No podemos pretender el éxito en nuestras relaciones con los demás, si previamente no lo hemos obtenido con nosotros mismos. Para que podamos “gustar” en general, es imprescindible que nos “gustemos”. Relacionarnos con efectividad, implica, conocernos, aceptarnos y controlarnos y una vez cimentada esta posición, seguro que podremos abordar la interacción social con grandes posibilidades de consolidación.
Ponemos el “foco” en lo que decimos y hacemos, cuando en realidad, lo que promueve relaciones estables con otros, es lo que “somos” de verdad. Las palabras que utilizamos para nuestros intercambios de opinión, van revestidas de ingredientes espurios, interiorizados por el cumplimiento de los usos sociales o propiciados por la intención de corroborar nuestro “personaje”.
Nuestras relaciones crean interdependencia y ésta solo será sustentable, si la ética que preside nuestros actos, esta en sintonía con nuestro carácter. No valen “medias tintas”, si transmitimos duplicidad, los “lazos” serán poco sólidos, quedarán al albur de los acontecimientos y en ningún caso los dominaremos, nos desbordarán con gran facilidad.
Para ser naturales, necesitamos imprescindiblemente ser independientes. Las relaciones no se fraguan en el contacto externo, muy al contrario, nacen en nuestro interior y se van conformando, según nuestros parámetros, poco a poco, tendiendo que superar la “criba mental” imprescindible, para que decidamos abordarlas de modo mas explícito. Sin ese “placet” previo no hay contacto, puede haber proximidad, pero sin profundidad.
Es en el ámbito de las relaciones interpersonales sinceras, donde se asienta una de las constantes de nuestras vidas; por una parte producen las mayores satisfacciones, nos transmiten seguridad y nos procuran felicidad; pero no olvidemos, que también es el seno de las mayores desilusiones y frustraciones, pueden llegar a ser un serio obstáculo para nuestra vida en paz y en ocasiones dificultarnos el éxito.
En base a esto es muy importante la fase previa, la interna, la ponderación libre y sosegada, antes de dar el paso externo. Sin abordarla con la debida diligencia, lo que comenzamos es una apuesta por la incertidumbre. Cuando nos sentimos incómodos, no estamos en el buen camino y de nada sirven “parches” contemporizadores con el objeto de engañarnos a nosotros mismos. El “dolor” que pretendemos interiorizar como pasajero, es casi con completa seguridad de carácter crónico y por tanto no subsanable con árnicas livianas. Hace falta ser expeditivo y afrontar la “cirugía” si es necesario, está en juego nuestra felicidad actual y futura.
En este rol de las relaciones, es relativamente fácil comenzar, pero de extrema dificultad terminar. Nos dejamos invadir por la incertidumbre y tratamos de “tapar” las evidencias, somos en definitiva poco consecuentes y preferimos huir hacia delante, como si en un mundo redondo, correr no significara, tarde o temprano, llegar al mismo punto de partida.
Decidamos sin ambages, excusas ni pretextos… nos jugamos mucho…
Ponemos el “foco” en lo que decimos y hacemos, cuando en realidad, lo que promueve relaciones estables con otros, es lo que “somos” de verdad. Las palabras que utilizamos para nuestros intercambios de opinión, van revestidas de ingredientes espurios, interiorizados por el cumplimiento de los usos sociales o propiciados por la intención de corroborar nuestro “personaje”.
Nuestras relaciones crean interdependencia y ésta solo será sustentable, si la ética que preside nuestros actos, esta en sintonía con nuestro carácter. No valen “medias tintas”, si transmitimos duplicidad, los “lazos” serán poco sólidos, quedarán al albur de los acontecimientos y en ningún caso los dominaremos, nos desbordarán con gran facilidad.
Para ser naturales, necesitamos imprescindiblemente ser independientes. Las relaciones no se fraguan en el contacto externo, muy al contrario, nacen en nuestro interior y se van conformando, según nuestros parámetros, poco a poco, tendiendo que superar la “criba mental” imprescindible, para que decidamos abordarlas de modo mas explícito. Sin ese “placet” previo no hay contacto, puede haber proximidad, pero sin profundidad.
Es en el ámbito de las relaciones interpersonales sinceras, donde se asienta una de las constantes de nuestras vidas; por una parte producen las mayores satisfacciones, nos transmiten seguridad y nos procuran felicidad; pero no olvidemos, que también es el seno de las mayores desilusiones y frustraciones, pueden llegar a ser un serio obstáculo para nuestra vida en paz y en ocasiones dificultarnos el éxito.
En base a esto es muy importante la fase previa, la interna, la ponderación libre y sosegada, antes de dar el paso externo. Sin abordarla con la debida diligencia, lo que comenzamos es una apuesta por la incertidumbre. Cuando nos sentimos incómodos, no estamos en el buen camino y de nada sirven “parches” contemporizadores con el objeto de engañarnos a nosotros mismos. El “dolor” que pretendemos interiorizar como pasajero, es casi con completa seguridad de carácter crónico y por tanto no subsanable con árnicas livianas. Hace falta ser expeditivo y afrontar la “cirugía” si es necesario, está en juego nuestra felicidad actual y futura.
En este rol de las relaciones, es relativamente fácil comenzar, pero de extrema dificultad terminar. Nos dejamos invadir por la incertidumbre y tratamos de “tapar” las evidencias, somos en definitiva poco consecuentes y preferimos huir hacia delante, como si en un mundo redondo, correr no significara, tarde o temprano, llegar al mismo punto de partida.
Decidamos sin ambages, excusas ni pretextos… nos jugamos mucho…
29 comentarios:
Amén. Nunca tan bien venido tu post. Tarea nada fácil pero si lo conseguimos, nuestro yo estará en paz y armonía. Gracias y un abrazo.
Si, desde luego sin esa indepencia no se pueden tener relaciones personales duraderas.
Es necesario sentirse libre a la hora de decidir,y de poder ser tu mismo para ser feliz, porque de lo contrario a la larga, será necesaria esa "cirugia" de la que hablas.
Veo que en tus posts, has dejado los "efectos" y te has pasado a las "causas".
Muy bien. Animo y al toro.
Queria decir independencia. Sorry.
Besitos
Antes que nada gracias por tu visita.
La verdad me soprendió tu post porque llega en un momento que yo le estoy tratando de explicar eso mismo a una amiga y no lo entiende, entonces me cuestiono...estoy mal por pensar en que primero hay que estar bien con uno para después estar bien con los demás y tu entorno?. No sabés que bien me hizo tu post, gracias!
Saludos desde Uruguay!
Te he visto en blog de amigos y no resistí la tentación de venirme hasta aquí. Ya veo, el por qué de la concurrencia....sin dudas tratas temas sumamente interesantes y de una forma particularmente amena. Y si... primero respetarnos y querernos, sentirnos con la suficiente autonomía para poder entregarnos: pertenencia y no dominio. un cordial saludo de quien espera ser visitante frecuente.
Me recordaste a Dostoievsky que dijo en una de sus novelas "todo el mundo es responsable de todo el mundo". No hubiéramos sobrevivido como especie si no hubiera sido así. A los dependientes creo que les daban con una vara en los tobillos para que se movieran por su cuenta, je je, pero esa si desapareció en el tumulto. Saludos (o 3)
Bien por la foto firmada Luis ;-)
Luego leeré con calma tu post, como merece.
Maria Uval:
El esfuerzo para conseguir lo que deseamos siempre es necesario.
Creo que la confianza es imprescindible, así como la constancia.
Salu2:
Tag:
Las relaciones personales sin independencia, no merece la pena llamarsa así, son otra cosa.
Decidri sin libertar, efectivamente no es decidir, puede ue sea seguir...
Hay una frontera sutil entre efectos y causas en mi Blog. No sabría diferenciar ver, que post han sido escritos desde un punto de vista u otro.
Gracias por tu ánimo.
Salu2:
Vane:
Sin estar bien con uno mismo, es imposible tener buenas relaciones con los demás.
haces bien en recomendarselo a tu amiga. Espero que te haga caso.
Salu2:
Casandra:
Te agradezco tu visita y tus comentarios.
Efectivamente,
primero respetarnos y querernos y luego lo demás y no al revés.
Esperaré tus visitas.
Salu2:
María:
Tu cita es muy real. Sin lugar a dudas es así. Puede resumir parte de lo que digo en mi post.
Me gusta lo de los tobillos, no si sería efectivo, pero tiene gracia.
Salu2:
Nuria:
Tengo buenos/as maestros/as en estas cosas de fotos.
Ya comentarás...
Salu2:
Luis
completamente de acuerdo, somos personas individuales, y una pareja solo viene a acompañar esa individualidad, estamos en una época en donde estamos haciendo concientes esta naturaleza humana y cuesta trabajo!
sigamos trabajando pues!
Karla:
Efectivamente, la individualidad es lo que cuenta y no hay que perderla, ni por costumbre no asumida, ni por imposición.
Nos enriquecemos mas todos siendo singulares.
Salu2:
Así es Luis (permíteme que te llame así ya, este nombre me suena filiarmente familiar), mostrarnos tal cual somos, de esta manera los potenciales personajes de los que podriamos disfrazarnos para ser aceptados jamás nos poseerán.
Saludos.
Impersonem:
Puedes llamarme así sin problema, es mi nombre.
nunca me han gustado los "personajes", creo que no aportan mas que "falsedad" en las relaciones.
No obstante la sociedad reparte los papeles y hay que estar bien visto.
Prefiero como es uno, que como debe ser. Siempre lógicamente en terrenos de normalidad.
Salu2:
Si... Amen
Un abbraccio
saba
ciao amico mio
Como siempre, ahora, llego tarde, pero no me lo perdería.
Luis, estoy totalmente de acuerdo.
Si echamos la vista atrás, los que tenemos, como yo algunos años, y hacemos repaso de nuestra vida, y nuestras relaciones interpersonales, nos damos cuenta de la cantidad de tiempo que hemos empleado, y perdido, por su ineficacia, en, por agradar, asumir un rol o un papel que no era el nuestro...
Pero bueno, más vale tarde que nunca...
Desde que nos presentamos como somos, y eso transmitimos, es como si de repente todo se pasara por un tamiz.
Y lo que queda, de nosotros y nuestro entorno es lo valioso, lo verdadero.
Lo demás, paja, que al menor soplo se vá.
Como me enrollo, perdona!!
Un beso
Saba:
Gracias por tu visita.
Salu2
Luna:
Mas vale llegar tarde que nunca.
Hay que ser como uno es y no como los demás desean que sea.
La sinceridad no tiene precio en un mundo lleno de medias mentiras.
Salu2:
De jovencita me llevaba mal rato cuando no gustaba a alguien, no sé si por la educación que me dieron o porque en realidad soy así, no lo sé.
Me creía con la obligación de gustar a todo el mundo; esto significaba tener que sacrificar mi personalidad al gusto de algunas personas, o sufrir su menosprecio, pero con la madurez eso ya no me ocurre, si no le gusto a alguien, está en su derecho…pero yo estoy en el mío de ser como soy.
Por cierto que me he dado cuenta con los años de que muchas de esas personas no eran tan ideales como querían hacer creer, incluso lo eran menos que yo…
Pero…yo era más ingenua.
Saludos Seriecito.
En línea con lo que dice Carol, recuerdo que a los 18 me sentía muy diferente al resto, y esa diferencia (que hoy me gusta) me hacía sentir mal, insegura, frustrada...
Ahora, cuando echo la vista atrás y veo en lo que se han convertido muchos de los que en aquella época eran "lo más", o cómo son ahora... me alegro de haber sido como soy, a pesar de los momentos difíciles.
Hubo uno en especial que marco probablemente mi destino y mi evolución, y fue irme muy lejos de mi casa a estudiar, yo sola, cuando todo el mundo se iba en grupitos a los mismos sitios.
Bueno, ya me callo, hoy estoy reflexiva, demasiado.
Bicos
Si, yo también tuve una época de mi vida, muy larga, por desgracia, que necesitaba agradar a todo el mundo, pues pensaba que solo asi me querrían.
Necesitaba ser doña perfecta. Super en todo, pero con la autoestima por los piés.
A Dios gracias lo superé, pero me dejé piel en el camino...
Ahora no, procuro no dañar a nadie, pero soy como soy.
Y soy muy feliz.
Un beso
El otro día te leí pero no te dejé un comentario, por eso vuelvo hoy para dejar mi huella.
Cada uno debemos conformarnos como somos, sin tener por qué intentar querer ser como el otro, todos tenemos defectos, cada cual debe intentar ser aceptado tal y como es, y sobre todo, ser libres, sin tener por qué depender de nadie, porque sino sufriremos mucho.
Me parece un gran post, y me has hecho reflexionar.
Feliz día lleno de luz.
Carol:
Seguro que la educación influye, pero también la forma de ser.
El deseo de complacer a muchos, acaba siendo un corsé muy difícil de soportar.
Coartar nuestra independencia no es lo mejor, aunque sea a "coste" de relaciones, seguro que no valen la pena, si nos aprecian tal cual somos.
Salu2:
Nuria:
Sabes bien que la singularidad es lo que cuenta.
Si no la hubieses mantenido ahora estarías en el grupito...es decir una más.
Bien hecho, aunque reconozco, que hay que ser valiente.
Salu2:
Luis
Luna:
La piel se regenera... otras cosas no.
Salu2:
María:
Valen mas nuestros defectos, que adquirir los de otros.
Quien no nos acepta como somos, no tiene ningún valor para nosotros. Alejarse es lo mejor, tarde o temprano nos hará daño.
Salu2:
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