Dice Franco Berardi en su
libro “La fábrica de la infelicidad.
Nuevas formas de trabajo y movimiento social”: “Durante algún tiempo la
conquista del espacio exterior fue considerada la dirección de desarrollo de
una nueva aventura de expansión capitalista. Después, por motivos difíciles de
descifrar, esa dirección de desarrollo fue interrumpida, o al menos perdió
impulso, y en la actualidad la dirección de expansión y desarrollo parece
orientarse hacia la conquista del espacio interior, del mundo interior, el
espacio de la mente, del alma: el espacio temporal.
La colonización del tiempo ha sido un objetivo fundamental del
desarrollo del capitalismo durante la edad moderna: la mutación antropológica
que el capitalismo ha producido en la mente humana y en la vida cotidiana ha
sido sobre todo una transformación de la percepción del tiempo. Pero en la
actualidad algo nuevo está sucediendo: el tiempo se ha convertido en el
principal campo de batalla. Tiempo-mente, cibertiempo.
¿Qué
quiere decir cibertiempo? Para responder a esta pregunta debemos, en primer
lugar, regresar a la definición de ciberespacio, término éste cuyo uso se ha
extendido en el lenguaje en éstos últimos diez años. El ciberespacio es la
esfera de interacción de innumerables fuentes humanas y mecánicas de
enunciación, la esfera de conexión entre mente y máquinas: esta esfera experimenta
una expansión prácticamente ilimitada, puede crecer indefinidamente, porque es
el punto de intersección del cuerpo orgánico con el cuerpo inorgánico de la
máquina electrónica.
Pero el ciberespacio no es la única dimensión que emerge del
desarrollo de esta conexión. Hay otro aspecto que debemos tener en cuenta, el
cibertiempo.
El
cibertiempo es la cara orgánica del proceso, el tiempo necesario para que el
cerebro humano pueda elaborar la masa de datos informativos y de estímulos
emocionales procedentes del ciberespacio...
Llamamos
ciberespacio al universo global de las relaciones posibles en el seno de un
espacio rizomático que conecta virtualmente cualquier terminal humano con
cualquier otro terminal humano, a través de máquinas digitales. El ciberespacio
es un rizoma neurotelemático, es decir, una red no jerárquica y no lineal, que
enlaza mentes humanas y dispositivos electrónicos. Éste se caracteriza por una
expansibilidad ilimitada. El cibertiempo, al contrario, no es ilimitadamente
extensible, porque guarda relación con la intensidad de la experiencia que el
organismo consciente dedica a elaborar informaciones que proceden del
ciberespacio.
La
intensidad de la emoción no ha disminuido, pero la realidad del objeto emocional
queda suspendida. El organismo consciente, el cuerpo-mente individual no deja
de sentir emociones cuando es reclamado por un ambiente virtual. Al contrario,
los estímulos emotivos se intensifican y determinan reacciones cada vez más aceleradas.
Pero el objeto emocional deja de ser reconocible, distinguible, pierde concreción.
El objeto emocional no es ya otro ser vivo, sino un estímulo como tantos otros.
Un estímulo que es elaborado rápidamente, cada vez más rápidamente.”
Conceptos, que al menos a mi me parecen
“abstractos”, pero que cada vez son mas cotidianos, como cualquier otra
emergente tecnología, causa asombro hasta que se torna cotidiana. Aunque lo
verdaderamente inconsciente sería vivir al margen, o peor aún, de espaldas al
futuro.
Solamente queda una incógnita, como es el cambio
que representará en nuestras propias relaciones y en el intercambio, puesto que
el espectro posible se ha ampliado considerablemente; antes el desarrollo de la
comunicación, solo era posible mediante un conocimiento personal y/o inducido;
pero ahora puede ser establecida en el marco incluso del desconocimiento
personal y físico del comunicante, avance insospechado para propiciar la
comunicación, pero lleno de reservas sobre el alcance final de este tipo
contactos, en donde en muchas ocasiones, es nuestra propia imaginación, quien
forja la de nuestro interlocutor/a.
La Red está llena de buenas intenciones, pero sin
olvidar, que como en la sociedad real, también accede gente con intenciones no
tan transparentes. Saber elegir el entorno es la cuestión, sin perder de vista
que los parámetros para ello son muy
difusos.
2 comentarios:
Me ha costado asimilar ese concepto de "cibertiempo"...En cualquier caso, y aunque soy una apasionada del ciberespacio y de sus infinitas ventajas, no debemos dejar que ni él ni el cibertiempo devoren nuestra vida cotidiana NO virtual. Y siempre es aconsejable mantener una cierta desconfianza, o al menos estar ojo avizor...como en el mundo real.
Un saludo.
Mercedes:
Efectivamente, el ciberespacio es un conjunto como la sociedad, más amplio, porque alcanza distancias que nunca recorreríamos por métodos tradicionales; pero al no ver a las personas, sus acciones y sus gestos, solo con la palabra escrita es más complicado evaluarlas adecuadamente, o mejor dicho, es más probable el error.
Salu2:
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