Dice Anthony Robbins en su libro"Poder sin límites": "Son las creencias lo que distingue a quienes destacan en algo grande de quienes fracasan, ya que nuestra fe en lo que somos y podemos llegar a ser determina con bastante exactitud lo que seremos. Si creemos en la magia, tendremos una vida mágica; si creemos que en la vida predominan las limitaciones, nos habremos puesto límites muy reales. Lo posible es aquello que nosotros creamos verdadero, posible o real".
La receta es clara y diáfana, uno puede llegar a ser lo él quiera, porque según la actitud que adopte en la vida, las cosas le saldrán o se le complicarán. Pensar en positivo es en definitiva de lo que se trata, aunque en ocasiones sea tan difícil abstraerse, de todos los acontecimientos diarios, que le empujan al pesimismo, a ver las cosas de color obscuro y a pensar la poca suerte que uno a tenido en la vida.
Empeñarse con tesón y constancia en imaginar el futuro que queremos para nosotros, es comenzar a construirlo, es como establecer una pasarela que nos lleva a él. Pero esto que es muy fácil de enunciar es extraordinariamente complicado de ejecutar en la práctica.
Las tentaciones para el desanimo son muchas, la comodidad nos llama a dejarnos llevar por la plácida corriente de las medianías, sea cual sea el rumbo, que desde luego no es el que debería de ser deseable para nosotros. Aunque arribado al puerto de destino equivocado, todos sean reproches y pensamientos negativos, que justifiquen, lo que achacamos a un golpe de mal suerte, cuando lo que verdaderamente lo ha provocado es nuestra poca constancia y decisión para haber seguido por el camino adecuado, cueste lo que cueste y pese a quien pese. Debemos de pensar siempre, que se trata de nuestra vida, no de la del vecino del quinto.
En otras ocasiones tomamos atajos, casi siempre por razones económicas, es decir, preferimos aceptar algún trabajo, que en principio lo consideramos transitorio; pero con gran celeridad nos acomodarnos, a esa vida monótona e insulsa, no acoplada a nuestros planes verdaderos y nos dejamos aletargar. Del letargo, transcurridos unos meses, pasamos a la frustración de encontrarnos realizando algo, que nunca habíamos pensado. Pero la inquietud la acallamos con celeridad, justificándola con la necesidad económica real, que necesitamos cubrir y que aparentemente no nos deja otra alternativa.
Una cosa es que estemos involucrados en una determinada actividad, porque es la mejor de las que hemos tenido oportunidad de ver y otra muy diferente es, que "palanqueemos" nuestra mente para cerrarla a las expectativas deseadas y tranquilizar nuestra conciencia profesional. Hacer, lo que uno tenga que hacer en cada momento por necesidad, es incuestionable, pero en ningún caso, está justiticado, cejar en el empeño de alcanzar nuestro objetivo, nuestro "sueño", nuestro ideal
La magia de ver la vida como un sombrero de prestidigitador, de donde se pueden extraer toda una serie de deseos, es una condición que uno debe de conservar para sí, pase lo que pase, porque aunque nuestro trabajo u ocupación sea alienante, no hemos perdido nuestra mente, no hemos perdido nuestra imaginación, debemos de potenciarlas, porque con ellas podemos remodelar cada día nuestro pensamiento, para focalizarlo hacia el futuro deseado. Avanzando lenta o rápidamente, pero sin perder el rumbo.
Vivimos tiempos en donde el mundo del trabajo se ha complicado extraordinariamente, en la actualidad, no es posible elegir entre un gran número de alternativas; pero eso no quiere decir que nos "apoltronemos" y tiremos por la borda, todos nuestros deseos para el futuro, adormeciendo nuestra conciencia y pensando, que nuestro planes eran utópicos.
Soñar que queremos hacer y conseguir que todo ruede a nuestro favor no es nada fácil, el camino no es recto, tiene cuestas y barrancos, casi seguro. Olvidar nuestros proyectos de vida con prontitud y ver las cosas con una empecinada posición negativa, es "condenarse", a ser siempre, lo que uno no quiere ser y eso es mucho mas alienante que el trabajo que realicemos, sea cual sea éste.
Soñar es proyectar el futuro; insistir en conseguir el sueño es seguir en camino adecuado; no escuchar a los conformistas que nos rodean y minimizan nuestras expectativas o las declaran infundadas, es estar en la ruta adecuada; insistir con machanonería en alcanzar el objetivo es certificado de conseguirlo. Nada hay que produzca satisfacción mayor, que haber soñado una determinada posición para el futuro y conseguirla, aunque haya sido a través de muchos vericuetos. Como es de frustrante, darse por vencido y pensar, que no podremos remontar las dificultades y abandonar.
Una vida grande, es un pensamiento de juventud realizado en edad madura... a por ello... pues.
Una vida grande, es un pensamiento de juventud realizado en edad madura... a por ello... pues.
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