lunes, 13 de octubre de 2008

Compensación...


Dice Fernando Schwartz en su libro "El desencuentro": "A veces la vida es dura, pero rara es la ocasión en la que no busca compensar de sur rigores a quien los padece".

Bueno francamente reconfortante, la frase es un canto a la esperanza, para quienes están "fastidiados" y una suave brisa de relajación, para quienes han salido de los malos momentos y viven en bonanza, como en calle cuesta abajo.

No es fácil ver las cosas así y tampoco es una tarea sencilla explicárselo a quien esta sumido en el infortunio. Las horas de felicidad pasan rápidamente y por contra los minutos de la tristeza, son largos y muy tediosos. Los pensamientos que elaboramos, también están en relación con el estado de ánimo, son pocos los que tienen la mente tan limpia, como para ver la parte menos lacerante de los acontecimientos cotidianos.

Es conveniente por tanto, saber recogerse a evaluar la "avería", cuantificar los daños e identificar los "remedios". Nada hay que produzca mas corrosión que la incertidumbre, es como un abismo sin fondo, tan profundo como seamos capaces de dejar a nuestro pensamiento negativo "campar por sus respetos". Si acotamos, casi seguro que acaba minimizándose, el mal que nos acecha, sea cual sea su magnitud.

Vale la pena saber detenerse y evaluar, no dejarnos llevar por la vorágine en la que vivimos. Tener tiempo para compartir con un amigo/a, dejarse aconsejar de quienes nos quieren bien y hacer "oídos sordos" a los negativos; porque son portadores de argumentos espurios y con ellos, nos dificultarán superar nuestras dificultades.

Todo lo que nos sucede tiene un significado, bien interpretado nos ayuda, mal identificado nos sumerge en un torbellino de insatisfacción, que acabará instalándose en nosotros, con carácter de permanencia, para no dejarnos vivir y retrasará la salida del "bache". Si queremos ayudarnos a ser felices, interpretemos los acontecimientos con prudencia y ecuanimidad y no nos dejemos llevar por sentimientos incontrolados. Seamos consecuentes... lo importante cuando uno tropieza es levantarse... no lamentarse de forma machacona de algo que ya ha sucedido.



2 comentarios:

Nuria dijo...

Masticar el dolor o la pena, aceptar ayuda, pero quien tiene que levantarse es cada uno, y aprender de esa experiencia.

Me ha gustado mucho este artículo, tomaré prestado algún fragmento Luis.

Saludos

seriecito dijo...

Efectivamente, cada uno tiene que levantarse, pero no viene nada mal, que alguien nos tienda la mano para ayudarnos a tomar impulso.

Salu2

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