sábado, 4 de agosto de 2007

La Meta...



Para conseguir casi todas las cosas que valen la pena, hay que luchar por ellas. Tenemos siempre la sensación de que nuestra vida y nuestras acciones están cargadas de "cuestas arriba" y en ocasiones nos entristece e incluso nos desanima.


Pensamos también, que solo nosotros lo tenemos difícil, como si los demás tuvieran ángeles protectores, que les van facilitando el camino palmo a palmo. Nuestra "miopía" nos impide ver que no solo somos nosotros, los que tenemos, que luchar cada día por vivirlo.


No es posible obtener resultados positivos sin sacrificio, aunque este sea moderado. Al final de las clases que doy en la Universidad, siempre suelo terminar con una transparencia que dice: "En el único lugar donde éxito va antes que trabajo, es en el diccionario" (siento no saber de quien es). Produce perplejidad, pero solo hay que detenerse levemente a releer su contenido, para sacar conclusiones y validarla como cierta.


Nada hay, que tenga tan poco aprecio para nosotros, como aquello que nos es dado facilmente. A lo que no cuesta, le otorgamos poco valor intrínseco y tarde o temprano acabamos por apartarlo. No quiere decir que lo desechemos, pero tenemos tendencia a ponderar la importancia de nuestras acciones cotidianas, en función al esfuerzo aplicado a las mismas.

Cada persona escoge en la vida el nivel de esfuerzo que quiere aplicar en sus cosas, puede uno adoptar la posición de "mínimos", dejarse llevar y ver si el puerto al que arriba, le resulta adecuado a sus aspiraciones. También puede, emplearse a fondo, con toda ilusión y ahinco para conseguir sus objetivos, menos relajante quizás, pero sin duda mucho mas gratificante al terminar. Sentirse útil, es necesario, para manener un nivel de equilibrio interno adecuado.

La realidad de nuestra vida es que es una carrera de obstáculos, solo se ve el éxito, pero queda totalmente oculto, como en los atletas, las horas de entrenamiento, la dieta, el sacrificio, los fracasos, etc. Todo parece como tapado por un velo, pero lo que está claro, es que sin esos sacrificios, no hay carrera en el atleta, y en nosotros la vida es menos itensa.

En muchas ocasiones nos sentimos tocados por la sensación del abandono, ¿y por qué no dejarse llevar?, estamos "depres", creemos que todo será mejor si cogemos el atajo "cuesta abajo". Perdemos el tiempo, los que empiezan con un sentido determinado de la responsabilidad, difícilmente pueden dejarla en la cuneta como un equipaje viejo y roto, para intentar seguir mas livianamente.

Todos tenemos, en muchas ocasiones miedo al fracaso, pero la paradoja es que "para ganar hay que estar dispuesto a perder". Tal vez el reconocimiento del contenido de esta frase haga que se allane algo mas nuestra ruta... No es necesario ser el mejor, pero idefectíblemente hay que ser cuanto menos bueno, para llegar a la Meta por meritos propios.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias otra vez. Una vez mas su escrito hace que piense positivamente, que haga una larga y pausada reflexion. Tambien me obliga a cuestinarme, valorarme e incluso "ponerme las pilas". Yo, vago en lo que autoestima se refiere, pero energico en la ejecucion de mis acciones, pocas veces pienso en el resultado de ellas, solo funciono. Tal vez deberia marcarme metas, pequeñas o grandes, solo por el simple hecho de saber si fui capaz de conseguirlas. Una vez mas gracias, gracias, gracias.

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