viernes, 12 de julio de 2013

Imaginación



Dice el Dr. Alfonso López Caballero, en su libro “El arte de no complicarse la vida”: “Existen tres leyes que rigen el funcionamiento de la sugestión.
La primera es la Ley del efecto contrario: Cuando el abordaje mental a una tarea cualquiera se formula en términos dubitativos, cuanto más me esfuerce en conseguirla menos capacitado estaré para ello.
La segunda es la Ley del predominio de la imaginación: Cuando la voluntad y la imaginación están en conflicto, siempre vence la imaginación.
La tercera es la Ley del esfuerzo dominante: Una emoción fuerte contrarresta siempre otra emoción débil”.

Cada día conocemos más de los sentimientos, de los estados de ánimo y de la posición que adoptamos frente a los acontecimientos cotidianos; con ello y nuestra propia experiencia, vamos tratando de remodelar nuestro comportamiento, para que nos ofrezca posibilidades de remontar la adversidad o nos ayude a no “indigestarnos” con el éxito. Conocer que nuestra posición mental ante un determinado asunto, facilita o dificulta la resolución, tiene efectos claramente positivos sobre nuestro comportamiento y es la antesala de una mejor vida.

Vencer las dificultades, poner empeño en resolver y tratar de no complicarnos la vida en exceso, no es fácil de instalar en nuestras pautas de conducta, para facilitarnos la mayor ventaja en los asuntos que nos toca dirimir. No hay logro sin esfuerzo, pero además ahora sabemos, que tampoco alcanzaremos metas deseadas, sin poner la imaginación a nuestro servicio, de modo que la voluntad en conseguirlo, sea precedida por una visión del éxito, acorde a nuestros deseos. Representar mentalmente y con anticipación nuestros objetivos, tenerlos al alcance de la mano (con la imaginación, claro), es un buen síntoma de éxito.

Intentar eliminar los pensamientos negativos, por el simple hecho de tratar de ignorarlos o minimizarlos, produce una fijación tal, en ellos, que lo único que hace es acrecentarlos. Las emociones solo se pueden contrarrestar, como dice López Caballero, con pensamientos positivos de mayor intensidad; el dilema se plantea a nivel cotidiano, en como interiorizar el desvío hacia asuntos gratificantes e instrumentarlos de modo que sean alcanzados con nuestra mente y por tanto nos predispongan positivamente para lograrlos en el día a día.

Nuestra vida no puede estar en permanente desazón, nuestros deseos deben de ser prioritarios, porque desconectar de lo negativo y pensar que podemos desenvolvernos sin su perniciosa influencia, ya es un logro que nos predispondrá para alcanzar objetivos con mayor facilidad. La respuesta de nuestra naturaleza a situaciones imaginadas es casi de la misma intensidad que la que se produce en situaciones reales. Por tanto predispongamos el ánimo y concentremos las fuerzas, que si queremos, seguro que podemos.

3 comentarios:

Asun dijo...

Muy interesante, sobre todo porque en el momento que vivimos, el pesimismo se está instalando como compañero habitual de todo cuanto hacemos.
Y pensar en todo lo malo, nos hace sentir peor, tal y como apuntas.
Pensaré en todo ello.
Saludos.

seriecito dijo...

Asun:

Efectivamente, dejándose cautivar por el pesimismo, no se llega a ninguna parte.
Sin creer con firmeza en el éxito de nuestros proyectos, no se pueden obtener resultados positivos.

Gracias por tu comentario.

Salu2:

seriecito dijo...

Asun:

Efectivamente, dejándose cautivar por el pesimismo, no se llega a ninguna parte.
Sin creer con firmeza en el éxito de nuestros proyectos, no se pueden obtener resultados positivos.

Gracias por tu comentario.

Salu2:

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