martes, 30 de octubre de 2007

Sonreir y actuar con humor




Dice Malcom Kushner en su libro "Cómo hacer negocios con humor": " Dado el clima de desastre que reina hoy en día en el ámbito empresario, la importancia del humor como medio de aliviar tensiones no puede nunca ser bastante sobreestimada. Al internalizar una perspectiva cómica de las cosas, usted podrá cambiar la percepción de las situaciones tensas y obtener así una calma transitoria. el esfuerzo vale la pena, no sólo desde el punto de vista de la salud sino también desde su posición puramente directiva. El estrés interfiere con la objetividad y entorpece su capacidad de juicio. el humor, utilizado con sensatez, puede ayudarle a conservar la lucidez necesaria para tomar decisiones exitosas"

Vaya propuesta, pero si en cuanto alguien comienza a ocupar algún puesto de mando, lo primero que hace es fruncir el ceño, poner cara circunspecta y acometer una perspectiva de ver los problemas, resaltando principalmente los fallos. Y lo peor además es, que esto lo hace, como identificación y consolidación de su autoridad.
Como si para tomar decisiones, el humor fuera una posición irresponsable, falta de rigor y por tanto poco aconsejable. En la vida lo que induce a la tristeza, propia o ajena, claramente no es bueno, hay que huir con toda celeridad de "esos jardines". Arrancar una sonrisa, sea cual sea la cuestión que se dirime es la mejor forma de actuar, tanto para quien la provoca y como para quien la recibe.

Tenemos tendencia a creer, que hay asuntos, que solo deben ser tratados con semblante serio y comentarios secos y tajantes, como si emplear palabras amables y relajantes, fuera una posición desdeñable o mostrase debilidad al interlocutor. El mundo de la empresa, en especial, en el ámbito de la gestión y toma de decisiones, esta preñado de esta forma de ver las cosas. Como si el humor no fuera buena tarjeta de presentación y mostrase "ligereza" en quien lo practica.

Creer que no hay lugar para la sonrisa en el ámbito de los negocios, es ignorar de forma inconsciente, que en muchas ocasiones, la confianza se puede ganar con ella. Sonreír no significa, en absoluto ser poco consecuente con los temas a tratar, del mismo modo que estar serio tampoco asegura rigor. Sonreír, cuando se practica con sinceridad y espontaneidad, produce relajación de mente y cuerpo y por tanto facilita el razonamiento, potenciando nuestra predisposición negociadora; lo que a su vez supone, mayor sensación de confianza en nuestros interlocutores. Difícil de obtener con cara seria y posición tensa o envarada.
Tan importante como la palabra es el ademán que la acompaña. Cuanto mas difícil sea llegar a un acuerdo, mas relevante es la actitud. Esbocemos una sonrisa, hablemos pausadamente con tono moderado, relajemos el semblante, que si el negocio no tiene que salir, no sera por esto...

2 comentarios:

Oreja dijo...

Me quedo con estas claves...

-"Sonreír, cuando se practica con sinceridad y espontaneidad...]"
-"Tan importante como la palabra es el ademán que la acompaña"

Personalmente, no veo la relación entre "el sonreir" y "el humor", aunque parece que vayan acompañados...
No sé si sabría explicarlo.
Quizá más adelante me lance a parrafear más...

Buenas tardes!

seriecito dijo...

Tienes razón, posiblemente no sea lo mismo, por ello le cambio el nombre a la entrada. Buenas claves con las que te quedas, pero lo importante es intentar practicarlo en la vida cotidiana.
Gracias por tus comentarios.
Salu2

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