Es muy difícil desenvolverse en la vida habitual, sin caer o haber caído en el desánimo, nos invade poco a poco, pero se instala con carácter estable y duradero. No somos diligentes en el tratamiento de este agente perturbador, nuestra primera posición es tratar de no identificarlo, resistirse a él, no asumirlo. Solemos “recrearnos”, con extensión e intensidad, en los sucesos propiciatorios del mismo; si se trata de nuestras relaciones personales, las que lo provocan, repasamos una y otra vez, la “villanía” de quien lo propició y pensamos, que adjudicándole más responsabilidades y exculpándonos, nos damos la razón, para permanecer en ese estado nefasto para nuestra felicidad, dado el alcance del suceso. Nos sentimos únicos en la defraudación. Solo nos “toca” a nosotros.
La verdad es que sea lo que sea lo que nos perturba, terminará, tarde o temprano se “esfumará” de nuestras vidas y poco a poco recobraremos nuestro estado natural; volviendo a poner y tener ilusión por los acontecimientos y/o las personas. Esta circunstancia sucederá, tanto si nos esforzamos por cambiar nuestra realidad o no, salvo que en el segundo caso, es decir, si no hacemos un plan mental para erradicarlo, permanecerá más tiempo.
Los psicólogos aconsejan, que cuando alguna circunstancia nos perturbe, no hagamos esfuerzos por ignorarla, no ofrezcamos resistencia, dejemos fluir nuestra naturaleza; cuanto mas experimentemos éste tipo de sentimientos negativos, mas pronto se alejarán de nosotros. Pensemos, además, cuantas circunstancias no deseadas hemos superado y pongamos “foco” en la mayor felicidad, que hemos experimentado al remontarlas. El sufrimiento es un estado complicado de sortear, pero debemos de tener presente siempre, que no se instala con carácter de perpetuidad; pasado el impacto, superada la crisis; nuestra mente nos encauzara de nuevo, siempre que no la limitamos, avivando los acontecimientos negativos, a base de repasarlos y contarlos una y otra vez, como si de una “moviola” se tratase.
El amanecer siempre minimiza, con su luz, la desesperanza de la noche. Las tribulaciones nocturnas, mejoran con el día. Antes o después las cosas mejoraran y volveremos al equilibrio. Son estos acontecimientos los que llenan nuestra historia personal, son ellos, los que nos enseñan para el futuro, nos fortalecen y nos alejan de la posible “repetición”, si somos consecuentes. Este tipo de circunstancias, nos dan carácter y nos hacen más fuertes. Los sucesos desfavorables acaban “saliendo” de nuestras vidas, se mudan; pero aún suponiendo que se perpetuasen, siempre los minimizaremos mejor, si los contemplamos desde un estado de ánimo más “templado”. La agitación y el desaliento, no suelen ser el mejor prisma, para analizar con imparcialidad lo que nos sucede.
Perder los sueños, es casi, como un modo de locura incipiente… Evitémoslo a toda costa.
La verdad es que sea lo que sea lo que nos perturba, terminará, tarde o temprano se “esfumará” de nuestras vidas y poco a poco recobraremos nuestro estado natural; volviendo a poner y tener ilusión por los acontecimientos y/o las personas. Esta circunstancia sucederá, tanto si nos esforzamos por cambiar nuestra realidad o no, salvo que en el segundo caso, es decir, si no hacemos un plan mental para erradicarlo, permanecerá más tiempo.
Los psicólogos aconsejan, que cuando alguna circunstancia nos perturbe, no hagamos esfuerzos por ignorarla, no ofrezcamos resistencia, dejemos fluir nuestra naturaleza; cuanto mas experimentemos éste tipo de sentimientos negativos, mas pronto se alejarán de nosotros. Pensemos, además, cuantas circunstancias no deseadas hemos superado y pongamos “foco” en la mayor felicidad, que hemos experimentado al remontarlas. El sufrimiento es un estado complicado de sortear, pero debemos de tener presente siempre, que no se instala con carácter de perpetuidad; pasado el impacto, superada la crisis; nuestra mente nos encauzara de nuevo, siempre que no la limitamos, avivando los acontecimientos negativos, a base de repasarlos y contarlos una y otra vez, como si de una “moviola” se tratase.
El amanecer siempre minimiza, con su luz, la desesperanza de la noche. Las tribulaciones nocturnas, mejoran con el día. Antes o después las cosas mejoraran y volveremos al equilibrio. Son estos acontecimientos los que llenan nuestra historia personal, son ellos, los que nos enseñan para el futuro, nos fortalecen y nos alejan de la posible “repetición”, si somos consecuentes. Este tipo de circunstancias, nos dan carácter y nos hacen más fuertes. Los sucesos desfavorables acaban “saliendo” de nuestras vidas, se mudan; pero aún suponiendo que se perpetuasen, siempre los minimizaremos mejor, si los contemplamos desde un estado de ánimo más “templado”. La agitación y el desaliento, no suelen ser el mejor prisma, para analizar con imparcialidad lo que nos sucede.
Perder los sueños, es casi, como un modo de locura incipiente… Evitémoslo a toda costa.
15 comentarios:
Muchas veces no puedo elegir lo que me pasa o pasa a mi alrededor. Pero trato de elegir cómo reaccionar emocionalmente frente a eso. Siempre trato de elegir sentirme bien.Es con mucho esfuerzo y años encima que he podido cambiar el punto de mira. Tus palabras reconfortan y hacen mucho bien porque el desánimo nos invade momento a momento en estos tiempos que corren, que por otra parte son los únicos con que contamos. Gracias y cariños.
Esos momentos siempre hay que digerirlos, pasarlos, realizar esa "travesía del desierto", e incluso aprender algo de ello.
Pero nunca hay que dejar de luchar por salir de ello, cada uno tiene su manera, su tiempo...
Saludos
Mas o menos viene a confirmar el refran aquel de
" No hay mal que cien años dure, ni corazón que lo resista"
Cuando los acontemientos que vivimos nos superan, y nos invade el desánimo y la tristeza, el tiempo es la mejor medicina.
No valen consejos, rezos ni pamplinas, hay que pasarlo y superarlo y cada cual tiene su ritmo, unos más lentos y otros más acelerados.
¿Sabeis esa poesia de Susana Carizza?
...Si te pones a coleccionar heridas sangrantes
viviras como un pajaro herido incapaz de volar
Uno crece cuando acepta la realidad y
tiene aplomo de vivirla
Cuando acepta su destino, pero tiene voluntad de trabajar para cambiarlo....
Es más larga,y muy bonita pero por hoy ya vale ¿no?
Luis , me tenias preocupada con tu silencio.Espero que la causa solo sean las fiestas de la Magdalena.
Besos
Me quedo con tu última frase:
Perder los sueños, es casi, como un modo de locura incipiente… Evitémoslo a toda costa.
Inexorablemente cierta.
Saludos
Casandra:
Esa es la posición, reaccionar positivamente frente los acontecimientos negativos de nuestra vida.
Salu2:
Nuria:
Diferir, pasar página y adelante...
aprendiendo, de acuerdo con lo que dices.
Salu2:
Luis
Tere:
Efectivamente cada uno debe superar sus circunstancias negativas.
Lo importante, como tu dices, es dejar pasar el tiempo.
Bueno la Magdalena comenzó el Sábado.
Salu2:
Remo:
Gracias por tus comentarios.
Salu2:
No es que soy una maestra pero me conozco bastante bien, si noto que algo me inquieta algo que se me escapa de mi control, intento dialogar conmigo misma, buscando otro puntos para salir adelante (es que soy mala para pedir ayuda externa) cambiando estos puntos de pista empieza a ser diferente y eso me hace feliz porque lo logre por mi misma.
Con cariño
Mari
Todo, hasta un simple catarro, tiene su tiempo de curación expontánea.Lo que puede variar con nuestra actitud, es la intensidad con la que "suframos" ese tiempo, y, a fuer de reincidir en esa actitud, que se cronifique.
Hay personas que, inconscientemente,
les encanta sufrir y sobretodo hacer ver lo que sufren.
Son los "sufridores profesionales".
Se amargan y amargan a todo el que está a su lado...
Con una actitud positivaamos y mejoraremos todo lo que hagamos y pasemos en la vida.
Un beso
Depende, depende y depende de muchas cosas; las circunstancias personales y sociales; el cariz del asunto; la afectación a seres queridos...
Hacer lo que tú postulas sería lo mejor, ¡pero no es tan fácil!.
Y es que las experiencias de cada uno se producen dentro de contextos diferentes, por lo que el tratamiento empírico de este tema tiende hacia lo relativo. Y es que lo que vale para uno pude no valer para otros, y mucho menos para todos.
Se te echaba de menos.
Saludos.
Estoy viva:
Bueno esa capacidad para reflexionar con uno mismo, es poco común. Cuidala.
Poder reflexionar y cambiar el rumbo es esencial para mantener el equilibrio interno.
Enhorabuena.
Salu2:
Luna:
ese concepto de sufridores profesionales, es muy interesante. Pero efectivamente los hay.
Lo importante no es ya lo que ellos padecen, es lo que traspasan a los demás hasta que se les conoce.
Salu2
Impersonem:
Estoy de acuerdo contigo, es bastante difícl, pero si comprendemos lo que no debemos dejar pasar adelante, aunque pase, ya es un triunfo.
Lo que no me parece tan normal es dejarnos llevar de forma inconsciente y quedar a merced de los acontecimientos, sin saberlo.
Muy de acuerdo con la tendencia a lo relativo, casi lo prefiero, no me gusta lo repetitivo o lo monótono.
También es verdad, no hay recetas pero si se pueden propiciar tendencias.
Salu2
A veces, muchas veces, la vida nos golpea sin que lo esperáramos, sin que hiciéramos nada por merecerlo, es así y así hay que aceptarlo, debemos darnos un tiempo para superar el dolor de las pérdidas de seres queridos, de decepciones, y otros acontecimientos que más cercanos o lejanos nos afectan.
Después el sol debe brillar de nuevo y encontrar el lado positivo a todas las situaciones, seguro que es posible.
La última frase me ha encantado Seriecito, soñar es mi "deporte" favorito, ¡qué sería de Carol sin sus sueños!
Saludos afectuosos.
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