Cuando explico Control de gestión, señalo en las primeras sesiones, que hay dos formas de gestionar una empresa, con políticas de "espejo retrovisor" o de "parabrisas". Identificamos la primera como la posición permanente en el análisis de lo sucedido, sin tomar decisiones y lamentándonos o felicitándonos por los acontecimientos pasados, lo que se viene a denominar "la parálisis por el análisis". La segunda es una postura proactiva, mirando al futuro, planeando nuevas metas y teniendo la sensación, de que se conduce hacia ese objetivo. En la mayoría de las organizaciones, prima principalmente la primera posición estratégica.
Después de una reflexión, me doy cuenta, que lo que hacemos en nuestra vida es muy parecido a lo descrito en las empresas. Con habitualidad estamos centrados en un análisis permanente de nuestro pasado, visionamos, una y otra vez, mentalmente algunos de los acontecimientos, con tanta insistencia, que casi pareciera, que ver muchas veces la misma película, pudiera cambiar el argumento; cuando lo hecho, hecho está.
Utilizar nuestros fracasos para aprender y potenciar nuestro futuro, es una acción muy útil, pero dejarse absorber por ellos es extraordinariamente nocivo, nos traerá sinsabores y nos sumirá en la tristeza.
Cada día nace una nueva oportunidad, que nos permitirá, si la aprovechamos, construir nuestra propia vida, dar sentido a nuestras acciones y aportar algo a los demás. Ser rehenes de lo que ya no podemos cambiar, impidiéndonos actuar con entera libertad, es un planteamiento conformista e inútil; no nos aportará satisfacción y cada vez nos proporcionará más frustración. El éxito personal no viene por si solo, hay que potenciarlo y en muchas ocasiones esforzarse por conseguirlo, no nos ayudará, perder energías en pensamientos estériles. El mañana, hay que empezar a cimentarlo hoy, no se construye solo.
Además, no podemos estar permanentemente mediatizados por la carga de nuestras desilusiones y desaciertos, quien no toma decisiones, nunca se equivoca; pero paga el alto precio de estancarse y no progresar. Casi todos los pasos hacia adelante, están precedidos en ocasiones por errores y dudas; acertar al primer intento es muy placentero, pero hemos de asumir que es poco probable, que así sea.
Rememoremos nuestro pasado, para evitar repetir conductas erróneas, pero evitemos a toda costa, que aquellos acontecimientos no hipotequen nuestro futuro “a un MIBOR con un diferencial muy alto”.
Después de una reflexión, me doy cuenta, que lo que hacemos en nuestra vida es muy parecido a lo descrito en las empresas. Con habitualidad estamos centrados en un análisis permanente de nuestro pasado, visionamos, una y otra vez, mentalmente algunos de los acontecimientos, con tanta insistencia, que casi pareciera, que ver muchas veces la misma película, pudiera cambiar el argumento; cuando lo hecho, hecho está.
Utilizar nuestros fracasos para aprender y potenciar nuestro futuro, es una acción muy útil, pero dejarse absorber por ellos es extraordinariamente nocivo, nos traerá sinsabores y nos sumirá en la tristeza.
Cada día nace una nueva oportunidad, que nos permitirá, si la aprovechamos, construir nuestra propia vida, dar sentido a nuestras acciones y aportar algo a los demás. Ser rehenes de lo que ya no podemos cambiar, impidiéndonos actuar con entera libertad, es un planteamiento conformista e inútil; no nos aportará satisfacción y cada vez nos proporcionará más frustración. El éxito personal no viene por si solo, hay que potenciarlo y en muchas ocasiones esforzarse por conseguirlo, no nos ayudará, perder energías en pensamientos estériles. El mañana, hay que empezar a cimentarlo hoy, no se construye solo.
Además, no podemos estar permanentemente mediatizados por la carga de nuestras desilusiones y desaciertos, quien no toma decisiones, nunca se equivoca; pero paga el alto precio de estancarse y no progresar. Casi todos los pasos hacia adelante, están precedidos en ocasiones por errores y dudas; acertar al primer intento es muy placentero, pero hemos de asumir que es poco probable, que así sea.
Rememoremos nuestro pasado, para evitar repetir conductas erróneas, pero evitemos a toda costa, que aquellos acontecimientos no hipotequen nuestro futuro “a un MIBOR con un diferencial muy alto”.
6 comentarios:
Me quedo con la última frase, aprender del pasado para no repetir los errores, para mejorar nuestra vida, para saber decidir qué queremos.
Un abrazo
Nuria:
Me alegra ver tu escrito, ¿lo llevas mejor?.
Salu2:
Luis
Cada día nace una nueva oportunidad, que nos permitirá, si la aprovechamos, construir nuestra propia vida, dar sentido a nuestras acciones y aportar algo a los demás.
Esta frase es preciosa.
Me quedo con la idea de todo el post, pero esta frase me ha "tocado" especialmente.
Tiene un sentido de esperanza, pero con un condicionante, "si la aprovechamos".
Además de procurarnos para nosotros y ...los demás.
Preciosa.
Un beso
Estoy bien. Gracias Luis
Me apunto a la ffrase que destaca Luna, también me ha gustado mucho, está llena de significado.
Estoy de acuerdo contigo en que el presente es lo que importa, un presente que se convertirá en pasado y que si hacemos todo lo posible hoy será agradable de recordar y a la vez sirve para ir creando el futuro que será presente un día y no nos cogerá de improviso.
Saludos Seriecito.
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