sábado, 1 de noviembre de 2008

Mentir



Dice Victoria Camps, en el libro "Discurso de la Mentira", compilación de Carlos Castilla del Pino: "Aconsejar con mala idea, declarar culpable a quien no lo es, dar la enhorabuena sintiendo envidia u odio, prometer algo con intención de no cumplir la promesa, no consiste en decir cosas "falsas" sino "insinceras"; es mentir.... Mentir es decir lo contrario de lo que se piensa, con la intención de engañar".

Vaya, vaya, difícil nos lo ponen. Sobre todo porque nuestro hábito diario es el fingimiento, en el comentario y en la acción. Estamos tan prendidos por la cultura de la simulación, que sin darnos cuenta la practicamos cotidianamente. Lo demandan los usos sociales, de modo tácito. La verdad está en deshuso, opinar con seriedad y sinceridad, puede estar hasta mal visto, en un entorno, que lo principal es decirle a cada uno, lo que quiere oír y no lo que opinamos verdaderamente.

Lo que llamamos, de modo mal entendido, educación, nos propone siempre el alago fácil y la lisonja habitual. Nos mostramos como unos corifeos recalcitrantes, siguiendo la posición mayoritaria. Evitamos, por lo que pretendemos llamar caridad, cuando en realidad es egoísmo, enfrentarnos de modo abierto con el verdadero alcance de los asuntos y nos refugiamos en una cómoda posición "tibia", que permita girar a derecha o izquierda, según convenga, propiciando unas relaciones cargadas de falta de sinceridad y/o espontaneidad.

Pero lo que hacemos no es una cosa extraña, es habitual en nuestro entorno, de tal modo que esta práctica se considera lo "normal", por tanto, que es lo que recibimos cuando demandamos un consejo a los demás; sin lugar a dudas, mas de lo mismo, comentarios poco comprometidos y palabras complacientes, pero exentas de verdadero sentimiento. Las palabras "educadas", que recibimos, son el exponente de esa tendencia a eludir los compromisos, con la escusa mental de no complicarse la vida, ni las relaciones.

Como si los fundamentos de una amistad pudieran estar basados, en ocultar nuestra opinión sincera, coincidente o no, con quien nos la demanda. Nada nos obliga a mentir por cortesía, nada debe alejarnos de la ecuanimidad en el juicio o en la palabra, ni siquiera la intención de no molestar. No debiera molestar quien, con el criterio claro, expone lo que piensa con honradez, aunque su posición sea minoritaria. La coherencia entre mente y acción, es esencial para evitar insatisfacciones crecientes y frustaciones estériles.

Además, le hacemos un flaco favor a quien demanda nuestra opinión, le cercenamos con nuestra falta de rigor la oportunidad de acopiar información cierta, para decidir de modo adecuado. Lo que no queremos para nosotros, no lo hagamos, porque conservar una relación en base a ser "suaves", provocará cuando se descubra, tiranteces poco factibles de remontar.

Opinar es un acto voluntario, luego debemos hacerlo con rigor y no falseando nuestros juicios en aras a conservar las relaciones. Las amistades hay que alimentarlas con la verdad, mentir es desnaturalizarlas poco a poco, seguro que nos agradecerán mas la sinceridad, aunque duela. No hurtemos a nadie el enriquecimiento de nuestras opiniones, sin censuras mentales, para que no se transformen en impropias y acaben no beneficiando a nadie.

3 comentarios:

Eva. dijo...

Que verdad tan grande.... pero vuelvo a lo mismo que dificil cambiar en este mundo lleno de imagenes de perfeccion...( YO nunca me senti tan mal como trabajando detras de un mostrador obligada a decir que era todo lo que se vendia maravilloso.. lo deje)procuro educar a mis hijas en la verdad espero que entre todos cambiemos esta forma de vida tan llena falsedad.... es una dificil tarea pero yo no dejare de intentarlo...
pero por intentarlo que no sea.
Un bico

MARU dijo...

Ni un "pero" a todo lo que expones. Es VERDAD.Muy difícil de llevar a cabo, sobretodo, socialmente, Alguna vez, cuando alguien me está contando algo.....lo miro y pienso ¿Y si yo te dijera realmente lo que pienso?, y solo sonrio.....

Pero claro, me está contando algo, pero y si me preguntara lo que pienso?

Bueno, con la edad, vas perdiendo el pudor de decir la verdad y defender tus ideas, porque lo tienes más claro.

Una vez le estaba contando algo a mi hijo mayor, me interrumpió y me dijo: "Mamá,perdona, pero eso que me estás contando no me interesa nada...."

Eso fue una groseria, porque yo ne lo habia preguntado que pensaba de lo que le decía, o no?

Que piensas?

Una abrazo, luna

Nuria dijo...

¿Os imaginais decir siempre lo que uno piensa...?

No sé, como planteamiento vital está muy bien, pero es irrealizable en todos los ámbitos.

Por ejemplo el laboral, en los trabajos de atención al público (sector servicios básicamente) tienes que saber fingir muy bien, tragarte a veces sapos, y morderte la lengua...¡tantas veces!

Ahora bien, en el terreno privado, indudablemente me gusta esa frase de "Prefiero molestar con la verdad, que complacer con adulaciones".

Quien te quiere o le importas valorará tu sinceridad, si la relación es ciertamente verdadera.

Aunque a veces hay que mentir para sobrevivir...

Me habeis puesto en un dilema ;) (es broma)

Un abrazo

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