Para propiciar nuestras acciones y la toma de decisiones, tenemos la fuerza impulsora que provoca, mantener compromisos y hacer promesas. Los primeros se circunscriben al ámbito interno y los segundos son externos, atañen a nuestra relación con los demás; ambos son los impulsores verdaderos de nuestros deseos de actividad. El cerebro nos empuja constantemente a la acción; cuando ésta ha sido precedida de un compromiso por nuestra parte, el cumplimiento nos obliga, mucho más.
Dos mecanismos se han desencadenado, la autoconciencia y la conciencia moral, ellos mandan y nos hacen proactivos y es precisamente este intercambio, el impulsor de nuestra madurez y crecimiento. El análisis interno que provocan, nos van identificando las áreas del talento, que hay que atender, bien sea para potenciarlas, modificarlas o incluso ignorarlas por negativas.
Si potenciamos nuestra imaginación, con compromisos internos o externos, estamos conformado el carácter, estamos diseñando nuestro “ser”, fundamento como hemos visto en los post precedentes, de la utilización positiva de las consecuencias de nuestras acciones y de los posibles errores. Si aprendemos a dirigir nuestra voluntad mediante estos parámetros, seremos capaces de alcanzar todas las metas positivas, que nos propongamos.
Controlar nuestras vidas en base a fijarse objetivos y trabajar de modo decidido a conseguirlos, es un modo inequívoco de navegar con buen rumbo. La fuerza que tiene el compromiso firme en nuestras conciencias, es altamente potenciador. Se produce un cambio muy importante con estas prácticas y sobre todo en el “hábito” de su cumplimiento; nuestro “honor” se sobrepone a nuestros estados de ánimo y nos permite continuar hasta lograrlos.
Dos mecanismos se han desencadenado, la autoconciencia y la conciencia moral, ellos mandan y nos hacen proactivos y es precisamente este intercambio, el impulsor de nuestra madurez y crecimiento. El análisis interno que provocan, nos van identificando las áreas del talento, que hay que atender, bien sea para potenciarlas, modificarlas o incluso ignorarlas por negativas.
Si potenciamos nuestra imaginación, con compromisos internos o externos, estamos conformado el carácter, estamos diseñando nuestro “ser”, fundamento como hemos visto en los post precedentes, de la utilización positiva de las consecuencias de nuestras acciones y de los posibles errores. Si aprendemos a dirigir nuestra voluntad mediante estos parámetros, seremos capaces de alcanzar todas las metas positivas, que nos propongamos.
Controlar nuestras vidas en base a fijarse objetivos y trabajar de modo decidido a conseguirlos, es un modo inequívoco de navegar con buen rumbo. La fuerza que tiene el compromiso firme en nuestras conciencias, es altamente potenciador. Se produce un cambio muy importante con estas prácticas y sobre todo en el “hábito” de su cumplimiento; nuestro “honor” se sobrepone a nuestros estados de ánimo y nos permite continuar hasta lograrlos.
Estamos hablando siempre, de metas alcanzables y exentas de ambición desmedida o fútil. Nos movemos en el ámbito de nuestra vida cotidiana y tratando de potenciar “hábitos” simples de eficiencia. Dejemos a un lado la impuesta costumbre social de cada día más.
Nosotros controlamos: el conocimiento, la capacidad y el deseo. Los tres se complementan cuando están en equilibrio racional; pero además la potenciación de uno de ellos, según sea la situación, hará de efecto multiplicador; cuanto mas amplía sea la zona de intersección de los tres, mejor predispuestos estaremos para afrontar nuestros desafíos.
Con el autocontrol, no se nace, hay que aprenderlo; pero una vez interiorizado, sin forzarnos, nos hace mantener siempre nuestros "compromisos" y nos insufla fuerza, para alcanzar los hitos de nuestras “promesas”.
Comprometerse, es ser cada vez mas maduros y menos vulnerables…
Nosotros controlamos: el conocimiento, la capacidad y el deseo. Los tres se complementan cuando están en equilibrio racional; pero además la potenciación de uno de ellos, según sea la situación, hará de efecto multiplicador; cuanto mas amplía sea la zona de intersección de los tres, mejor predispuestos estaremos para afrontar nuestros desafíos.
Con el autocontrol, no se nace, hay que aprenderlo; pero una vez interiorizado, sin forzarnos, nos hace mantener siempre nuestros "compromisos" y nos insufla fuerza, para alcanzar los hitos de nuestras “promesas”.
Comprometerse, es ser cada vez mas maduros y menos vulnerables…
2 comentarios:
Ah! Mi piacerebbe capire meglio quello che scrivi! Ma va bene anche così. Anzi: forse è meglio. Almeno non mi sento autorizzato, nell'illusione di aver capito, a romperti le scatole!... :-)
Capisco che vivi senti pensi con intelligenza - e dico intelligenza in senso non tecnico, intelligenza disumana o inumana: quella ce l'ha anche chi sarebbe meglio che per magia la perdesse in questo stesso stesso istante e diventasse un innocuo idiota - dico intelligenza umana, la tua, si sente anche se non si capiscono tutte le parole, come è per me.
Per cui, ogni tanto vengo e leggo, mi espongo a quello che scrivi anche se non capisco quello che dici: mica dobbiamo capire tutto, di quello che capiamo, no?
Ciao, e grazie!
Rom:
Credo che abbiamo capito bene. Apprezzo i vostri commenti e mi piace fare. Né posso capire le sue parole, o meglio, il suo pieno significato, ma credo di capire quello che lei dice. Nel Blog, un traduttore a destra, se si seleziona la lingua, riflette la posta, non è molto buono, ma di certo aiuta.
Grazie.
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Creo que entiendes bien. Agradezco tus comentarios y me gusta que los hagas. Yo tampoco comprendo todas tus palabras, o mejor dicho, su sentido completo, pero creo que entiendo lo que dices. En el Blog, hay un traductor en la parte derecha, si seleccionas el idioma, traduce el post, no es muy bueno, pero ayuda.
Gracias.
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