Dice Ernst Fischer en su libro "Problemas de la generación joven": "Esta sensación de carencia general, este aguardar pasivo a que lleguen las diversiones en forma de coacción desde el mundo exterior, es el hastío. [...] como dice Alberto Moravia, El hastío, no es otra cosa que una falta de capacidad de comunicación juntamente con la imposibilidad de escapar de tal situación".
Cuando para estar motivados y pasarlo bien, necesitamos una influencia exterior, que nos motive, mal van las cosas. Divertirse no es un problema de sugerencia, la predisposición debe ser interior, tiene que ser buscada y en absoluto inferida.
Nos abruma nuestro aburrimiento o mas bien la falta de capacidad para estar motivados y ser felices. Estamos subidos en nuestra nube de soledad y somos incapaces de reconocer nuestra falta de imaginación y/o comunicación, para apearnos de ella. Vivimos de modo impropio, hipotecamos nuestra vida por falacias, somos incapaces de separar lo esencial de lo accesorio y generalmente nos comprometemos con "empresas" baladís.
Y con todo ese equipaje, nos sorprendemos de estar sumidos en episodios de melancolía, cuando somos los principales propiciadores. No empeñarnos en ser consecuentes con los acontecimientos que nos rodean, nos coloca en fuera de juego y sin darnos cuenta, nos va doblegando cada vez mas. A fuerza de aislarnos, acabamos por quedarnos en una zona neutra, que nos hace perder el interés, incluso de comunicación con quienes mas nos quieren, como si buscásemos estar asilados de todo y de todos.
No juguemos al límite, porque en ocasiones no se puede reconducir todo; si no tenemos seguridad de estar en el camino adecuado, analicemos y cambiemos según nuestras posibilidades, pero no nos dejemos arrastrar por posiciones conformistas y ambiguas, que nos vayan sumiendo cada vez mas en el hastío. Se puede saber cuando se entra, pero es bastante complicado, estimar cual será el plazo en el que se producirá la salida de ese círculo... no entrar es ganar, siempre...
10 comentarios:
La satisfacción y el disfrute de las pequeñas cosas que nos llenan, es la mejor manera de ahuyentar el aburrimiento.
Hay tantas cosas que podemos hacer para sentirnos bien... no hablo sólo de aficiones, lectura, cine, deporte, coleccionismo, música, pintura, etc. Sino también de la búsqueda de "entretenimento" en esos momentos en que estamos con nosotros mismos.
Para no aburrirnos, no tenemos que estar haciendo algo necesariamente.
Un abrazo Luis
Me enfada mucho que mi hija mayor me diga que se aburre...
"Pero hija si tienes un monton de cosas para entretenerte..."
NO lo entiendo, nosotras eramos felices con una piedra y una rayuela pintada en el suelo, una comba o simplemente estando todos los niños de barrio juntos en la calle.
Es triste que ni en un pueblo pequeño como el mio no puedas estar tranquilo
con tus hijos solos en la calle...
En fin el mundo cambia muy deprisa.
Un bico
EVA.
Eva:
Tener demasiadas cosas, en ocasiones, no favorece el aprecio de las mismas, antes mas, lo languidece.
Pero ese tener muchas cosas, no ha sido responsabilidad de los mas jóvenes por pedirlo, sino de los mas mayores por darlo, sin medida y en exceso.
Recuperar el aprecio por las pequeñas cosas, que es una forma de retornar al equilibrio personal, es una labor de años y llena de dificultades.
Aprendamos de los resultados de nuestros actos, o sino, estamos condenados a repetirlos... (hijos de amigos, nietos, etc). Para cambiar hay que empezar actuar.
"El conocimiento sin la acción, es lo mismo que la ignorancia".
Gracias por compartir.
Salu2
Nuria:
No hacer nada y saber no aburrirse, debe de ser como el Nirvana.
Estoy completamente de acuerdo contigo.
Salu2:
Luis
Creo que lo mejor es una combinación de ambas cosas ¿no? saber entretenerse con las cosas que te hacen disfrutar, y poder desconectar y sentarte simplemente a contemplar un paisaje por ejemplo y sentir lo mismo, no tener la sensación de que pierdes el tiempo, sino que ganas calma...
Por otra parte, es muy interesante ese dilema que planteais, a raíz de lo que dice Eva, y que está a la orden del día.
A veces me da la impresión de que todos esos juguetes o artefactos electrónicos (móviles, etc) pretenden ser sustitutos del cariño.
O inundamos a los niños desde pequeños con miles de regalos, y éstos no son capaces de aprender a valorar las cosas...
Bicos
En Nuestro caso,evitammos darle todo lo que piden, la verdaD no piden casi nada, y la mayor antes de abrir la boca , pregunta si se puede....
Tengo sobrinos solo con pedirlo ya lo tienen.
Yo creo que las mias van mejor enseñadas, pero bueno mi vision no es del todo objetiva jejejeje.
UN BICO
EVA.
Yo estoy temiendo el momento en que uno de mis sobrinos crezca.
Hasta ahora, bajo el mismo criterio que mi hermana, he coordinado y racionalizado los regalos. Mientras no se enteraba, básicamente ropa, zapatos, etc, que necesitaba ella, y ahora que ya alcanza los 2 años y medio, procuro siempre que sean juguetes didácticos, que estimulen su imaginación, y libros, que le encantan para que se los lean...
Pero sé que otra parte de la familia (sus suegros) se inclina más por los juguetes electrónicos, en los cuales el niño no tiene que hacer nada más que pulsar un botón. De hecho, ya hace tiempo, le habían regalado una bicicleta con mil utensilios, cuando el niño no sabía lo que era ni pedalear.
¿Qué ocurrirá en el futuro, le regalarán un maldito móvil con 5 años? ¿Una moto última generación con 16? ¿Y el mejor coche con 18?
¿Cómo valorará él, el esfuerzo de conseguir las cosas, la satisfacción de hacerlas por uno mismo, la capacidad de desarrollar la imaginación?
Entiendo a los padres que se tienen que enfrentar a esa avalancha.
Luna, tu que tienes nietos ¿cómo lo ves?
¿Y tu Luis, qué opinas?
Muchas cosas han cambiado.
Antes, los niños llegaban del colegio y se iban a la calle a jugar.
Llegaba el verano y se iban con las madres al pueblo, a pasar tres meses.Si era el pueblo de los abuelos, casi siempre, pues tenían sus primos, sus amigos de toda la vida, del verano, crecían juntos.
Los entretenimientos, los mismos.
Ir a bañarse al rio o la piscina, a cazar pajaritos con tira-chinas, algunos con escopetas de perdigones, las fiestas del pueblo....
Pero sobretodo, las clases sociales estaban más diferenciadas.
No deseabas casi nada, porque los niños con los que te relacionabas tampoco tenían nada distinto de lo tuyo.
Pero ahora hemos dado un salto muy grande.
Hemos entrado en la "sociedad del bienestar"
Vaya por delante que no es una crítica. Es algo que está ahí.
Los papás trabajan, llegan cansados a casa. Si no pueden pagar servicio, hay que hacer las cosas de la casa.
Cuanto menos, hacer la cena, bañar a los niños, hacer los deberes...
Y mientras, muchas veces discutir porque yo hago poco y tu mucho.
El tiempo que se dedica físicamente a los niños es poco.
Lo más fácil, ponerlos cara a la tele, ponerles los cuentos en el CD, darles una video-consola para que se entretengan. etc. etc.
En cuanto a los regalos, muchos veces los que compiten son los mayores. Ragalan para que lo vean los demás..... no para el niño.
En eso, como en tantas cosas, ser educado socialmente, en la mesa, hablar correctamente, ser generoso...
En casa a lo mejor hacemos un esfuerzo, con insistencia, que es la única forma, una y otra vez. Pero luego en la escuela, en la vida cotidiana, el entorno ayuda poco.
Habéis estado en un parque, pendiente de los niños (que tampoco se está)y habéis visto que agresividad, que vocabulario, que falta de educación? Parece la jungla.
Enfin, los jóvenes no lo tenéis nada fácil en ese sentido.
Tendreis que hacer un profundo cambio y decir eso de "Yes, we can"
Con esto, yo no me inhibo, pero claro, mi labor es apoyar lo que decidan los padres de mis nietas y ,eso si, quererlas mucho, achucharlas, darles muchos besitos, contarles cuentos, llevarlas al cine, escucharlas. Lo mio es muy fácil y lo más bonito....
Un beso muy fuerte a todos.
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