domingo, 7 de octubre de 2007

Amabilidd



Ser amables con las personas que nos rodean tanto en nuestra vida personal como profesional, mas allá de los protocolarios "buenos días ó buenas tardes", propicia el buen ambiente, facilita las relaciónes y satisface a todos.

La vida tan agitada que vivimos, en donde, de lo que mas se carece es tiempo, hace que seamos muy parcos en mantener conversaciones, con los que nos rodean. Interesarse sinceramente por los demás, conocer y preguntar por sus circunstancias, sin ánimo de cotilleo, hace que la poca o mucha amistad, que se tenga, se consolide. Por contra vivir al margen de sus circunstancias, no intentar el acercamiento, produce distancias cada vez mayores y en ocasiones insalvables.

No es fácil en el mundo en que nos ha tocado vivir, cargado de preocupaciones y premuras, acotar tiempo para relacionarse, con los que tenemos mas próximos. En el trabajo, porque la alta exigencia y competitividad por la que se rige, hace que se tengan preocupaciones prioritarias, que impiden en muchos casos detenerse a conversar con el compañero; casi siempre, salvo acontecimientos extraordinarios, ignoramos la mayoría de las circunstancias mas cotidianas de su vida. Fuera del trabajo, porque cada vez con mayor intensidad, vivimos en nuestras casas y somos poco proclives a ampliar nuestras relaciones con nuestros vecinos, mas allá de los saludos convencionales o de los contactos que propician las juntas de vecinos.

Un empobrecimiento paulatino, ya que no hay nada que enriquezca mas que la fluidez en las relaciones y el intercambio, aunque sea breve, con los que nos rodean. Las relaciones presididas por la amabilidad, son generadoras de energía positiva, que alcanza a los que las practican.

Por contra, este individualismo tan acentuado que tenemos, preñado incluso de desconfianza, dificulta la apertura hacia nuestro vecino de mesa o de casa. Flaco favor nos hacemos; salvo que la aplicación de ese tiempo "que no perdemos", lo empleemos en cuestiones de alta enjundia y que aporten mayor valor (difícil).

Otra posición frecuente, es esperar a que inicien los otros, error de nuevo, la amabilidad debe ser proactiva, hay que practicarla siempre que haya oportunidad, iniciando el contacto sin timideces. Aunque nuestro interlocutor parezca distante, romperá barreras en cuanto intuya nuestra predisposición e interés a escuchar e intercambiar. Aunque también es cierto, que podemos encontrarnos recalcitrantes en posiciones enrocadas, en cuyo caso lo que nunca podremos reprocharnos es no haberlo intentado y no perdemos nada haciendo "mutis por el foro", a esperar ocasiones mas favorables.

Facilitar la vida cotidiana y crear buen ambiente es una de las condiciones que deberíamos de practicar a diario. Nada hay tan reconfortante, como la cara de satisfacción de quien ha sido comprendido y escuchado. Vivir solo en medio de la gente es estéril. Sentir la compañía sincera de los demás es potenciarse y adquirir seguridad en uno mismo.

Seamos amables siempre que podamos, iniciemos nosotros sin complejos y no seamos remisos por si no sale bien... nada se pierde, solo se puede ganar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece una reflexión extraordinaria,efectivamente, abarca toda la riqueza que la comuncación interpersonal puede darnos, en este círculo concéntrico que empieza en nosotros y vá ampliándose hasta el infinito.... la sociedad- De una cosa aparentemente tan simple como interesarnos por nuestro vecino, podriamos llegar a la utopía, que todo elmundo nos interese.

De todas formas, creo que fallamos en la génesis.
Nos interesamos por nuestro estad0?
Sabemos ser conscientes de qué estamos viviendo y porqué?
Y sabemos que viven,piensan y sobretodo "sienten" los que ESTÁN con nosotros?
Les dedicamos esa sonrisa amable, esa palabra cuidada, ese gesto cortés?

Si eso fuera lo cotidiano, lo habitual, lo diario. lo demás, fluiría libremente.......
Al final como dices, "solo" salimos todos ganando....que maravilla.

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