miércoles, 10 de septiembre de 2008

El Cambio


Decidir cambiar de actividad, cuando uno ya tiene unos años, precisa de una dosis importante de valentía y una gran capacidad de decisión. Discernir, lo que a uno mas le interesa para su vida, no es tarea fácil. Las obligaciones y los intereses creados, impiden casi siempre, decidir con libertad y precisión.

Comenzar en una determinada actividad laboral, no significa en absoluto, que sea para toda la vida. Los trabajos cambian y las empresas no suelen ser - como organización - lo que aparentan y aquí debe estar la intuición necesaria, que nos evidencie con firmeza, la necesidad de cambio. Pensarlo, consultarlo con quienes nos quieren bien y disponerse a ejecutarlo, es nuestro objetivo.

La seguridad que supone el trabajo conocido, impide en muchas ocasiones, "dar el paso adelante", somos muy de costumbres. Nos gusta dejarnos llevar y no somos proclives a modificar nuestras pautas; si además, estas comportan un "volver a empezar" o plantean incertidumbres, menos aún. No hay que lanzarse desde cualquier trampolín, pero tampoco hay que suponer que permanecer estático, tiene mas seguridad o mayor interés.

La vida empresarial ha cambiado mucho, hace años, cuando yo comencé a trabajar, no estaba bien visto cambiar de empleo. La sociedad tenía por bien visto, permanecer en la misma empresa por tiempo indefinido, era una corroboración de madurez y seriedad. Con lo cual se perdía el enriquecimiento, que supone tomar nuevos "aires" y conocer otras dimensiones. Hoy es casi aconsejable, cada cierto tiempo, atisbar nuevos horizontes. Se evita el hastío, que supone el "mas de lo mismo".

Si uno, se deja guiar por su buen "olfato", analiza pros y contras, asimila los buenos consejos y tiene voluntad para "dar pasos" (como dicen los americanos), seguro que acierta y descubre con el tiempo, que se había agotado una era y que era bueno comenzar otra. El temor a lo desconocido es ancestral en el ser humano, pero como contrapunto, el conformismo y la falta de imaginación, nos cercena claramente nuestras capacidades. Debemos vivir como queramos y emprender las actividades, que nos atraigan y no hacer, lo que sea costumbre social... siempre sin molestar a nadie y con la mente abierta... ¡no faltaba más!...claro...

1 comentario:

Rocío dijo...

caigo por casualidad en este artículo tuyo cuando hace cuatro meses que decidí dar ese "cambio" del que tu hablas y marcharme a sevilla a vivir.

soy de madrid. durante mi vida he empezado de cero varias veces. pero esta vez fue la más dura. como bien dices, el miedo estuvo-y está a ratos también- tremendamente presente y es casi paralizante, pero luché para que no lo hiciera. ahora vivo en sevilla, como te he dicho.

es duro el cambio laboral cuando implica tantísimo cambio personal también. es un esfuerzo a ratos doloroso, pero siempre diré que MERECE LA PENA. tenía que decirlo, porque es algo que es parte de mi vida desde hace mucho tiempo y, aunque nada fácil, creces continuamente como persona.

de nuevo enhorabuena por tus artículos.

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