jueves, 28 de mayo de 2009

El mejor




Querer ser siempre el "mejor" en cualquiera de las facetas de nuestra vida, conduce irremediablemente a considerar una posición poco adecuada ser "bueno". Quienes buscan permanentemente la medalla de oro, obtener plata o broce es sinónimo de fracaso. La perfección total debe ser interpretada como un estándar de vida inalcanzable, solamente debería ser incorporada como una tendencia hacia, pero nunca como un objetivo.

Un perfeccionista incorpora en sus pautas de comportamiento un mimetismo permanente de sobresalir en todos los casos. Cualquier error lo percibe como una gran catástrofe, lo interioriza como si fuese un fracaso; tan atribulado se siente, que es incapaz de utilizarlo para perfeccionarse, centra el debate en las mil una razones por las cuales este hecho nunca debió ocurrir. Deja que le atenace la frustración, se crea tensión y se torna triste, por el enfado de su incomprensible "fallo". No haber sido suficientemente efectivo, les provoca un sentimiento profundo de humillación.

No es un planteamiento ajeno al entorno social, todo lo que nos rodea está sembrado de mensajes para sensibilizar en la necesidad de destacar y sobresalir; tanto en los signos externos como en las acciones diarias. No comportarse con el debido equilibrio, para fijarnos nuestras propias metas, ponderando para ello nuestras capacidades reales, conlleva una fuerte apuesta por el sufrimiento. Ese afán desmedido, no nos dejará sentir la placidez del logro obtenido, aunque éste no sea la mejor "marca". Incorporar esta actitud, como brújula de nuestro comportamiento vital, es como enviar una carta a los Reyes Magos de Oriente, pidiéndoles que nos traigan complicaciones. No hará falta que insistamos tanto como con el tren eléctrico - que a lo mejor nunca nos lo trajeron - tengamos la seguridad que nos llegarán y fuertes.

Somos seres revestidos de imperfecciones, cuanto mas pronto lo incorporemos en nuestro bagaje, mejor. La perfección no existe, es un ideal impropio. Ser bueno en un cometido determinado, ya es un logro muy importante: incorporar el deseo de ser el mejor, es una meta absurda y efímera a la vez, porque suponiendo que lo consigamos, tendrá los días contados, siempre habrá un "después" que nos relegará a un segundo lugar. De "bueno" difícilmente nos desplazarán. Pero con la misma intensidad debemos huir de la mediocridad, esa senda conformista y negativa, que nos sumirá - en caída libre - en un agujero negro insondable. Nunca son buenos los extremos, pero en éste caso de modo muy especial.

Estamos en la época de la excelencia, hasta en la empresa se habla de ella, para definir un paradigma de gestión. Incluso se establecen certámenes para señalar de modo público aquellas organizaciones que han alcanzado estos niveles; hay sistemas y procedimientos para evaluarla numéricamente. Pero la excelencia es un punto intermedio entre la perfección y la mediocridad, es lograr el objetivo acorde con los medios disponibles, aportándole nuestros esfuerzos equilibrados, según nuestras circunstancias. En este aspecto, creo que no se debe confundir el medio, con un fin.

No hay nada que nos produzca tanta satisfacción como el trabajo bien hecho. Puestos en esta tesitura, debemos poner empeño en ello, pero en ningún caso convertirlo en una obsesión. Lograr un objetivo produce satisfacción, pero doblarlo e intentar conseguirlo, seguro que no nos producirá el doble de satisfacción... El mejor es tan efímero como la belleza de la flor de la foto...se desvanece con un pequeño soplo de brisa.

Foto cedida por Nuria: http://nuria-vagalume.blogspot.com




15 comentarios:

tag dijo...

Personalmente tratamos de mejorar, de ir superandonos en nuestras imperfecciones, o en nuestros "talones de Aquiles" que todos tenemos.

Pero donde se aprecia mejor lo que comentas hoy, es sin duda en el mundo empresarial.
Hay verdaderas carreras de fondo y de obstaculos para llegar a conseguir el objetivo de ser el mejor, y tener reconocimientos, halagos, premios y subirte al podio de los " modelos a seguir"

!!Pero es tan efimero el exito!!
Porque al dia siguiente ya te estan pidiendo que empieces nuevamente de cero, a conseguir lo mismo, incluso un poquito más.
Nunca tienen bastante con lo conseguido, no se conforman.
Dan una vuelta de tuerca más, y en el siguiente ejercicio quieren que consigas un objetivo más alto todavía.

Y si no lo consigues, ya no se acuerdan del año pasado, cuando te felicitaron por tu buen hacer, no, te relegan, de destituyen de tu podio sin ningun miramiento, te hacen sentir un inutil que no sirve ya, no da el perfil exigido por la empresa.
Y entonces vienen las depresiones,las fustraciones y los psquiatras.
Es aquello de "Cuanto más alto llegues, más dura será la caida"

Y te cuento todo esto, no porque me haya pasado a mi, que yo siempre he tenido las ideas claras, y he trabajado para vivir, no he vivido para trabajar.
Pero lo he podido observar en mis compañeros/as durante toda mi vida laboral.
Y es una pena como pueden hundir a personas eficientes y volcadas en su trabajo, cuando no son los mejores, segun sus parametros,claro.

Un besito Luis, tu si que eres el mejor.

seriecito dijo...

Tere:

El mayor desperdicio que tiene una empresa no son las bajas del proceso productivo, no son los rechazos de fabricación, no son las segundas calidades.

El mayor desperdicio es no aprovechar el talento de las personas. Ese si que es un desperdicio. demasiado frecuente hoy en día.

Lo que tu relatas, aunque no te suceda a ti, te afecta igualmente, porque cuando una trabaja durante un cierto tiempo, lo que les sucede a los que nos rodean, nos afecta.

Hay demasiados directores que no son líderes y que por tanto gobiernan "por decreto" y a los que manda nunca se sentirán motivados por ellos. Flaco favor, cuando es uno líder no ha de mandar, los demás le siguen de forma inmediata.

Gracias por tus palabras...

Salu2

Carol dijo...

Seriecito, hay que intentar superarse pero sin llegar a la obsesión.

Hay que amar lo que hacemos e intentar hacerlo lo mejor posible, pero si algo sale mal en este afán no hacer una tragedia de ello, mirar más lo que está bien y procurar enmendarse en lo siguiente.

Ser perfeccionistas es tan peligroso como ser un dejado, se tiende a la perfección pero sin obsesiones que nos lleven a sentirnos frustrados si en vez de un 10 nos dan un 9.

Creo que me llega el mensaje de tu post y lo mejor será ponerlo en práctica en el día a día y en todo lo que haga.

Saludos afectuosos y como siempre gracias por hacernos ver claro.

seriecito dijo...

Carol:

Vivimos en una sociedad que promueve la "cultura del primero", en todos los ámbitos, a pesar de que anuncia que lo importante es "participar", no es así.

Consecuencia de ello, es la mayoritaria insatisfacción en la que se vive.

Hacer lo que uno puede en la medida de sus posibilidades, sin remolonear, ya es mucho. Pretender ansiosamente, ser el que mas haga,
es un absurdo, solo comparable a pretender lo que no tenemos y no dar importancia a nuestros logros.

Vivir la sensación de que permanentemente se compite con otros, solo nos puede traer desasosiego.

Creo que a estas alturas del "partido", estar satisfecho, con el "empate" y no seguir pretendiendo ganar por goleada, es la posición adecuada.

Gracias por tu comentario Carol:

Salu2:

Unknown dijo...

Hola Luís.

Excelente post y comentarios!.

Si bien desconozco el mundo empresarial porque siempre tuve trabajos independientes, y desde que egresé como psicólogo ejercí mi profesión en forma liberal y nunca bajo relación de asalariado, creo que lo que plantea Tere (tag) bien podría enmarcarse en lo que se suele denominar “explotación” (no al estilo de la explotación de la época del desarrollo del capitalismo luego de la creación de la máquina a vapor y la explosión de la Revolución industrial).

Explotación ya no solo del esfuerzo físico (“si ayer acarreaste 50 bolsas hoy seguro podrás con 60!”), sino además intelectual (si el objetivo de producción de una empresa depende del intelecto). A pesar de la injusticia que ella siente al respecto, por suerte, su filosofía ha sido “trabajar para vivir y no la inversa!”.

Me impresiona que Carol ha interpretado tu entrada como yo la he interpretado, que no sé si es la que te propusiste, pero si así lo fuera ella menciona algo, para mí, de suma importancia y que es la “obsesión”.

Si bien es cierto que en la sociedad actual, las exigencias imponen el perfeccionismo, “ser el primero”; “el mejor”; antes de ello creo que también existían este tipo de personalidades de tipo obsesivas y “ambiciosas” por lograr el primer puesto, no ya en el ámbito del trabajo empresarial, sino, por ejemplo, para referirme a un post anterior tuyo, SER CAPAZ DE CONSTRUIR EL MEJOR COMETA!!!.

Yo le agregaría que ese tipo de personalidades perfeccionistas, obsesivas, también tienen una base de personalidad “adictiva”. Son personas que inician una actividad y “no pueden frenar, parar, ponerse un stop!”. Como consecuencia les acarreará conflictos con su entorno, sobre todo familiar.
Actúan como adictos a las drogas. Claro está que sus adicciones no son tan perjudiciales para la salud física y con tanto deterioro intelectual, como en los adictos a las drogas que no creo necesario mencionar.

Por ello, lo que puede considerarse “el fin de su vida”, y no el “medio de vida” - como puede ser el caso de Tere y el trabajo -, no tiene límites; y si son filatelistas, por ejemplo, vivirán, si pueden, las 24 horas del día encerrados en sus escritorios, mirando y re-mirando sus estampillas, y ambicionando la que aún no han adquirido.

Espero haberte interpretado bien.
Repito, excelente artículo!

Un abrazo
Rik

Amparo dijo...

Querido Luis
Gracias por tu entrada.
Me gusta que me recuerdes la exigencia que existe en mí, en nuestra sociedad, sobreentendida y escondida, pero que está totalmente presente en el aire que respiramos.
A mi me gusta pensar en una idea. El que está arriba, el número 1, suele estar solo. Por lo menos el número dos tiene a alguien por arriba y por abajo, y cuanto más abajo,más compañía. Claro que en el fondo, en la mediocridad, como tú comentas, ocurre lo mismo: la soledad.
Elijo estar con gente, ser amiga y tener amigos en lugar de querer ser la número 1. Ahí no vale la amistad. Ahí sólo valen los resultados, no si el método para llegar ahí ha sido pisar a mis compañeros o pasar por encima de mis necesidades, etc.
Me encanta la similitud que haces con el éxito y lo efímero de la pelusilla de la foto. Estoy totalmente de acuerdo.
De nuevo, gracias por tus escritos.
Un abrazo muy fuerte
A.

Nuria dijo...

El entorno en general nos empuja a competir, a ser los mejores, a sobresalir, a menudo en una cerrara sin fin, simplemente por el hecho de seguir adelante.

Se nota en cualquier ámbito, pero en el laboral y empresarial todavía más.

A nivel personal, que creo entiendo que es a lo que te refieres en el post Luis, creo que es una losa difícil de soportar.
Por una parte, la propia exigencia con uno mismo para ser "el mejor", y por otra la que percibes de tus allegados que esperan que seas "el mejor".

No es fácil luchar con eso, pero a veces llega el momento. Si llega a rozar la obsesión se convierte en un gran problema.

Un abrazo

PD. Llego tarde, pero estos días no estoy muy inspirada.

seriecito dijo...

Rik:

Lo has interpretado perfectamente, si no me estaba refiriendo a la empresa en exclusiva, hablaba en un plano de vida.

Estoy de acuerdo con tus aportaciones y creo que la obsesión es la antesala de la infelicidad permanente. Bueno de eso tu sabes más.

Gracias por tu aportación.

Salu2:

Karla dijo...

nos encanta el reconocimiento externo, mas allá de que nosotros mismos nos reconozcamos como los mejores en lo que lo somos....nos encanta ser halagados externamente...naturaleza humana?

MAR dijo...

YO NO QUIERO SER LA MEJOR...PERO ME ESFUERZO POR SER EL MAYOR TIEMPO POSIBLE MUY FELIZ.
Besos para ti.
mar

seriecito dijo...

Amparo:
Gracias por tu comentario, efectivamente el que está como número 1, está solo. Es el precio que hay que pagar, por tener otras ventajas y otros "egos satisfechos".

Vivir pendiente siempre de cumplir este "rol" autoimpuesto y luego exigido por los demás, es algo que produce en muchas ocasiones una profunda insatisfacción. La "lucha" por llegar puede ser estimulante, pero una vez "llegado" mantenerse requiere un esfuerzo adicional muy agotador.

Compartir es el antídoto, aprender a hacer y resolver juntos, eso si que es una buena meta, conseguir como consecuencia del esfuerzo común, eso si que es un logro.

Lo demás es competencia pura, llena de zancadillas y palos en las ruedas para trabarlas.

Sí, el éxito es efímero, por eso el vacío, siempre hay un "exito mayor" a la vuelta de la esquina y no sabemos asumir igual, cuando somos ganadores como cuando somos perdedores.

Bienvenida y gracias por el comementario.

Te devuelvo el abrazo.

Salu2:

seriecito dijo...

Karla:

Estoy de acuerdo sin el reconocimiento y la aprobación externa no podemos vivir.

Salu2:

seriecito dijo...

Mar:

Muy buen planeamiento de vida.

Salu2:

impersonem dijo...

En primer lugar decir que me hubiera gustado llegar antes a comentar esta entrada, pero ando pillado de tiempo.

Mi mente no puede procesar qué es "ser el mejor". Nadie es el mejor en términos absolutos. Ni siquiera nadie puede ser el mejor siempre en algo. Ser el mejor, bueno, o no tan bueno, obedece a criterios subjetivos (algunas veces además de subjetivos son también discrecionales-técnicos); o sea, ser el mejor o el peor es un continuo "depende" de por qué, para qué y para quién.

Ser el mejor está supeditado a intereses y a la valoración subjetiva que deviene de esos intereses.Por lo tanto el mejor para unos puede ser sólo bueno para otros y muy malo para el resto.

No es lo mismo ser el mejor en eficiencia a la hora de realizar algo que serlo en eficacia a la hora de realizar lo mismo (ambas cosas a la vez te aproximan al parámetro de mejor). Un eficiente puede ser destacado como el mejor en un estadío del proceso de la realización de algo y ser denostado después al evaluar el resultado final de todo el proceso. Ser el mejor para los demás es una mera reacción subjetiva en función de unos intereses...Por ello lo que importa es ser uno mismo, sin importate mucho si eres el mejor o el peor...el relativo éxito no creo que se consiga intentando superar a los demás sino intentando superarnos a nosotros mismos...(aprendizaje-error-superación-aprendizaje-error-superación...).

Quien quiera ser el mejor que pase, yo estoy dispuesto a cederle el paso...yo poco a poco y siempre a ello, y ya veremos adónde llegamos.

Saludos.

seriecito dijo...

Impersonem:

En este escrito ser el mejor se circunscribe a aquellas personas que buscan permanentemente, sobresalir de los demás.

Quienes solo viven tranquilos si son los mejores en profesión o actividad (incluso deportiva).

De acuerdo contigo que es una valoración subjetiva, pero hay muchas personas que no interiorizan bien el desarrollo de su trabajo cumpliendo los objetivos, necesitan que ese cumplimiento rebase a todos los demás. Es un estdo ansioso por una perfección imposible.

Absolutamente de acuerdo lo importate es superarse uno mismo sin afan desmedido, hacer ls cosas bien, pero no necesariametne superando a los demás. Fijarse metas y cumplirlas. NO que esas metas sean las más elevadas.

Me gusta esa exp`resión de "poco a poco y siempre a ello". En una oficina que yo trabajaba, la señora de la limpieza, a la que acusaban de ser muy lenta en el desarrollo de su trabajo decía:

"el tio continico le gano al tio correndillas".

Salu2:

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