sábado, 16 de junio de 2012

Derribar barreras (III)


Dice Lawrence M. Millar en su libro “De bárbaros a burócratas: Estrategias para el ciclo vital de las empresas”: “Burocracia es el conjunto institucionalizado de estructuras, sistemas y conductas, encaminado a obtener la obediencia. Por definición la burocracia es opresiva y plantea  un desafío al individuo creador, que, bajo la presión de la burocracia, se ve impedido de hacer” lo suyo”. Y la burocracia por su incapacidad inherente para la reacción, no puede crear un ambiente en donde él lo hiciese. Por eso, demasiado a menudo, el individuo verdaderamente creador tiene que rebelarse contra el medio burocrático, o escapar de él.
La mayor parte del mundo actual se halla dominado por la burocracia. No es ningún secreto que nuestra Administración responde a esa definición, y lo mismo muchas de nuestras grandes y decadentes empresas…
Así como los inmigrantes huyen de sus países en busca de una compensación justa, miles de talentos creadores huyen también de sus empresas con el mismo propósito… La paradoja es que, así, muchos deben su éxito a los jefes que no supieron escucharles. Si éstos se hubieran  mostrado receptivos ante las ideas nuevas, muchos innovadores, hoy millonarios, se hubieran contentado con seguir trabajando en el seno de la gran corporación.”

Ser discordante leal en una organización empresarial, es un posición muy incómoda, los que mandan y mucho mas sus advenedizos, trataran de neutralizarlos, en un ejercicio tendente a “imponer” la homogeneidad, que es lo que mas les agrada a las organizaciones burocratizadas. Se necesita tener mucha claridad de ideas y un fuerte tesón para resistir el embate.

Pero la dicotomía surge de forma inmediata, si uno acaba por “someterse” a esas presiones subliminales de estas organizaciones caducas, se hace un flaco favor a sí mismo y quienes pretenden “domesticar” en realidad lo que consiguen de modo indirecto, es anclar la organización en el pasado, el continuismo y la falta de renovación.

Los jefes que no escuchan las nuevas ideas de los empleados, actúan  como si leyeran infinitas veces un mismo libro, es seguro que conseguirán memorizarlo, pero por el contrario, acumularán una  creciente incultura. No potenciar el talento de las personas es el desperdicio mayor que tienen la mayoría de las empresas en la actualidad. Gobernar pretendiendo que cada cual ejecute su tarea, mas con el carácter de “robot” que con el de persona, solo provocará un “empobrecimiento” paulatino de la organización.

Una ventaja competitiva, cuesta mucho de implantar, pero si tiene éxito, es de vida bastante  efímera, los competidores sabrán neutralizarla y puede que incluso la mejoren. Para ser un buen líder, la imaginación debe de estar siempre en acción, siempre despierta y receptiva a las nuevas sugerencias y si éstas provienen de los miembros de la propia organización, mejor que mejor. Creer que se ha alcanzado el “nirvana en gestión”, es la primera reflexión, que lleva al fracaso empresarial, si no se sabe rectificar dicho pensamiento a tiempo.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...