Dicen José Antonio
Piqueras, Francesc A. Martínez, Antonio Laguna y Antonio Alaminos, en su libro “El secuestro de la democracia. Corrupción y
dominación política en la España actual”: “La identidad facilita otra necesidad
básica del individuo: la integración. De la misma manera la que politóloga
alemana, E. Noelle Newman, construye su teoría sobre la Espiral del Silencio a
partir del principio que los individuos asumen las opiniones mayoritarias para
no quedar excluidos ni marginados, podemos entender la fuerza integradora que
tienen los mecanismos de integración política. Así la identificación
ideológica izquierda-derecha “simplifica
la complejidad política al proponer simples guías de evaluación y
comportamiento políticos (que) permiten al elector formarse una opinión sobre
temas sobre los cuales la información es costosa de obtener, facilitando así la
decisión electoral”. De aquí la afirmación de que, cuanto más fuerte sea la
identificación partidaria, más sólida será la posición electoral.”
A tenor de lo escrito,
la dependencia que tenemos del grupo con el que nos relacionamos es muy fuerte,
tal es así que condiciona nuestras opiniones, en la medida que nos interesa más
estar de acuerdo con la postura mayoritaria, que disentir y notar como se nos
distancia. Este planteamiento, esboza una autocensura casi permanente, para
evitar que nos identifiquen como discrepantes y a tratar de no ser críticos con
las posiciones mayoritarias imperantes.
Doble juego, no mostrar
desacuerdo en público, aunque estemos convencidos en privado y ocultación de
nuestros puntos de vista sobre los temas, que se debaten, si entendemos que
pueden ser contradictorios, con la opinión mayoritaria. Es indudable que el
grupo confiere seguridad y también es cierto que somos esencialmente sociales,
pero ¿a tan alto precio?; vale la pena tanta simulación para desenvolvernos “con
seguridad” en los ambientes cotidianos.
Lamentablemente, a nivel
de intercambios de opinión individuales, tenemos mayor tendencia a la
exclusión, que a la convergencia. Asumir un punto de posible razón en nuestro
interlocutor, acabamos interpretándolo siempre como una pequeña derrota. Con la
educación recibida, no hemos podido interiorizar, que los puntos de vista
personales discrepantes, no tienen porque ser excluyentes; sino muy al
contrario, son enriquecedores por su diversidad. Esto a nivel individual, pero
al amparo del grupo, el efecto queda potenciado y la posibilidad de rechazo es mucho mayor.
Esta tendencia a buscar
ambientes monocordes, hace que seamos poco críticos con las acciones políticas
puras y que nuestro nivel de disconformidad o satisfacción, no venga por el
análisis objetivo de los hechos, sino que quede potenciada o acallada, por la
coincidencia o no con la ideología que representan sus ejecutores.
Puestas las cosas así,
remover estructuras se torna casi una misión imposible, porque nuestra postura,
unido a unos medios de comunicación absolutamente “mediatizados” hacen casi
inviable las alertas, que no pasarían desapercibidas a un razonamiento
objetivo. Hagamos responsables a los políticos de turno por su gestión poco
acertada, pero asumamos nuestra parte de “culpa” en la medida que somos los que
les damos a llave para gestionar.
4 comentarios:
Acorde con tus exposiciones, sin
duda muy acertado... y concluyente.
Para masticarlo muy despacio.
Un abrazo
Hola te devuelvo la vista que me hiciste en mi blog, te diré que tu nombre, Seriecito, me ha llamado mucho la atención. Pero al leer tu entrada me parece muy adecuado es una reflexión estupenda, la que haces sobre la influencia del grupo sobre nosotros, y no querer quedar fuera de él. y por su puesto lo que nuestros políticos hagan tiene mucho que ver con la confianza que depositamos en ellos a la hora de votarles. Me ha gustado mucho leerte, y te recomiendo que visites mi otro blog:http://tbtasuncion.blogspot.com.es/ donde tengo algún que otro relato y escritos de opinión.
Saludos.
A Paco Kali:
Gracias por tu visita, siempre eres bienvenido
Salu2:
Asun:
Gracias por tu comentario. Ser singular y no dejarse mediatizar por el grupo al que pertenecemos, requiere voluntad y determinación.
Salu2:
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