos riesgos se han tornado fallidos o dudosos y claro está, con la construcción y la vivienda donde está, ahora parece que hay que repartir las pérdidas, porque a beneficios no nos hubieran llamado.
Me alegra que te gusten las entradas de finales de mayo, aciertas perfectamente en el espíritu con la que están escritas. Creo que acumulamos una serie de necesidades de cosas absurdas, que son precisamente las que más nos inquietan. Nos hacen vivir por encima de nuestras posibilidades y nos crean mucha ansiedad absurda.
Gracias a ti por participar y comentar.
Salu2:
Alejandro:
Ceo que para estar en los primeros eslabones es ineludible.
Me alegro de tu comentario.
Salu2:
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