jueves, 8 de noviembre de 2007

Modelo de Gestión



Dice Francisco Corma en su libro "Aplicaciones prácticas del modelo EFQM de excelencia en PYMES": "En la actualidad, no basta con tener un modelo de Gestión que dé cumplida respuesta a los requerimientos del entorno en un momento dado. La rapidez con la que cambia el entorno y, por tanto, las reglas de juego, hace que la única gestión que en la actualidad pude ser considerada buena sea aquella que contiene en su seno la capacidad de su propia transformación. Por lo tanto, la calidad en la gestión de una organización conlleva la capacidad de adoptar en cada momento aquellos sistemas, prácticas y estilos de gestión que mejor satisfagan los requerimientos que comporte competir, teniendo en cuenta las circunstancias y exigencias concretas el entorno y la idiosincrasia de la organización".

La mayoría de la empresas, tienen la costumbre de repetir de forma casi permanente, aquellas prácticas de gestión, que les han sido favorables. Como si todas la condiciones fuesen a permanecer constantes y tanto los mercados como los clientes, estuvieran detenidos en el tiempo, como en una fotografía. No hay imágenes fijas en el mundo de los negocios y mucho menos hoy, en donde instrumentos como Internet, ponen al alcance de todos información puntual y actualizada, de casi todo tipo de negocio.

La verdad es, que establecer un modelo de gestión en una organización, es un trabajo arduo, complicado y lleno de obstáculos; propiciado por resistencia interna y/o por evaluaciones inadecuadas de las capacidades reales de las propias estructuras, para acometer las acciones necesarias. De aquí la tendencia, casi general, de no modificarlo una vez consolidado el sistema. Pero es que en el siglo veintiuno, lo que ayer era ideal hoy está totalmente obsoleto o en el camino de estarlo.

Hay que decir también, que se necesita mucha "fuerza" directiva, para acometer cambios reiterativos en corto tiempo y hacerlos además con la celeridad, que impone el entorno. Porque además, en muchas ocasiones, también suponen "saltos al vacío" por parte de quien los acomete, siendo solidario y responsable del éxito de los mismos, lo que promueve muchos relevos en la dirección, en caso de no tener éxito.
En tiempos pasados, los gerentes y directores, salvo que se produjeran hechos excepcionales, eran casi inmutables en sus puestos, en la actualidad ya no es así. También es verdad, que la edad a la que se accede a ciertos puestos directivos, cada vez es mas temprana, lo que conlleva la imposibilidad de permanecer durante periodos tan dilatados en la misma posición.

Como hoy en día, el entorno es muy voluble y modifica sus reglas de juego, con una facilidad asombrosa, la peor posición es ignorar, que este hecho se ha producido, bien sea por conservadurismo o falta de información. Pero lo mas preocupante es, estar enterado de dichos cambios externos y seguir manteniendo los mismos parámetros de gestión que antes, tal como si todo fuese igual. (Hay comentarios a este respecto, en otras entradas de este mismo Blog).

También es cierto que una cosa es transformarse, para adaptarse al entorno, que es lo que hay que hacer en la actualidad, y otra muy diferente, es provocar esas transformaciones, solo para hacerse notar, cuando se ha producido un relevo-cambio en la dirección. Este tipo de acciones, puede llegar a producir quebrantos tan importantes como la pasividad enunciada, pudiendo, incluso, posicionar a la empresa en cotas competitivas menores de las que tenía.

En casos de tomas de posesión nuevas, los directores deberían de extremar la prudencia en los movimientos de "timón", hasta que no tuvieran un conocimiento adecuado del tipo de negocio y sobre todo de la organización, impregnándose de sus puntos fuertes y débiles. Esto además, propiciado por su experiencia y no por la síntesis de las informaciones recibidas; que siempre serán parciales y sesgadas y en algunas ocasiones incluso interesadas, para poder "colocarse" adecuadamente en las parcelas de poder existentes en cada "reino de Taifas" actual.
No transformarse con agilidad, es estancarse, que a su vez lleva a la pérdida de competividad y con facilidad a dar pasos para estar casi "fuera" del mercado con prontitud, aunque sea de un modo tan suave, que no se perciba, hasta que se haya enquistado.... soslayarlo es misión de todos.

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