miércoles, 25 de enero de 2012

Introspección




Dice Luis Rojas Marcos en su libro “Convivir, el laberinto de las relaciones de pareja, familiares y laborales”: “Gracias a la capacidad humana de introspección y de razonar, todos podemos adquirir un conocimiento razonable de nosotros mismos. Es obvio que cuanto mejor nos conozcamos más alta serán las probabilidades de acertar en nuestras relaciones amorosas, en nuestras amistades y en nuestra vocación ocupacional o profesional. Si somos conscientes de nuestro estado emocional nos resulta más sencillo evaluar la situación en que nos encontramos y modular nuestros sentimientos. Otra ventaja es que cuanto mejor conectados estamos a nuestros propios sentimientos, más fácilmente sintonizamos con los sentimientos de los demás y nos compenetramos con ellos”.

Relacionarse con los demás con eficiencia precisa de una posición de partida indispensable, representada por el conocimiento intrínseco de nosotros mismos primero, para abordar con éxito después el de los otros. Parece, según describe el Dr. Rojas Marcos, que en ese orden; por tanto no debemos tratar de conocer como son los que nos rodean, sin previamente haber resuelto eso mismo con nosotros.

Muchos fracasos de nuestras relaciones son fruto de planteamientos equivocados, porque en realidad están fundamentadas, queriendo consolidar o proyectar el personaje que somos, olvidando con ligereza, que los lazos se establecen con personas y no con personajes. Ese error en el planteamiento es precisamente la semilla, que cuando germine, acabará debilitando y dificultando relaciones fuertes y duraderas.

A fuerza de aparentar, hemos olvidado una faceta primordial para vivir, que es la capacidad de conocernos en profundidad, gestionada con un análisis pormenorizado e intenso de lo que verdaderamente somos, a través de la consideración de nuestros actos, calibrados desde una posición crítica y no complaciente. Esta práctica debe aplicarse de modo cotidiano, para que nos permita rectificar en conductas inadecuadas y facilite la relación con quienes nos rodean basada en la sinceridad y el respeto.

No son siempre los demás quienes “fallan” y dificultan nuestras relaciones con ellos, en la mayoría de los casos, si los analizamos en profundidad, somos nosotros, quienes con un comportamiento errático y exento de transparencia, propiciamos estos fracasos. Quienes se relacionan con nosotros en lazos estables, quieren mantener la relación con el “original”, no con el “doble” que representa ese personaje que nos hemos empeñado en representar, tal como si estuviéramos en un escenario teatral, mas que en nuestra vida cotidiana.

Para poder hacer introspección, hay que estar dispuesto a asumir un elevado grado de autocrítica. La autocrítica útil debe ir acompañada siempre de sinceridad, para nosotros y los demás. La sinceridad es un acto de valentía. Los cobardes prescinden de la introspección, siempre.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...