Otra tarde de domingo. Vísperas de comenzar de nuevo una nueva semana. Al menos que haya alguna que otra sorpresa agradable, para cambiar la monotonía de lo cotidiano.
No obstante es preludio de vacaciones y eso ya la hace diferente. Porque si no pasa nada, la semana siguiente comenzaría esa andadura de holgazanería, que también le sienta al cuerpo. Lo mejor que hay que hacer, digan lo que digan, es no hacer nada. Eso si que es desarrollar actividad.
La actividad cuando no es monótona, también sienta muy bien, pero en esto de los trabajos de Control de Gestión, hay ocasiones que el informe parece que uno ya lo ha escrito. La bondad o maldad (sobre todo la maldad) del dato, es del "mensajero" y no del dato (otra paradoja). Y por no repetir, incluso busca como contar lo mismo, pero con otras palabras, como si fueran las palabras las que crean los hechos. Pero si los hechos los cuentes como los cuentes son como son.
Pero la verdad es que en las empresas, como mas cómodo se sienten los ejecutivos, no es con el análisis de los hechos, es mas bien con la exposición pormenorizada de sus opiniones, que comienzan a exponerse, pero que con sorprendente rapidez, el rumbo cambia según la dialéctica, que interesa en ese momento. Si, se pasa con facilidad, de la objetividad del hecho, a la subjetividad de la opinión. Y generalmente todo lleva a "la no decisión"
La improvisación es lo que mejor va, la planificación es un pesado corsé del que uno intenta desprenderse lo mas pronto que pueda, porque cree, que así podrá respirar mucho mejor. El final es que acaba uno mirando a su sombra y claro, depende el ángulo es mas o menos alargada...No importa "mientras uno baraja las cartas, no pierde"
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