sábado, 26 de julio de 2014

Palabras de verdad...



Dice Antonio Muñoz Molina en su libro “Todo lo que era sólido”:”La pedrería verbal que ha tenido tanto éxito estos últimos años es otro de los lujos falsos que ya no podemos permitirnos. Es urgente medir nuestras palabras para que lo que digamos no añada ni una brizna más de confusión ni agrave innecesariamente el clima turbio de la discordia. Es urgente medir también las palabras que nos digan, como se comprueba la calidad de un metal o de un billete de banco, para saber si quien las dice está mintiendo o no o si sus palabras se corresponden con sus actos.
Necesitamos con urgencia  comprender lo que está sucediendo tan velozmente a nuestro alrededor, y como no hay comprensión sin palabras necesitamos que sean lo más claras y precisas posible. Llamar al pan, pan y al vino, vino. No tener miedo a defraudar o irritar a los que reclaman de nosotros la confirmación de sus prejuicios. Prestar mas atención a las personas que actúan que a las que hablan…”

Difícil cumplimiento de la recomendación, en una sociedad acostumbrada a tener siempre la razón y comportarse excluyendo y no integrando. Somos expertos en justificar argumentalmente lo que no se sostiene a un análisis liviano. Queremos prevalecer aun a costa de argumentos mediatizados  y carentes de rigor. Buscamos mayorías en lugar de razones. No hemos aprendido a guardar respetuoso silencio y escuchar; somos mucho más proclives a ignorar argumentos ajenos discrepantes y a enlazar “peroratas” eternas, con argumentaciones tan vacías de contenido como inapropiadas. Solo cuenta tener “la razón” y no importa a qué precio.

Estamos tan cansados de oír medias palabras, que hilvanan argumentos completamente sesgados, para justificarlo todo; que envueltos en nuestro hastío, somos incapaces de creer en casi nada. Los valores democráticos sobrevenidos en nuestro pasado reciente, se quedan en un segundo plano; para dar prevalencia a “cantos de sirena”, - exentos de rigor pero efectivos en el modo -, que nos inundan diariamente. Quienes más deberían dar ejemplo, más reiteradamente incumplen las condiciones de veracidad.

Los años transcurridos, que deberían de haber servido para fortalecer la tolerancia, están deviniendo en “círculos” mediáticos, cuyas propuestas son confusas y exentas de rigor. Con tal de seguir aparentando que se está en posesión de la razón, cualquier propuesta es válida, aunque esté conformada en función del objetivo que se desea alcanzar y no por la acumulación de argumentos sólidos y neutrales. Tener la razón parece, que es la facultad de poder hablar más y repetir machaconamente lo mismo por muchos. Casi como si el logro, se alcanzase  en función del cansancio ajeno.

Pensemos, que como dice Muñoz Molina, “Nuestros actos hablan por nosotros de una forma mucho más verdadera que nuestras palabras. Las palabras son gratis, y su sonido no varía si se están usando para mentir o para decir la verdad.”

2 comentarios:

impersonem dijo...

¿Y qué es la verdad? ...

Desde bien pequeños nos programan con convencionalismos según "raza", credo, estatus, etc. ... diría muchas cosas al respecto... no para tener razón sino porque así las pienso... tal vez habría que desaprender mucho de lo que nos han enseñado y volver a empezar de cero...

... hay mas fórmulas que las inventadas hasta ahora...

... la democracia otorga la capacidad de decisión y ejecución a las mayorías... lo que no implica verdad ni justicia...

... la solución no está en la división sino en la unión (en todos los campos)...

... los entrecomillados "cantos de sirena" y "ciírculos" me han dejado un poco descolocado... no te he pillado bien lo que quieres decir con ello y ante la duda, pregunta ¿qué quieres decir con ello? ¿a qué o quiénes te refieres?

... este tema es una cuestión sistémica donde las reacciones no pueden ser explicadas sin poner encima de la mesa las acciones que las provocan...

... creo que "lo que no se sostiene en un análisis liviano" es el propio sistema, porque está edificado sobre unos cimientos hechos con "materiales muy porosos"...

Saludos.

seriecito dijo...

Impersonem:

Cantos de sirena, palabras atractivas, sugerentes y convincentes, pero que en realidad esconden tras de si, engaños y manipulaciones.

Como en la Odisea. Cantos de engaño, que atraían a los navegantes, seducidos por sus cánticos y luego tenían que enfrentarse a monstruos.

Círculos. Espacios acotados y cerrados que se retroalimentan a si mismos y que impiden las voces discrepantes. Intentan imponer su criterio por homogeneización de la opinión de sus miembros.

Gracias por tu comentario.

Salu2:

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