Como continuación del esquema propuesto [ver post de fecha 1/12: Hipotecas subprime (I)]. En las condiciones descritas, pronto se evidencia la falta de fondos para continuar haciendo negocio, con objeto de incrementar la financiación de la vivienda, las entidades financieras tienen que arbitrar un procedimiento, que permita tener mas fondos disponibles. Y pronto se encuentra la solución, no en aras a facilitar el acceso a la vivienda a mas personas, si no mas bien, con el motivo de incrementar este negocio, que tan buenos resultados estaba dando.
Así pues....
EL INCREMENTO DEL BUSINESS
(ó la avaricia en acción)
Momento 2:
Los Prestamistas, para poder tener disponibilidad y poder incrementar sus posibles clientes, dando mas acceso al crédito, venden las hipotecas a otra empresa, que llamaremos titulizador, por lo que luego sucederá.
Descripción de la operatoria:
1. El titulizador compra al prestamista las hipotecas. Prestamista, por tanto, deja de tener riesgo y obtiene tesorería "fresca". El titulizador adquiere todos los derechos de cobro que otorgan las hipotecas y toma el compromiso de gestionarlas.
2. El prestamista con la tesorería obtenida por la venta de las hipotecas, tiene disposición para otorgar nuevos préstamos.
3. El titulizador, encarga el seguimiento del negocio a un Gestor (ver diagrama post 1/12). Éste por el cobro de una comisión a cargo del titulizador, se encarga de hacer todos los tramites necesarios y el cobro de los vencimientos, tiene a su cargo también, cualquier negociación, que fuera necesaria acometer con el prestatario de la hipoteca.
Todo está perfecto. Para seguir este planteamiento, se crean unas sociedades, que asumen las funciones descritas, tanto de titulizador como de gestor; en algunas de ellas participan en su capital social los bancos prestamistas e incluso forman parte de sus Consejos de Gestión.
La acción está perfectamente delimitada y coordinada, pero lógicamente, cuando el titulizador ha empleado toda su tesorería, pierde la capacidad de seguir comprando hipotecas y por tanto el "negocio" se queda congelado. Como esto no puede ser, porque hay que seguir explotando la "racha", se impone la Titulización de la Deuda.
De nuevo se pone en marcha la ingeniería financiera para tratar de resolver esta cuestión y no tarda mucho en encontrar la solución.
Mientras tanto el Prestamista, ha seguido buscando potenciales clientes, que pueden ser acogidos, en base a la disminución de los umbrales de solvencia, como hemos visto en el post anterior. Además incluso en el caso, de que no esté pensando en comprarse una vivienda, se le crea la necesidad, ponderando de modo firme, todas las ventajas, que conlleva el acceso a la propiedad. Cada vez por tanto, la calidad del deudor disminuye, pero recordemos que no hay problema, porque como los precios inmobiliarios crecen de modo vertiginoso, en caso de impago, la propia vivienda cubre con creces cualquier tipo de riesgo.
(continuará)
2 comentarios:
Si me permites la expresión "una verdadera merienda de negros".
A este sector no se le aplica la Ley de Subcontratación como a los constructores ¿verdad?, dicho con toda la ironía.
Parece que todos están dispuestos a hacer negocio, hasta el momento en que puedan exprimir la última gota de beneficio antes de pasarle el paquete al siguiente para que le hhaga un lavado de cara.
Así es, pero parece que ha dado buen resultado, pues al expandir la "torta", aparecen las inquietudes y las ayudas.
Si se hubiera quedado concentrada, lo mismo supone la quiebra de alguien y nada mas.
Salu2
Luis
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