Dice Luis Rojas Marcos en su libro "La auto estima nuestra fuerza secreta": "Las reminiscencias del ayer definen gran parte de nuestra personalidad y determinan nuestra visión del presente y del mañana. La memoria es selectiva. El olvido, por ejemplo, cura muchas heridas de la vida y nos ayuda a distorsionar inconscientemente los recuerdos para que confirmen las explicaciones de la realidad que más nos conviene".
Como ya he escrito en otras ocasiones en el Blog, la realidad presente, solo es, lo que interpretamos que percibimos, que no es mas que una aproximación a la verdadera realidad.
Y ahora enuncia el autor, no solo en el presente, sino también en el pasado, principalmente con los hechos cuyo recuerdo nos perturba de forma importante. Los "maquillamos" para acomodarlos a lo que nos resulta menos molesto. Nos protegemos, como en muchas circunstancias de la vida, olvidando; que curioso, se llama memoria y resulta que hay mecanismos en nuestro organismo para "censurarle" hechos, para soslayar el suceso cierto y sustituirlo por otro virtual y todo para ayudarnos a recuperar el equilibrio perdido, que dichas circunstancias nos produjeron.
Parece como una huida, como si hacerle frente de cara y sin ambages, nos impidiese "ajustar la cuenta" y dejarnos tranquilos. Que defensa tan fuerte la de nuestro cerebro. Tal como si dijera: como lo sucedido no puedo cambiarlo y me perjudica poco o mucho, lo escondo, lo tapo, lo obscurezco y con el tiempo ni siquiera me acuerdo que haya pasado. Deshace el nudo que nos mantiene expectante sobre un determinado tema, evitando así un recuerdo altamente perturbador y fútil.
Como condición principal nuestra misión en esta vida es estructurarla de forma creciente hacia la mayor felicidad posible. Todos tenemos momentos buenos y malos, pero en ningún caso deben de primar estos últimos, de modo que nos impidan disfrutar plenamente de los acontecimientos positivos. No existe motivo alguno para continuar "cautivos" del pasado, hay que vivir el presenta, mirar hacia el futuro, seguir adelante y dirigir nuestro punto de mira hacia lo positivo.
Aprender de los hechos negativos del pasado es muy fortificante y ayuda enormemente a redireccionar nuestro futuro. Pero cuando los acontecimientos fueron de tal calibre que nos sobrepasan, impidiéndonos recuperar el equilibrio emocional y físico, hay que dejar a nuestro organismo que trabaje y darle tiempo para que "archive" y luego "olvide" a su comodidad, devolviéndonos poco a poco a posiciones de "normalidad".
Aprender de los hechos negativos del pasado es muy fortificante y ayuda enormemente a redireccionar nuestro futuro. Pero cuando los acontecimientos fueron de tal calibre que nos sobrepasan, impidiéndonos recuperar el equilibrio emocional y físico, hay que dejar a nuestro organismo que trabaje y darle tiempo para que "archive" y luego "olvide" a su comodidad, devolviéndonos poco a poco a posiciones de "normalidad".
No significa adoptar una postura egoísta y banal, la pretensión es no dejarnos demasiado tiempo en un "bucle" de pensamiento nocivo, que acabe perturbando demasiado nuestra vida diaria; porque no contribuye a mejorar nada, ni resuelve ningún suceso anterior. No obstante, el olvido en la mayoría de las ocasiones, para que sea efectivo, debe dilatarse en el tiempo y en proporción directa a la importancia de lo que nos ha afectado el acontecimiento negativo. No es por tanto una solución de carácter inmediato.
Seamos consecuentes y asumamos los hechos, pongamos empeño en resolver o cambiar lo que sea posible, no magnifiquemos excesivamente los acontecimientos pasados no deseados, no nos dejemos atrapar y no nos opongamos a que el organismo haga su trabajo, para devolvernos a nuestro estado de serenidad... y si eso pasa por el olvido o la acomodación hagamoslo.
1 comentario:
De los libros que me has mencionado de Rojas Marcos, me parece que empezaré por este.
Un saludo Luis
PD. He reparado la 2ª avería del blog pero he tenido que sacrificar los comentarios, lamentablemente.
Gracias por visitarme.
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