domingo, 12 de julio de 2020

Innovar



Dice Eduardo Punset en su libro “Excusas para no pensar” (2011): “Cualquier excusa es buena para pensar que lo que conviene a una persona no solo es conveniente, sino lo más conveniente. Nos agarramos indefectiblemente a esa excusa para no tener que pensar innovando o cambiando de opinión. Es sabido que el cerebro recurre a mil triquiñuelas para que no nos demos con la cabeza en la pared. Lo que le importa no es la búsqueda de la verdad sino sobrevivir. Y si para ello es mejor no pensar o seguir pensando como antes, pues tiene una excusa maravillosa para no pensar más.”


Adquirida una costumbre, encontraremos muchos más argumentos para mantenerla que para cambiarla. Innovar, no es la motivación que inspira nuestros pensamientos, somos especialmente conservadores y preferimos el continuismo a la incertidumbre de lo nuevo. Nos sentimos muy inquietos, incluso molestos,  cuando algo o alguien, invade nuestro espacio, tratando de cambiar nuestras pautas de conducta, ya sean mentales o físicas.


A fuerza de imponernos este tipo de comportamiento, cada vez reducimos más nuestras reflexiones, dejándolas relegadas como si no las necesitásemos. No somos proactivos, no planificamos futuro, si con ello tenemos que variar un ápice lo estipulado por nuestras costumbres históricas. No estamos predispuestos para el “cambio”, porque el cambio nos produce inseguridad, en algunas ocasiones - incluso -   acabamos viéndolo como un arriesgado salto en el vacío.


Por otra parte, somos proclives a  lamentarnos de nuestro presente, del que habitualmente no estamos satisfechos. Para ello, hacemos un análisis profundo de acciones que podríamos haber tomado; aun sabiendo que en aquel momento nuestra decisión fue “no hacer, no pensar”. Quienes no estamos predispuestos a arriesgar algo de nuestro confort actual, difícilmente podremos “desaprender” para lograr salir del circulo vicioso en el que nos encontramos y avanzar en nuevos aprendizajes, que seguro acabaran reportándonos la misma o más satisfacción. Lamentarnos a posteriori no tiene mucho sentido.


Si queremos avanzar, levantémonos del “sillón” y pongámonos en marcha, no lo demoremos más con razonamientos inútiles y cargados de excusas. Como dice Punset: “La felicidad es la ausencia del miedo, al igual que la belleza es la ausencia del dolor”. 



2 comentarios:

impersonem dijo...

Vivimos en un sistema en el que la mayoría de la gente se tiene que tragar o adaptar no a lo que le conviene o le convendría y conseguiría con más o menos proacción, sino con lo que conviene al más fuerte y se impone por la fuerza de la norma hecha con ese patrón y con esa medida... Y esto viene de lejos, Trasímaco ya mantuvo una discusión al respecto con Sócrates que quedó reflejada en la República de Platón...

Creo que lo conveniente debería intentarse más en el terreno de lo colectivo que en el terreno de lo individual... pero es una idea personal sin más avales que la libertad de opinar o de postular...

Cualquier movimiento de los peones en el ajedrez de la vida está muy condicionado por las reglas del propio juego y por la mano que lo controla... la proacción está muy limitada y muy controlada, sin perjuicio de las revoluciones personales o colectivas sean intelectuales o de otra clase más violenta o dramática... yo creo que la única revolución que hay que promover es la intelectual... que revise los conceptos y cuestione los porqués y paraqués de lo que existe y de sus propósitos y posibilidades...

A veces es necesario elegir sobrevivir y esperar mejores oportunidades para buscar esa verdad que nos tienen vedada los sembradores de sombras... No sé si Punset tenía alguna fórmula mágica para innovar dentro de un sistema productivo oligárquico y conservador, yo sólo conozco el camino de la itelectualidad y la colectividad (Fuenteovejuna mediante como ejemplo)...

El libro "Juan Salvador Gabiota" es una metáfora social que trata este tema... y a Juan Salvador le expulsaron de la manada por innovar y encontrar una forma más productiva e independiente de alimentarse... el molde de la tradición (donde se ancla el conservadurismo más rancio) nos engulle al poco de nacer y nos lastra de por vida... y a los que queremos salir o logramos salir de forma épica y dramática se nos aparta de la manada y en el mejor de los caso se nos tilda de raros (para mí es un halago) y en el peor de loco (para mí no es un halago pero me importa un comino)...

No sé si me he ido del tema, pero como el Pisuerga me queda cerca, aprovecho su paso para todos los temas... (es broma).

Abrazo

seriecito dijo...

Impersonem:

La expresión sembradores de sombras, me gusta y me la anoto.
El camino de la intelectualidad que propones me parece razonable, dentro de la sociedad en que vivimos.
Gracias por tu comentario.
Salu2:

Seriecito.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...