Dice Zygmunt Bauman en su libro “44 cartas desde el mundo líquido: “ «Twitter»
es la palabra inglesa para el sonido que
emiten los pájaros cuando gorjean. Y, como bien saben los expertos en la vida
de las aves, el gorjeo desempeña dos funciones de apariencia contradictoria,
pero igualmente esenciales en la vida de estos animales: les permite mantenerse
en contacto (es decir, evita que se pierdan o pierdan de vista a sus parejas o
al resto de la bandada) e impide que otras aves, en particular otras de la
misma especie, transgredan el territorio del que se han apropiado o pretenden
apropiarse. El gorjeo no transmite ningún otro mensaje, por lo que sus
«contenidos» (aunque los hubiera, cosa que no ocurre) serían irrelevantes; lo
que cuenta es que el sonido se emita y (con un poco de suerte) alguien lo oiga.
No sé si Jack Dorsey, que fundó el sitio web denominado Twitter en
2006, cuando todavía era estudiante, se inspiró en una costumbre con millones
de años de antigüedad en el mundo de las aves... Los administradores del sitio
web de Twitter invitan a los nuevos visitantes a que se integren en el ejército
de 55 millones de usuarios actuales, señalando que «Twitter es un servicio para
que los amigos, la familia y los compañeros de trabajo se mantengan conectados
mediante el intercambio de respuestas rápidas y frecuentes… Lo que se nos dice
y se nos da a entender —a nosotros y a otras personas como nosotros— es que lo
único que importa es saber y comunicar lo que hacemos en este momento o en
cualquier otro; lo que importa es «estar a la vista». Por qué lo hacemos y qué
pensamos, a qué aspiramos, con qué soñamos, qué disfrutamos o lamentamos cuando
lo hacemos, o incluso las demás razones que nos indujeron a twittear en
Twitter, al margen del deseo de manifestar nuestra presencia, son aspectos que
carecen de relevancia.
Una vez
sustituido el contacto cara a cara por la modalidad «pantalla a pantalla», las
que entran en contacto son las superficies. Por cortesía de Twitter, el surf,
el medio de locomoción preferido en esta vida presurosa donde las oportunidades
surgen en un instante y al instante desaparecen, ha alcanzado también la comunicación
interhumana. Lo que se resiente, como consecuencia, es la intimidad, la
profundidad y la durabilidad de la relación y los vínculos humanos.”
Reconozco que no soy muy experto en estas nuevas formas
de comunicarse masivamente, soy lo que se llama: un novato-aficionado; aprendo
poco a poco, pero con interés. Reconozco también, que estar fuera de estas
tecnologías es como languidecer lentamente, no se debe vivir al margen del
progreso nunca, la innovación venga de donde venga, siempre es necesaria para
avanzar.
Yo soy más de las historias con planteamiento,
fundamento y conclusión; claro está, excesivamente largas para estos medios,
donde se pide concisión, donde principalmente se demanda presencia; hacer ver
que se está ahí, comunicando lo trivial de nuestra vida, lo que no hace mucho
era esencialmente privado, por su escasa relevancia. Estamos, como los pájaros,
marcando el territorio y reforzándolo con nuestra presencia etérea, aunque no
debemos olvidar nunca, que lo que comunicamos, es como si lo dijésemos en una
plaza pública el día de la fiesta mayor con un potente altavoz. Es decir lo
leen muchos.
No se si este tipo de comunicación, es un signo evidente
de nuestra falta de tiempo o de nuestra prisa inmemorial. Tampoco se, si se trata
de establecer relaciones superficiales o remarcar las mínimas con los que son
de nuestro grupo, lo que si me impresiona, es ver de que forma tan intensa se
responde a comentarios aparentemente desprovistos de contenido, ya que mas bien
son descripciones de lo que hacemos habitualmente y por tanto no tienen casi nada
de singular. Pero los receptores, quizás por la sencillez del planteamiento, se
manifiestan con un alcance parecido, pero numeroso.
Tal es el planteamiento, que nos volvemos casi opacos, si no nos predisponemos a enviar
a la red, nuestros “triviales” comentarios, que corresponden a nuestra vida
cotidiana, dándole tanto valor como los sucesos más extraordinarios, aunque
éstos también pueden ser expandidos en “segundos” a mucha mayor velocidad, que
alcanza la Tv, la radio o la prensa; como ha quedado patentizado en
acontecimientos recientes, donde este medio ha sido fundamental para
transmitir.
Aunque debo reconocer, que cuando yo era pequeño e iba
con mi abuelo materno al campo, las
personas con las que nos cruzábamos, ya practicaban este procedimiento, con los
medios a su disposición, que a la sazón era voz; sucedía así, al pasar junto a
otro en el camino, uno decía “vengo de regar” y el otro le respondía “ahí voy a
por cuatro patatas”, lacónico pero efectivo… era como un incipiente twitter
rústico… ¿no?
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