miércoles, 8 de julio de 2020

Libertad de acción.





Dice Fernando Savater en su libro “Ética para Amador” (1991): Hay cosas que dependen de mi voluntad (y eso es ser libre) pero no todo depende de mi voluntad (entonces sería omnipotente), porque en el mundo hay otras muchas voluntades y otras muchas necesidades que no controlo a mi gusto. Si no me conozco ni a mí mismo ni al mundo en que vivo, mi libertad se estrellará una y otra vez contra lo necesario. Pero, cosa importante, no por ello dejaré de ser libre... aunque me escueza… Si hablas con la gente, sin embargo, verás que la mayoría tiene mucha más conciencia de lo que limita su libertad que de la libertad misma”.


Podemos enumerar un sin fin de motivos que nos impiden hacer tal o cual cosa, lo sorprendente es que, si lo analizamos en profundidad, ninguna de ellas la hemos intentado ni una sola vez, nos hemos impuesto ese “muro” y con ello hemos anulado la posibilidad de ponerlas en práctica.


Estamos más cómodos realizando acciones a las que creemos estar obligados, por usos sociales o educacionales, que tomando la iniciativa (por no decir las riendas), para poner en práctica nuestros propios planteamientos. Es verdad, somos remisos a tomar decisiones, a poner empeño y esfuerzo para conseguir llevar a buen término nuestros propios proyectos; tenemos una innata tendencia acomodaticia, que nos lleva a actuar, como dice Savater, para conseguir lo necesario.


Esta actitud, seguramente nos traerá menos problemas, pero también nos limitará en gran medida nuestra capacidad para innovar las pautas de conducta habituales y por tanto nos impedirá progresar hacia la construcción de esa persona, que nos gustaría ser, es decir, coartamos nuestra “libertad” y nos dejamos llevar por la suave y placentera corriente de lo estipulado, que no siempre es la única alternativa, pero si la más cómoda.


Tranquilizamos nuestra conciencia, alegando mentalmente un cúmulo de dificultades e impedimentos, que dificultarían llevar a la práctica nuestros proyectos. Todo ello habiendo aplicado muy poco empeño para su ejecución. Lo lamentable es que, con posterioridad, sabemos enumerar todos los factores que nos han impedido poner en práctica nuestra “libertad de elección”, aunque una gran mayoría de los mismos, únicamente están en nuestra mente. Resumiendo, solo hay un único motivo: la limitación que nos auto-imponemos al no superar esa pasividad acomodaticia, que supone repetir lo mismo cada día.


Como dice Savater: “Por muy achuchados que nos veamos por las circunstancias, nunca tenemos un solo camino a seguir sino varios”. Por más empeño que pongamos en no interiorizarlo. 


2 comentarios:

impersonem dijo...

Efectivamente, por eso somos interdependientes... ergo no somos libres... tan sólo parcialmente libres y ello mientras no nos salgamos del redil y de las cercas...

Uy, si yo te contara las veces que lo he intentado... las que he fracasado y las que lo he vuelto a intentar...

Sí, la actitud acomodaticia trae menos problemas, la otra los multiplica por mil, nadar contracorriente, no para oponerse a todo sino por convencimiento de que la dirección que hay que elegir es la contraria, es un martirio, pero es cierto que es la única manera de ser uno mismo...

En este sistema no hay libertad de elección propiamente dicha, hay opción de elección condicionada y expuesta a... sólo la reflexión inteligente y la búsqueda del conocimiento nos permitirá ser libres de pensamiento, nuestra libertad de acción está trabada por las circunstancia, porque como dijo Ortega y Gasset somos un yo y una circunstancias, y si no las salvamos a ellas no nos salvamos nosotros... y, en un sistema como el que nos rige, para salvar esas circunstancias tenemos que ceder gran parte de nuestra libertad (al llegar aquí entraríamos en el tema del contrato social y todo lo que conlleva... Kant, Hegel y más tarde los filósofos de la sospecha)...

Es cierto, casi siempre (no siempre) tenemos varios caminos a seguir... cuando más se evidencian es en las encrucijadas personales... habrá quien elija el más transitado y otros el menos transitado... y eso marcará la diferencia (Robert Frots mediante con su poema "El camino no elegido"...

Abrazo

seriecito dijo...

Impersonem:

Me gusta tu comentario.
En especial: que la postura acomodaticia trae menos problemas y la no, los multiplica.
Ser uno mismo es la cuestión.
Gracias por tu comentario.
Salu2:

Seriecito.

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