Dice Fernando Savater en su libro “Diccionario filosófico”: “Y aquí radica, precisamente, la paradoja ética de la alegría. Los moralistas que no la comprenden suponen que ha de ser el premio de la virtud, el objetivo logrado por medio del ejercicio ingrato y difícil del deber: desconfía de ella cuando se presenta demasiado pronto porque se quedan sin nada con lo que sobornar… Otros maestros de ética, sin embargo, vieron el asunto de modo convincente o menos instrumental. No pusieron la alegría al final del camino moral, como su recompensa, sino al comienzo, como su inexcusable origen. La alegría no corona ni subvenciona a la virtud, si no que la crea como uno de sus modos de perpetuación. Las indicaciones morales de Demócrito, por ejemplo, se centran siempre en la forma más adecuada de conversar la eutimía, el ánimo cordial, equilibrado y risueño. Quienes no lo logran demuestran escaso talento: “los tontos viven sin experimentar la alegría de vivir” (Diels-Krantz). Para Spinoza, sentir que aumenta racionalmente nuestra alegría es el mejor síntoma moral y juntamente el contenido más precioso que podemos darle a la palabra virtud, tantas veces referida supersticiosamente a lágrimas y autoflagelaciones. Nietzsche, por su parte, liga necesariamente la alegría a la auténtica bondad y, aunque no la considera como índice fiable de la más alta sabiduría, asegura que la sabiduría misma no puede aspirar a mejor conquista: “La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal vez no sea la mas lista, aunque consigue precisamente aquello que la mas lista trata de conseguir con toda su listeza”… La alegría no está al final de nuestras búsquedas, a menudo las precede o se desentiende de ellas, pero en cambio ninguna de nuestras búsquedas intelectuales puede desentenderse de la alegría ni desembocar en un punto más alto. Según Nietzsche, es imaginable que haya alegría sin ciencia profunda, pero la ciencia mas profunda ha de ser alegre”
Vaya párrafo, denso, denso, denso… y sin embargo nosotros, sabemos que en estas fechas sin remedio, debemos estar “alegres”, se acerca la Navidad; será quizás, porque queremos ser sabios o porque no sabemos si estamos al principio o al final de nuestras búsquedas.
Pero eso sí, vienen fechas para estar alegre y felicitar a los demás, aunque luego, ni siquiera nos acordemos de ellos. Desear un año venidero lleno de propósitos, logros y alcances, porque entre el final del año y el principio del siguiente, hay una noche mágica, llena de “duendes buenos” que nos transformará y hasta aquello que en muchos años no hemos podido lograr, nos lo servirá en bandeja de plata y nos tornará “otros”. Es cuanto menos utópico.
Casi nada; primera piedra para cultivar la insatisfacción, esa impresión de que todo cambiará, nos llena de expectativas espurias y nos coloca en mala posición de partida. Pensar que hay cosas que podemos lograr en el futuro, es totalmente encomiable, pero no comenzar a trazar el camino en ese sentido, es estéril; porque hoy es el futuro del mes pasado y todo ha seguido igual por nuestra imperturbable inactividad.
Felicitar, abrazar y besar; si. Estar alegres y propiciar la de los demás; también. Pero cualquier día, no en unas fechas determinadas. La sociedad que impone cuando hay que reír y cuando llorar, acaba con los sentimientos, porque éstos no saben de calendarios… ¿o no?. Ser auténticos y espontáneos, debe ser la meta, sea invierno o verano…
Vaya párrafo, denso, denso, denso… y sin embargo nosotros, sabemos que en estas fechas sin remedio, debemos estar “alegres”, se acerca la Navidad; será quizás, porque queremos ser sabios o porque no sabemos si estamos al principio o al final de nuestras búsquedas.
Pero eso sí, vienen fechas para estar alegre y felicitar a los demás, aunque luego, ni siquiera nos acordemos de ellos. Desear un año venidero lleno de propósitos, logros y alcances, porque entre el final del año y el principio del siguiente, hay una noche mágica, llena de “duendes buenos” que nos transformará y hasta aquello que en muchos años no hemos podido lograr, nos lo servirá en bandeja de plata y nos tornará “otros”. Es cuanto menos utópico.
Casi nada; primera piedra para cultivar la insatisfacción, esa impresión de que todo cambiará, nos llena de expectativas espurias y nos coloca en mala posición de partida. Pensar que hay cosas que podemos lograr en el futuro, es totalmente encomiable, pero no comenzar a trazar el camino en ese sentido, es estéril; porque hoy es el futuro del mes pasado y todo ha seguido igual por nuestra imperturbable inactividad.
Felicitar, abrazar y besar; si. Estar alegres y propiciar la de los demás; también. Pero cualquier día, no en unas fechas determinadas. La sociedad que impone cuando hay que reír y cuando llorar, acaba con los sentimientos, porque éstos no saben de calendarios… ¿o no?. Ser auténticos y espontáneos, debe ser la meta, sea invierno o verano…
8 comentarios:
Hola Luis,
Yo no creo que se pueda estar alegre por decreto.
La alegria que tienen estas fiestas navideñas vienen dada porque haces cosas que no puedes o no sueles hacer el resto del año.
No es mi caso, que tengo cerca a la familia, pero muchas se reunen solo una vez al año, a lo sumo dos, con motivo de las vacaciones de verano y de Navidad.
Y eso,( dejando aparte que en todas las familias hay "cositas" "algun roce"), es un motivo de alegria.Porque queramos o no la sangre tira y nos proporciona unos sentimientos entrañables a los que no queremos renunciar. Aunque a veces nos quejemos.
Otro motivo de alegria de estas fechas es el reunirte con los amigos, que por motivos de trabajo, distancia,o falta de tiempo, tampoco vemos a menudo.
Y estas fechas nos acordamos, quedamos, hablamos y nos ponemos al dia de nuestras vidas.
Otro motivo de alegria son los niños. Si hay niños pequeños, estas fiestas son para ellos una ilusión tan grande, que te contagian.
Para ellos todo es nuevo, cada año descubren algo que les encanta y les fascina.Un año es el arbol y el belen, otro las estrenas, otro el circo.... y al final la sorpresa de los Reyes Magos es el colmo de su felicidad.
Confieso que a mi me siguen emocionando los regalos del dia de Reyes.Me siguen haciendo mucha ilusion. No sé si sere pava, pero asi es.
Luis, no sé si todo el mundo las ve como yo, supongo que no.
Pero soy alegre por naturaleza y estas fechas siempre me han gustado, desde niña y ahora que ya tengo edad de ser abuela, las sigo disfrutando y si me apuras, cada vez más porque soy consciente de que el tiempo es limitado, y no se cuantas Navidades me quedan por vivir.
Procuro vivir todo el año al maximo de mis posibilidades, pero estas fiestas, no sé, tienen algo especial.
Te envio un fuerte abrazo muy navideño, jajajaja.
Tere:
Te notaba a faltar.
Me gusta tu comentario y lo comparto, porque tu hablas de unión, de familia, de amistad.
En realidad hay que aprender de los niños y de su espontaneidad.
Lo mejor para tí en familia, como tu final.
Salu2:
Llevaba tiempo sin leerte, pero desde luego que es de lo más lúcido que he leído en muchísimo tiempo.
Es cierto que hay que plantearse hasta qué punto la sociedad como tal viene a plantearse, a querer plantearse cuándo nos va a dirigir nuestros sentimientos para activarlos o desactivarlos a desgana...
BRAVO.
Rocío:
me alegro de leer un comentario tuyo y de la visita.
No tardes tanto en pasar por aquí
Salu2:
Yo que soy triste por naturaleza hago esfuerzos por estar alegre y ahuyentar las penas que nunca faltan en una familia tan grande como la mía de la que estoy lejos y me he perdido todos los acontecimientos, las Navidades en familia, etc., etc.
Me contagio de la alegría de los demás, de la de los niños y creo que hago bien porque alegrarse con el que es feliz también está bien, no solo vamos a acompañar en las penas que también por supuesto.
Me he empeñado en ser feliz esta Navidad y tendría que ocurrir una catástrofe para que me bajara de mi empeño y eso que no voy a tener regalo de Navidad y llevo dos días cocinando para mañana poder salir un ratito a ver a los amigos antes de la cena de Nochebuena.
Sí le pido a los Reyes Magos que no se olviden de mi y me dejen un regalito porque me porto muy bien, bueno, bastante bien.
Felices Fiestas Seriecito, recibe un fuerte abrazo.
Hoy solo vengo a desearte una muy
!!! FELIZ NAVIDAD!!!!
Un abrazo muy fuerte
Feliz Navidad y Próspero año nuevo.
Vuelvo a leer más tranquilo, las circunstancias personales me tienen un tanto alejado de mi blog y del de los demás.
Abrazos.
Carol:
Ser feliz, sí...pero nos sólo en Navidad, mejor todos los días.
Estar satsifecho con lo que uno tiene ya es una gran ventaja...
Hay que fijarse en los niños.
Buena intención, espero que lo consigas.
Salu2:
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