Paseaba con mi abuelo materno una mañana de verano, por Viver, que es un pueblo del Alto Palancia y al llegar a la Plaza, nos encontramos con una persona del lugar. Como es costumbre en las poblaciones pequeñas, al cruzarse en una calle y mucho mas en un camino, se dan alguna noticia, en suplencia superlativa de nuestro manido adiós.
Pues bien, éste al llegar a su altura le dijo: "Fernando (nombre de mi abuelo) sabes que me han hecho Alcalde, ¿que te parece?" (eran épocas en donde el alcalde lo designaba el Gobernador de la provincia). Mi abuelo, que a la sazón, como he dicho en otra ocasión, era hombre de pocas palabras, guardó unos segundos de silencio y le dijo "Pues que el pueblo no ha podido llegar a menos ni tu a más", se giró hacia mí y me dijo, vamos que llegaremos tarde. Aun hoy recuerdo la cara de asombro de aquel hombre. Aunque también tengo que decir, que el tiempo no le dió la razón, ya que el trabajo de Alcalde, no lo hizo mal.
Vaya frase. Con la única diferencia, de que ahora los cargos públicos no los designa nadie, sino que nacen por nuestros votos, tiene un contenido, que podríamos repetir, con toda certeza, en multitud de ocasiones. Aunque he dicho, que no los designa nadie, tampoco es tan así, porque efectivamente votamos, pero lo hacemos, sobre una lista, que ha sido designada por el partido de turno y en la conformación de la misma, también deben de haber decisiones omnímodas de los que lo dominan.
En eso no hemos cambiado gran cosa, los cargos públicos, se nutren de muchas personas que tienen una firme voluntad de servicio, pero junto a ellas, están los arribistas de turno, con la intención de que les sirvamos nosotros. Aunque creo firmemente que son menos, hacen tanto ruido que parecen todos y claro, la generalización está al alcance de las manos...
No estoy de acuerdo con las listas, creo en el voto a la persona y no ha un conjunto de ellas, porque puede que solo crea en una, pero sin embargo, junto a ella quedan incluidas otras, a quienes ni siquiera conozco. No me sirve el argumento de que votamos un programa, porque está incumplido de antemano, en una gran mayoría de casos, sino de modo absoluto, si con el consiguiente efecto de maquillado, que lo acaba desnaturalizando. Esto es así, dado que los votantes, tenemos tendencia a la fidelidad y seguimos concurriendo a las urnas, sin variar la intención de nuestro voto en función de las acciones de gobierno/oposición percibidas
Tal vez, lleguemos alguna vez a la conclusión, de que los partidos políticos, en muchos casos, con la posición que adoptan actualmente, lo único que hacen, es enmarañar el ambiente. Cuando están en el gobierno, con la intención de ocultar lo negativo de su gestión, otrora en la oposición con la exacerbación de la crítica. En definitiva muchas energías perdidas en absurdeces y vaciedades. Cuando lo verdaderamente interesante sería, que fueran aplicadas todas ellas en la gestión eficiente de lo público.
Creo que hizo bien mi abuelo, dijo lo que pensaba y a la cara, quizás con poco tacto. Eso solo es posible en personas sencillas, que no conocen o al menos no practican la hipocresía. Por muy doloroso que le resultase al interfecto, seguro que con el tiempo llegó a descubrir, que por el hecho de que lo designen a uno para una determinada responsabilidad, no quiere decir que sea el mas idóneo para ella, por muy relevante que sea el "designador". Son, por contra, los que tiene cerca, los que sí, pueden hacer una evaluación mas certera de su capacidad, dejando aparte, estados de opinión motivados por "malos rollos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario