viernes, 2 de enero de 2009

Propósito y enmienda


Tiempo de propósito y enmienda. Siempre que comienza un año, como si de un salto al vacío se tratase, hacemos nuestro recuento y previsión para el que comienza. Generalmente volvemos a sacar del "baúl" todos los asuntos pendientes, todos los deseos no cumplidos y todos los proyectos aplazados. Con toda rapidez, nos preparamos para mentalizarnos, que éste es el año de... y aparece una lista interminable de temas.

Variar el último dígito del número representativo del año, no cambia nada, todo sigue siendo lo mismo, no se produce ningún movimiento especial. Conviene no ser muy exigentes, lo que no hemos conseguido en el año que se cierra, por pasar de un 8 a un 9 no vamos a ponerle mas empeño, si no hemos podido darle carpetazo, no es muy factible que lo hagamos, ya y ahora. Pero como la publicidad hace tanto, nos deseamos de todo, detrás de la nariz de cartón y soplando con el "matasuegras", con la euforia del momento acabamos creyendo y nos convencemos, que ha llegado nuestro año.

No es necesario ser muy inteligente, para comprender con toda facilidad, que las cosas no se logran con buenos propósitos, se consiguen con voluntad de cambio y ese empeño se puede tener sin necesidad de que sea 31 de diciembre. Lo importante es empezar y no posponer. Las cosas que no hemos conseguido, no se resolverán solas, por mucho que nos abracemos y nos felicitemos. Casi parece mas una huida hacia adelante, que un verdadero deseo de zanjar.

Cuando las cosas que tenemos pendientes de resolver y las vamos demorando, se tornan mas complicadas y difíciles, se convierten en montañas y nos parecen mas insuperables. No porque les pongamos plazo, van ha tornarse fáciles. Bien está que nos programemos, planteando las cuestiones unas detrás de otras, para concentrar nuestros esfuerzos y aplicarlos a lo que hemos determinado como mas urgente; pero de ahí a esperar un fin de año, para dar comienzo a nuestras acciones resolutorias, hay un abismo.

Me suena mucho a los presupuestos de venta de las empresas, lo que no se ha conseguido en el ejercicio, que se cierra; con una gran dosis de voluntarismo, aparece como muy probables, cuando se consolidan las cifras del siguiente. Si se observan de modo realista y sin apasionamiento, parecen inviables; pero como se acompañan de un gran protocolo de medidas a tomar, acaban siendo un objetivo; que ya nace, a todas luces, irrealizable.

Bien están los buenos propósitos, mejor aún, la definición de proyectos para coordinar adecuadamente nuestra vida, de acuerdo con la experiencia de nuestros errores, pero en ningún caso quiere decir, que nos los planteemos exentos de realismo, de modo que nos fijemos objetivos no mesurados, que lo único, que acabarán produciéndonos es frustración, por no alcanzarlos.

Proactivos sí, pero a tumba abierta no. Entrar en el túnel del proyecto, siempre, pero viendo la salida, con claridad, aunque esté lejana.
Foto cedida por Nuria: http://nuria-vagalume.blogspot.com

7 comentarios:

Nuria dijo...

Estoy de acuerdo, un cambio en el ultimo dígito no significa nada.

Cualquier día es bueno para empezar, para decidirse, nno importa la fecha. Lo importante es que esos propósitos se conviertan en algo real, al nivel que lleguen, quizás no es su totalidad, pero algo real.

Salu2
(no te lo he dicho nunca, pero hoy me atrevo, me hace mucha gracia esta abreviatura)

MARU dijo...

Luis, creo que el motivo de hacer balance del año que ha pasado en estas fechas, es por sencilla razón del hecho que se dá una fecha de final de un periodo de tiempo y comienzo de otro.

Es una costumbre, cuya fecha además varía de una civilización a otra.
Como lo eran y son en muchos sitios, las fiestas y celebraciones de la recojida de cosechas, los equinocios, etc.
El hombre, siempre ha tenido la necesidad de medir el tiempo, para poder compartimentar sus tareas, sus fiestas, el periodo de ofrendas, en resumen su vida.

Nuestra civilización, siguiendo esas pautas heredadas, parece que relacionamos ese final y principio de tiempo, con el hacer balance del
"ejercicio" pasado, y plantearse los objetivos del próximo ejercicio.

Eso, si no se respalda con "firme propósito de enmienda" de nada servirá en ningún sentido.

El dia, por supuesto que tampoco importa. Siempre es un buen dia para decidir cambiar y ser feliz.

Pero no está mal, que, aunque de esa forma tan "convencional" nos paremos, pensemos, hagamos un análisis de vida, de afectos, de comportamientos, de los resultados obtenidos, si hemos conseguido ser felices o no.

Y después de esa introspección,
y una vez detectados los motivos por el que no somos ni hacemos a nuestro entorno feliz, nos propongamos rectificarlo.

Seguro que al año siguiente, volveremos a hacer lo mismo, pero si vemos que vamos evolucionando en nuestro punto de partida, eso nos motivará para que sigamos deseando ser más felices y hacer más felices a los demás, que no es poco.

Un beso

Paulina dijo...

Tienes mucha a razon , hay que ponerse metas dia a dia y las ganas y empeño en lograrlas , pues las cosas no llegan solas y cada dia es bueno para comenzar .
Un abrazo ten un buen dia :D

seriecito dijo...

Nuria:
Por mí, puedes usarla cuanto quieras. Me gusta, que te guste.

Salu2:

Gizela dijo...

Muy de acuerdo con lo que dices.
Creo que el 31, queremos un poco evadirnos de la realidad, sentirnos cerca de alguna mágica circunstancia, en la que el universo dirá amen a nuestros deseos.
Pero el primero de cada enero, volvemos pronto a la realidad, y solo ocupándonos y no preocupándonos o pidiendo deseos al cielo, es que podremos archivar logros durante el año.
Gracias por tu visita y tu comentario.
Me ha gustado pasar por aquí y leer tus reflexiones
Feliz 2009.
Saludos Gizz

seriecito dijo...

Paulina:
Muchas gracias por tu visita. Sin metas es difícl llegar...
Salu2:

seriecito dijo...

Gizz:
Creo que lo mejor es ser realistas y no fijarse objetivos difíciles de alcanzar, lo que no hemos logrado en todo un año, no lo vamos a conseguir en una noche.

Sau2:

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