miércoles, 31 de diciembre de 2008

Cambio II





Dicen Sam Deep y Lyle Sussman en su libro "Motivar y conseguir convencer en los negocios", cuando desarrollan el mandamiento 10: "Tenga expectativas de que puede conseguir a la hora de cambiar el comportamiento de los demás. No acepte culpabilidad alguna por los fracasos de otros; en lugar de eso, deje que la responsabilidad del cambio recaiga sobre ellos. Deles tiempo suficiente para cambiar, pero si no lo hacen, distánciese de ellos mental y físicamente".


Tenemos tendencia a creer que influimos en el comportamiento de las personas próximas, mucho mas de lo que en realidad pensamos. Es posible que seamos agradables o que inspiremos respeto, pero siempre cada persona es singular y tiene una mente independiente. Poner empeño para cambiar el comportamiento de los que nos rodean a mejor, es siempre una tarea noble, pero tiene límites, intentarlo es un acto encomiable, pero permanecer insistiendo, cuando no se obtiene suficiente respuesta es un derroche de energía. En ocasiones, como verter cubos de agua dulce al mar, pretendiendo disminuir su salinidad. Hay cosas que son estructurales.


No debemos aceptar derrotas, debemos perseverar en la consecución de nuestros objetivos, pero en ocasiones hay que hacer balance y dilucidar, cuando perdemos mas que ganamos, si nos aferramos "tozudamente" a nuestras posiciones. Hay que saber identificar, cuando se ha llegado al límite del esfuerzo tolerable y recoger velas... retirarse y distanciarse.


Como dicen los autores en el libro citado; a los demás, para ayudarles a cambiar, se les puede ofrecer:
a) razones de por qué pueden desear cambiar.
b) instrucciones acerca de cómo cambiar.
c) un ambiente que apoye el cambio.
d) consecuencias positivas o negativas, según cual sea su respuesta.


De lo que se trata es de sensibilizar, para que cada uno individualmente se ponga en marcha y se empeñe en conseguirlo; no de llevarlos "cogiditos" de la mano de modo permanente, con tolerancia sin límite, incluso hasta quedar "dañados" personalmente. No, no es eso. Si dado el tiempo suficiente, no hay respuesta de progreso y no se observa voluntad firme de cambio, hay ponerle fecha al final. Tampoco hay que subestimar el esfuerzo realizado, puede que fructifique mas adelante.


Ayudar es una cosa y sacrificarse por la ayuda, es otra muy diferente.


Este capítulo del libro, termina con una frase, muy conocida, de Reinhold Niebuhr: "Danos serenidad para aceptar lo que se puede cambiar, valor para cambiar lo que debería cambiarse, y sabiduría para distinguir lo uno de lo otro".



Foto cedida por Nuria: http://nuria-vagalume.blogspot.com/





1 comentario:

MARU dijo...

Gracias Luis, por la excelente aclaración.

La frase final, es un broche de oro. La voy a poner en práctica.

La conocía pero no sabía de quién era.

De cada apartado se puede hacer un blog de reflexión. Y aplicarlo a todos los ámbitos de la vida.

Me gusta el final.
Tenemos que felicitarnos de los logros conseguidos.
Solo solemos ver lo que no conseguimos.... y castigarnos por ello.

Excelente, Luis, como siempre.
Digna de analizarlo variaas veces, como dice Nuria.

Un beso
Luna
P.D. He devuelto el libro La guerra de los treinta años. No era quizás el momento de leerlo, me lo habían prestado.

Con la prensa y el telediario, estos dias tengo bastante.

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