sábado, 22 de junio de 2013

Malgastar el tiempo




Dice Séneca en su libro “Cartas a Lucilio”: “Todo, Lucilio, es ajeno a nosotros; solo el tiempo es nuestro. La naturaleza nos ha puesto en posesión de esa única cosa fugaz y escurridiza, y nos la quita quien quiere. Y es que la estupidez de los mortales llega a tanto que, al obtener lo más ínfimo y de menos valor, lo que sin duda se puede reemplazar, admiten que les sea cargado en su cuenta, mientras que nadie cree que deba nada al tomar el tiempo de otro, cuando eso es lo único que, aun queriendo, no se puede devolver.”

¿El tiempo nuestro?, pero si hemos diseñado nuestra vida, basándola en una estructura de compromiso tal, que cuando nos levantamos ya llegamos tarde, es decir, ya no tenemos tiempo para disfrutar el devenir, ya debemos estar dispuesto a correr y correr, sin fin y sin destino concreto. Tenemos que llegar, como si llegar fuera la meta. Tal es nuestra celeridad en nuestro quehacer, que no nos damos cuenta de todos los sucesos pequeños que se desarrollan a nuestro alrededor, no podemos saborearlos, somos presos de nuestro derroche de tiempo, para asuntos carentes de relevancia.

No es esta la sociedad que pasará a la historia, por situarse en la confortable placidez de un devenir calmado y placentero. Somos una generación o varias, que hemos aprendido a desenvolvernos en un ambiente, que prima a quien no sabiendo a donde realmente va, se empeña en  hacer un recorrido a ese “ningún lugar”, eso si, de forma veloz. Como si llegando antes consiguiera algo. Ir deprisa no es evidencia de resolver y menos con acierto.

Pero hay otra vertiente, quizás mas acorde con lo que dice Séneca. No es suficiente que malgastamos nuestros minutos en asuntos superfluos, carentes de relevancia; es que además, quienes nos rodean no se percatan de que en ocasiones, disponen de nuestro tiempo, para nimiedades y otras historias carentes de todo interés; en algún caso es disculpable su actitud, ya que nosotros también tenemos la misma “costumbre”.

No utilizar nuestro tiempo cotidiano en temas de interés, perderse en la dejadez suave de dejarse llevar por la corriente mayoritaria, en los asuntos que nos son cercanos,; acaba siendo una apuesta por la insatisfacción personal, al comprobar que nuestra dedicación la hemos aplicado a asuntos que  no nos aporta nada o casi nada; es un devenir preñado de lo que se dice en términos coloquiales “perder el tiempo”, como si luego lo pudiéramos encontrar. Como dice Séneca: “No está en ningún sitio, quien está en todas partes”

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...