Lo importante en nuestras vidas, no es lo que hacen o dejan de hacer los demás, con respecto a la relación que mantenemos; lo relevante se centra, en nuestra respuesta a esas acciones. Recordemos, que si pensamos con frecuencia, que el problema está sólo fuera de nosotros, el verdadero problema es – sin duda - nuestro pensamiento.
Cuando interiorizamos este paradigma en nuestra conducta, cada día nos enriquecemos más y nos fortalecemos, para afrontar todos los avatares de nuestra vida. Cuando nuestro foco está centrado en la interpretación y seguimiento, de lo que hacen o dicen los demás y buscamos nuestra propia felicidad en ese entorno, acoplando nuestras acciones, a lo que interpretamos como conveniente socialmente; no se seremos mas felices, lo cierto es, que no viviremos, en sentido estricto “nos vivirán”.
No podemos “delegar” nuestra efectividad, ni debemos esperar que ésta mejore, aplicando un “seguidismo” tenaz de lo que otros hacen. Somos absolutamente responsables de nuestra felicidad y también, aunque tratemos de trasladarlas, de nuestras circunstancias. No hay fuerzas ajenas, que puedan programarnos como a un ordenador, nuestro cerebro es soberano y tiene capacidad para resolver por sí mismo. Tenemos potencial de respuesta y no necesitamos tutelajes. Poner empeño en ello es vivir plenamente – es decir – “ser”.
Decidir por nosotros mismos y abstraerse del entorno, proporciona más alegría y felicidad y para eso estamos aquí y ahora. En muchas ocasiones es más incómodo, pero por el contrario mucho más gratificante. No es necesario que nos centremos obsesivamente en el fatalismo de nuestras debilidades, ni que nos bloqueándonos estérilmente, tratando de enfocarlas desde carencias externas; son precisamente ellas, las que nos brindan la posibilidad de perfeccionarnos y nos proporcionan las mayores satisfacciones al superarlas. Para salir de ellas, solamente hay que poner voluntad, empeño y deseo de alejarse de las posiciones alienantes y pesimistas. Lo debemos conseguir con la aplicación potente de nuestras cualidades y sin esperar inútilmente “manás” externos.
Cuando interiorizamos este paradigma en nuestra conducta, cada día nos enriquecemos más y nos fortalecemos, para afrontar todos los avatares de nuestra vida. Cuando nuestro foco está centrado en la interpretación y seguimiento, de lo que hacen o dicen los demás y buscamos nuestra propia felicidad en ese entorno, acoplando nuestras acciones, a lo que interpretamos como conveniente socialmente; no se seremos mas felices, lo cierto es, que no viviremos, en sentido estricto “nos vivirán”.
No podemos “delegar” nuestra efectividad, ni debemos esperar que ésta mejore, aplicando un “seguidismo” tenaz de lo que otros hacen. Somos absolutamente responsables de nuestra felicidad y también, aunque tratemos de trasladarlas, de nuestras circunstancias. No hay fuerzas ajenas, que puedan programarnos como a un ordenador, nuestro cerebro es soberano y tiene capacidad para resolver por sí mismo. Tenemos potencial de respuesta y no necesitamos tutelajes. Poner empeño en ello es vivir plenamente – es decir – “ser”.
Decidir por nosotros mismos y abstraerse del entorno, proporciona más alegría y felicidad y para eso estamos aquí y ahora. En muchas ocasiones es más incómodo, pero por el contrario mucho más gratificante. No es necesario que nos centremos obsesivamente en el fatalismo de nuestras debilidades, ni que nos bloqueándonos estérilmente, tratando de enfocarlas desde carencias externas; son precisamente ellas, las que nos brindan la posibilidad de perfeccionarnos y nos proporcionan las mayores satisfacciones al superarlas. Para salir de ellas, solamente hay que poner voluntad, empeño y deseo de alejarse de las posiciones alienantes y pesimistas. Lo debemos conseguir con la aplicación potente de nuestras cualidades y sin esperar inútilmente “manás” externos.
Vivamos como “somos” y evitemos a toda costa, que nos hagan mutar a lo que no “somos”, con seguridad alcanzaremos mayores grados de felicidad… sin pretextos.
14 comentarios:
Sabia reflexión Seriecito
muchas gracias por recordarlo.
un abrazo
Si vivimos una vida " por encargo"
nunca seremos dueños de nuestra vida.
Nuestra vida es nuestra, con aciertos, errores, alegrias y tristezas...
Es el vínculo de nuestro yo interior con el exterior...
Mala conexión si permitimos interferencias.
Corremos el riesgo de un cortocircuito y un apagón interior.
La oscuridad...el desconcierto.
Hagamos bien las conexiones y tendremos paz.
Buen post,me gusta.
Un beso.
Alix:
Gracias por tu comentario.
Salu2:
Luna:
Así es, bien centrado, difícil no permitir interferencias.
Salu2:
Alejandro:
Efectivamente, no sabemos vernos a nosotros mismos y tenemos dificultad para valorarnos adecuadamente de modo individual.
Gracias por tu visita.
Salu2:
Si no podemos ser feliz al lado de alguien, ya sea pareja o amig@ debemos alejarnos de ellos, nadie nos ata a estas relaciones, pero cómo olvidarse de los hijos, sobre todo en determinadas épocas de sus vidas en la que tanto nos necesitan.
Tenemos que dejar aparcados nuestros proyectos para más tarde y ser felices de poder hacer esa labor porque son nuestra responsabilidad y no debe haber nada más importante en nuestras vidas.
Saludos afectuosos Seriecito, gracias por hacernos reflexionar tanto.
Bien, he leido todos los post seguidos para hacerme una mejor composición de lugar.
Por circunstancias personales, me ha gustado mucho esta frase Luis:
"Lo importante en nuestras vidas, no es lo que hacen o dejan de hacer los demás, con respecto a la relación que mantenemos; lo relevante se centra, en nuestra respuesta a esas acciones"
Tanta importancia le otorgamos a veces a lo que los demás hacen con respecto a nuestra vida, que olvidamos que es fundamental y decisiva nuestra propia respuesta y reacción, nuestras decisiones.
Porque lo contrario es vivir la vida de otros, no la nuestra realmente.
Carol, efectivamente una vez que existen hijos por medio, son una responsabilidad para toda la vida, pero no creo por ello que hayas de hipotecar tu vida al lado de tu pareja.
Al fin y al cabo los niños crecerán, harán su vida, y creo que preferiran recordar a ambos progenitores separados y felices, que no al contrario ¿no?
Es una opinión muy personal. No sé...
Un abrazo a ambos
Nuria:
Lo primero somos nosotros y no las reglas y costumbres de los demás,o de la sociedad; que solo sirven para limitarnos.
A fuerza de no vivirnos, acaban viviéndonos.
Sí sin lugar a dudas tienes razón, hay que dar menos importancia a los demás y mucha más a mosotros.
Bienvenida. Faltaba algo en el Blog.
Salu2:
Carol:
Tocas un tema delicado, traer nicños al mundo es adquirir una gran responabilidad y hay que mantenerla, pase lo que pase.
Pero ese compromiso, debe de potenciar nuestras acciones, para trasnmitir el mejor ejemplo. Solo de ese modo es posible cambiar la sociedad actual.
Cualquier sacrificio que se hace en ese sentido, es como una siembra, la cosecha hará palidecer el esfuerzo y la fatiga.
Que así sea...
Salu2:
Por lo que observo a mi alrededor, traer niños al mundo no creoq ue todo el mundo lo contemple como una gran responsabilidad, sino como un devenir, como algo accidental que "ocurre"... y desde luego que es un factor para pensar, meditar y sobre todo compartir.
Un abrazo
PD. No consigo seguir el ritmo de los post, pero sigo aquí a ratos, a ver si la semana que viene puedo retomar la vida normal.
Nuria:
A veces los acontecimientos nos cambian el ritmo. Pero yo creo, que es para dejar que nos reencontremos.
Ahora lo importante no son los post, lo importante son otras cosas.
Aparcar, solo es un acto temporal, con el tiempo hay que volver a arrancar y a veces con más ímpetu.
Paciencia y poca prisa...
Salu2:
Luis
Querida Nuria, si lees mi comentario verás que digo:
"Si no podemos ser feliz al lado de alguien, ya sea pareja o amig@ debemos alejarnos de ellos, nadie nos ata a estas relaciones, pero cómo olvidarse de los hijos, sobre todo en determinadas épocas de sus vidas en la que tanto nos necesitan."
Creeo que está clara mi opinión al respecto. Pero no lo digo porque sea mi caso, no tengo problema con mi pareja, pero sí en cuanto alos hijos, necesitan de mi tiempo y ellos son mi prioridad por mucho que quiera hacer muchas cosas, no me olvido de mí del todo, pero ellos son lo primero y cualquier madre me entiende.
Un beso.
Tienes razón Carol, me he aturullado al leerlo, y lo interprté de otra manera en su conjunto. Perdona...
Comparto esa afirmación tuya entonces.
Un biquiño
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