lunes, 20 de agosto de 2012

Información



Dice Zygmunt Bauman en su libro “44 cartas desde el mundo líquido": “Afortunadamente, ahora disponemos de algo que nuestros padres no podían siquiera imaginar: tenemos Internet y la red global, «autopistas de información» que nos conectan al instante, «en tiempo real», con todos los rincones y resquicios del planeta, y todo ello dentro de los prácticos teléfonos móviles de bolsillo o los iPods, que están a nuestro alcance día y noche y en cualquier lugar al que nos desplacemos. ¿Afortunadamente? ¡Ay!, acaso no sea una situación tan afortunada, puesto que la pesadilla de la in- suficiencia de información que hizo sufrir a nuestros padres ha sido sustituida por la pesadilla, aún más sobrecogedora, de una riada de información que amenaza con ahogarnos y práctica- mente nos impide nadar o bucear (entendidas, estas acciones, como algo diferenciado de la deriva o el surf). ¿Cómo discernir los mensajes relevantes del ruido carente de sentido? ¿Cómo in- ferir los mensajes relevantes a partir del ruido baladí? En la alga- rabía de las sugerencias y opiniones contradictorias, carecemos de una trilladora que nos ayude a separar el grano verdadero e in- teresante de la paja de mentiras, apariencias, basura y escoria…”

Estamos en la era de la información, como una corriente continua, las noticias nacen, crecen y se olvidan o mueren; a cada minuto todos los medios a nuestra disposición nos plantean “asombros” mayores, que sean capaces de vender el medio que los preconiza o tener suficiente distribución para hacerlo atractivo a posibles anunciantes. La necesidad de financiación de los medios de comunicación, hacen que, en muchas ocasiones, den un enfoque mas sensacionalista que real de los acontecimientos; no importa el hecho en sí mismo, lo que más importa del suceso es lo que propicie mejor la venta.

Planteadas así las cosas, es casi imposible identificar si estamos siendo informados u ordenadamente desinformados; porque en cualquier acontecimiento se producen, noticias contradictorias sobre los hechos, que son descritos de modo interesado por los grupos de poder a su conveniencia. Nada ni nadie tiene la capacidad de frenar esta inercia, los medios de comunicación tanto escritos como radio-visuales, engrandecerán o achicarán lo acontecido, en atención a su ideología y no de acuerdo con la relevancia o no  del mismo.

Se ha creado un lenguaje de “medianías”, formado por un conjunto de voces, que más que informar, pareciera que buscan confundir. Los ciudadanos, como dice el autor, no podemos quejarnos de la difusión de las noticias, ahora hay medios para alcanzar a cualquier rincón del país, pero somos en muchas ocasiones sorprendidos con mensajes  incompletos, con clara intención de confundir. No hay nada más perverso que el uso espurio de la información disponible.

El nacimiento de las nuevas formas de conectarse, fue un avance trascendental; en zonas donde las coberturas tradicionales eran escasas, avanzaron un paso gigantesco, para estar más informados y tener conocimiento temprano de algunos de los asuntos relevantes. Este gran avance, parece que se está tornando en contra del receptor, pronto la proliferación de mensajes, casi llega a colocarnos en una peor situación, que la desinformación de un pasado no demasiado lejano.

Ese bombardeo tan constante hace que las noticias acaben siendo una maraña, difícil de desenredar y lo peor es que no parece casual, semeja que es absolutamente intencionado, para oscurecer estos nuevos medios de comunicación, al alcance de todos. Es como si un ruido machacón e insistente, no nos permitiera oír la sinfonía en su pureza. Algunos centros de poder, les parece que lo son menos, si en la sociedad conocemos el intríngulis de los asuntos.  Francamente no sabría discernir que es peor: si ser ignorante por falta de información o conocedor con información distorsionada.

La información veraz y a tiempo es un derecho social incuestionable, quienes por interés personal o de grupo, la desvirtúan con alardes fuera de contexto o con decidida intención de confundir, tal vez conserven parcelas de poder o las potencien, pero tarde o temprano, el grano se separa de la paja y no hace falta recordar, una vez que esto sucede,  cual es el destino de cada uno.


N.B.- Zygmunt Bauman (Polonia, 1925). Premio Príncipe de Asturias  de Comunicación y Humanidades 2010.

3 comentarios:

markes.kaliche dijo...

estoy contigo, pero quiero reseñar
la frase que dices en tu alegato:
"ordenadamente desinformados"
es perfecta.
un saludo.

seriecito dijo...

a Paco Kali:

Me alegro que coincidas y que comentes. Gracias por tu visita.
Salu2:

seriecito dijo...

a Alejandro Kreiner:

De acuerdo. La repetición al final cansa. Aunque sea la misma información, hay muchos medios diferentes donde verla, con acceso fácil.

Salu2:

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