miércoles, 22 de agosto de 2012

Twitter



Dice Zygmunt Bauman en su libro “44 cartas desde el mundo líquido: “ «Twitter» es la palabra inglesa para  el sonido que emiten los pájaros cuando gorjean. Y, como bien saben los expertos en la vida de las aves, el gorjeo desempeña dos funciones de apariencia contradictoria, pero igualmente esenciales en la vida de estos animales: les permite mantenerse en contacto (es decir, evita que se pierdan o pierdan de vista a sus parejas o al resto de la bandada) e impide que otras aves, en particular otras de la misma especie, transgredan el territorio del que se han apropiado o pretenden apropiarse. El gorjeo no transmite ningún otro mensaje, por lo que sus «contenidos» (aunque los hubiera, cosa que no ocurre) serían irrelevantes; lo que cuenta es que el sonido se emita y (con un poco de suerte) alguien lo oiga.
No sé si Jack Dorsey, que fundó el sitio web denominado Twitter en 2006, cuando todavía era estudiante, se inspiró en una costumbre con millones de años de antigüedad en el mundo de las aves... Los administradores del sitio web de Twitter invitan a los nuevos visitantes a que se integren en el ejército de 55 millones de usuarios actuales, señalando que «Twitter es un servicio para que los amigos, la familia y los compañeros de trabajo se mantengan conectados mediante el intercambio de respuestas rápidas y frecuentes… Lo que se nos dice y se nos da a entender —a nosotros y a otras personas como nosotros— es que lo único que importa es saber y comunicar lo que hacemos en este momento o en cualquier otro; lo que importa es «estar a la vista». Por qué lo hacemos y qué pensamos, a qué aspiramos, con qué soñamos, qué disfrutamos o lamentamos cuando lo hacemos, o incluso las demás razones que nos indujeron a twittear en Twitter, al margen del deseo de manifestar nuestra presencia, son aspectos que carecen de relevancia.
Una vez sustituido el contacto cara a cara por la modalidad «pantalla a pantalla», las que entran en contacto son las superficies. Por cortesía de Twitter, el surf, el medio de locomoción preferido en esta vida presurosa donde las oportunidades surgen en un instante y al instante desaparecen, ha alcanzado también la comunicación interhumana. Lo que se resiente, como consecuencia, es la intimidad, la profundidad y la durabilidad de la relación y los vínculos humanos.”

Reconozco que no soy muy experto en estas nuevas formas de comunicarse masivamente, soy lo que se llama: un novato-aficionado; aprendo poco a poco, pero con interés. Reconozco también, que estar fuera de estas tecnologías es como languidecer lentamente, no se debe vivir al margen del progreso nunca, la innovación venga de donde venga, siempre es necesaria para avanzar.

Yo soy más de las historias con planteamiento, fundamento y conclusión; claro está, excesivamente largas para estos medios, donde se pide concisión, donde principalmente se demanda presencia; hacer ver que se está ahí, comunicando lo trivial de nuestra vida, lo que no hace mucho era esencialmente privado, por su escasa relevancia. Estamos, como los pájaros, marcando el territorio y reforzándolo con nuestra presencia etérea, aunque no debemos olvidar nunca, que lo que comunicamos, es como si lo dijésemos en una plaza pública el día de la fiesta mayor con un potente altavoz. Es decir lo leen muchos.

No se si este tipo de comunicación, es un signo evidente de nuestra falta de tiempo o de nuestra prisa inmemorial. Tampoco se, si se trata de establecer relaciones superficiales o remarcar las mínimas con los que son de nuestro grupo, lo que si me impresiona, es ver de que forma tan intensa se responde a comentarios aparentemente desprovistos de contenido, ya que mas bien son descripciones de lo que hacemos habitualmente y por tanto no tienen casi nada de singular. Pero los receptores, quizás por la sencillez del planteamiento, se manifiestan con un alcance parecido, pero numeroso.

Tal es el planteamiento, que nos volvemos  casi opacos, si no nos predisponemos a enviar a la red, nuestros “triviales” comentarios, que corresponden a nuestra vida cotidiana, dándole tanto valor como los sucesos más extraordinarios, aunque éstos también pueden ser expandidos en “segundos” a mucha mayor velocidad, que alcanza la Tv, la radio o la prensa; como ha quedado patentizado en acontecimientos recientes, donde este medio ha sido fundamental para transmitir.

Aunque debo reconocer, que cuando yo era pequeño e iba con mi abuelo materno al campo,  las personas con las que nos cruzábamos, ya practicaban este procedimiento, con los medios a su disposición, que a la sazón era voz; sucedía así, al pasar junto a otro en el camino, uno decía “vengo de regar” y el otro le respondía “ahí voy a por cuatro patatas”, lacónico pero efectivo… era como un incipiente twitter rústico… ¿no?

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