Cuando terminé mis estudios, a pesar de que vocacionalmente me llamaba la enseñanza, me ofrecieron y acepté, trabajo como Director Financiero Administrativo, en una filial en Valencia de una empresa multinacional.
El director de la misma, que era "zorro viejo" en aquel grupo de empresas, a pesar de sus 36 años, al entrar a trabajar el primer día, me dijo en su impecable acento andaluz: "Martínez, aunque yo les diga a todos los administrativos de la empresa, cuando lo presente, que Vd. es el nuevo director financiero administrativo, Vd. no lo será fehacientemente, en tanto en cuanto, cada uno de ellos le otorgue y reconozca ese rango".
Como yo tenia la carrera recién terminada y en la cabeza, muchas "ínsulas de Barataria", no entendí muy bien el significado de su frase, mas bien pensé, dadas sus características, que era una manera de minimizarme, ya que su talante era algo prepotente.
Con el tiempo comprendí el significado, e incluso agradecí mentalmente, nunca de palabra, la frase de aquel entonces. Me hizo un gran favor y me libró de algún que otro "tropezón". Y es que el liderazgo no se obtiene por mandato, se gana día día.
Éste es quizás uno de los males que tenemos actualmente en las empresas. Directivos que ocupan sus cargos creyendo, que su tarjeta de presentación les otorga todos los poderes, sin darse cuenta, que son aquellos a los que manda, quienes deben de reconocérselos. Con el transcurso del tiempo se va produciendo una profunda separación entre unos y otro. La conclusión es la permanente mera ejecución de órdenes, en lugar de la asunción de objetivos a alcanzar, comunes para todos.
Si las cosas marchan bien, hay como una tregua y aunque se camina por senderos diferentes, todos se toleran. Pero cuando vienen mal dadas, florecen sobre todo las malas formas y exabruptos, que no conducen a mejorar la situación, muy al contrario la empeoran.
Ser líder en la empresa hoy, no es una ocupación fácil, muy al contrario es muy difícil. Conjugar las exigencias de los de "arriba" y saber motivar y poner en marcha a los de "abajo", es una tarea arduo costosa. Explicar con claridad y sencillez, porque hay que hacer las cosas de un modo determinado y escuchar las sugerencias de quien debe realizarlas, es casi tan importante como haber dedicado mucho tiempo en su planificación y estar seguro que es buen camino. Por contra, efectuarlo con una simple orden, aunque el trabajo acabe ejecutándose, es como verter agua en el océano, esperando que se dulcifique.
Nadie sabe mas de un trabajo que el que lo ejecuta cada día, pretender gobernar la empresa, sin que exista un flujo de información cualitativa, ascendente, es como manejar un coche sin cuenta revoluciones. No pasa nada, pero se puede gripar el motor con un esfuerzo desmedido. Las organizaciones también se agarrotan, si no se mueven por objetivos compartidos, en donde todos participan para su cuantificación, en la medida de sus posibilidades.
2 comentarios:
¿Cuando has creído tu en "ínsulas de Barataria"?Es que "Bui"(q.e.d.),aun no te conocía.
El Búho nocturno
Era un decir... (q.e.d.) aún no toca.
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