viernes, 18 de septiembre de 2020

Pensamiento propio

 


Dice Aurelio Arteta en su libro “Tantos, tontos tópico”: “Esta vocación de secuaces adopta en la vida pública múltiples facetas. Por de pronto, ofrece el más accesible sucedáneo de la reflexión. En su lugar basta con repetir en cada caso lo dictado por la autoridad en quien delegamos nuestro propio pensamiento; aún más fácil, basta con proclamar lo contrario de lo que sostiene el contrario. Funciona como santo y seña de pertenencia al grupo de elegidos, como guiño de complicidad con los del propio bando. La consigna sería <todo por la secta y para la secta>. Sin ella el sectario apenas se atrevería a expresar nada en público; la propia secta, sus sumos sacerdotes y pregoneros son los eficaces proveedores de sus respuestas automáticas”.


 Crearse una opinión propia sobre los asuntos relevantes y de actualidad, es hoy en día, casi una misión imposible. Discernir con nuestro propio criterio sobre lo verdadero y lo falaz, se torna cada vez más difícil y no solo porque en ocasiones podemos no manejar los datos suficientes al respecto, sino porque, algunas de las fuentes, que utilicemos para completar nuestra propia información puede resultar una Fake news  (noticias falsas).


Por eso, la práctica de los partidos, cada vez más extendida, de facilitar como un vademécum, donde van reflejadas las justificaciones, motivaciones y opiniones sobre los asuntos políticos y de actualidad, se acepta con tanta intensidad. Lo hacen para homogeneizar las respuestas de sus afiliados, de modo, que casi se genere el ideal de “un pensamiento único”. Pretenden con ello, lanzar señales a los oponentes de fortaleza y robustez. Los militantes o simpatizantes tienen una fuente “irrefutable” donde acudir para “informarse” y ser coherentes con los de su mismo grupo; con ello  repiten todos una  misma “cantinela”; que se transforma con el transcurso del tiempo en una “sólida verdad”.


Esta práctica promueve el “adoctrinamiento” del grupo, en el sentido que interesa a la organización, siendo no solo una fuente esclarecedora de los hechos, sino una plataforma para poder dirigir el pensamiento y por tanto la palabra de los afines. La consecuencia es una desnaturalización de  los temas, reduciéndolos a la versión interesada del “ideólogo” de turno. Se pierde poco a poco la objetividad, dando paso a una creciente “deformación” de la realidad, que resulta cada vez más preocupante.


Tener una ideología, no debería de ser en ningún caso, coincidir exactamente en la interpretación de los asuntos con los afines, máxime si ésta ha sido prefabricada por procedimientos espurios. La diversidad enriquece, la homogeneidad, además de ser un imposible, estrecha la mente y nos limita en nuestros propios razonamientos, nos instala en la pereza mental. La coherencia con la organización es recomendable, pero nunca como un blindaje férreo, que nos impida desenvolvernos según nuestros propios criterios.


Perder la identidad no es bueno nunca, pero perderla por identificarse con el resto de miembros de una organización para sentirnos más seguros o protegidos, es un salto al vacío, que no se sabe bien, a dónde nos conducirá.  La uniformidad no puede ser nunca sinónimo de progreso. Ser singulares no es una rareza reprobable, es una forma de enriquecer el grupo al que pertenecemos. Sumar singularidades es un gran avance y convivir con ellas es un logro social de incalculable valor, facilitando un desarrollo armónico personal y colectivo, que solo nos reportará satisfacciones y nos fortalecerá como personas más íntegras.


Como dice Séneca: “Decir lo que sentimos. Sentir lo que decimos. Concordar las palabras con la vida”.


1 comentario:

Josemasaz dijo...

Hola Luis,
Interesante reflexión.
Yo también creo que cada vez más estamos evolucionando hacia una sociedad con una gran dosis de "acriticismo" que está haciendo que los populismos, con todo el peligro que conllevan, estén creciendo. Y esa falta de crítica ya no solo está en unos partidos políticos cada vez más secta y menos partido, si no que también se ha instalado en los medios de comunicación, de tal manera que la sociedad civil se está acomodando también en el no pensar, no criticar e instalarse en las proclamas que se lanzan. Sin ver más allá de lo que implican.
Mala evolución llevamos.
Un abrazo.
José Mª

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...